¡REDUJIMOS LAS EMISIONES DE DIÓXIDO DE CARBONO! ¡BRAVO!



Autor: James Delingpole 

(Twitter: https://twitter.com/JamesDelingpole ; Gab: )


Nota original: https://www.breitbart.com/europe/2021/01/12/chinese-coronavirus-has-reduced-co2-emissions-yay/

@BreitbartLondon

Traducción: Hyspasia (@Hyspasia)


Delingpole: El virus corona chino ha reducido las emisiones de CO2 y todo lo que hizo falta fue destruir la economía. ¡Ay!


¡Buenas Noticias, señores norteamericanos! Ustedes han perdido sus trabajos, sus comercios han colapsado, le han negado educación a sus hijos, sus libertades individuales les han sido robadas, fueron encerrados en su propio hogar y fueron obligados a usar una máscara, no pueden viajar - pero todo valió la pena ¿saben por qué? En 2020, gracias al virus corona chino, las emisiones de efecto invernadero de los EEUU cayeron un 10% durante el año pasado.

¿Están felices ahora?

Deberían estarlo, de acuerdo al New York Times, que a duras penas puede contener su virtuosa satisfacción.

Bajo los encabezados de "Covid-19 mordió la emisión de gases de efecto invernadores en el 2020", el epígrafe alardea:

"Las emisiones cayeron más de 10%. Si esta tendencia pudiera ser sostenida, pondría a los EEUU cerca de uno de los mayores objetivos del acuerdo climático de Paris".

Comienza:

Las emisiones de efecto invernadero de los EEUU producto de la generación de energía y de la industria cayeron más de 10% en el 2020, llegando a su nivel más bajo en las últimas tres décadas cuando la pandemia de corona virus clavó los frenes a la economía de la nación, de acuerdo a un estimado publicado el martes por el Grupo Rhodium.

La caída vertical, sin embargo, es el resultado de circunstancias extraordinarias, y los expertos nos advierten que el país todavía enfrenta enormes desafíos para tener bajo control la polución que provoca calentamiento global. En los años que tenemos por delante, las emisiones de los EEUU van a volver a sus niveles previos una vez que la pandemia retroceda y la economía retorne a la vida - a menos que los políticos tomen acciones más fuertes para limpiar las plantas generadores de energía en el país, las industrias, los automóviles y los camiones.

Ésta no es la primera vez que un medio de izquierda ha intentado encontrar virtudes en la crisis del coronavirus. En marzo del año pasado, ustedes recordarán, los medios de comunicación masivos entraron en éxtasis sobre el hecho - gracias a la destrucción total del turismo - de que Venecia tenía sus canales más limpios.

Acá, por ejemplo, la versión de la BBC (la CNBC y la ABC y CNN y el resto estaría igualmente deleitados).

Residentes de Venecia notaron una gran mejora en la calidad de los famosos canales que corren por la ciudad, que lucen limpios por primera vez en años y que incluso pueden verse peces en las usualmente sucias aguas.

Lo que siempre está completamente ausente en la visión que estos ecofascistas tienen del mundo es algún tipo de simpatía por - o al menos algún grado de comprensión - la miseria humana causada por este cierre arbitrario de la economía.

El artículo de The New York Times es un ejemplo. Lo que llama poderosamente la atención - y en realidad horroriza a cualquiera que no comparta la forma de pensar demencial del autor - es el grado en el cual esta nota parece ver el cierre de la economía como algo netamente positivo para el planeta.

Entonces, el coronavirus llegó. A medida de que los gobernadores pusieron a sus estados en cuarentena la última primavera y los norteamericanos se encerraron, las emisiones comenzaron a decaer en todos los nodos de la economía, las cuales nunca habían soportado caídas anteriores.

El transporte, la principal fuente de gases de efecto invernadero del país, cayó un 14,7% en sus emisiones en el 2020 cuando millones de personas dejaron de manejar hasta sus lugares de trabajo y las aerolíneas cancelaban sus vuelos. Cuando el transporte comenzó nuevamente en la última parte del año, los estados relajaron sus cuarentenas, y los norteamericanos manejaron 15% menos de millas en el último año que lo que hicieron en el 2019 y la demanda por combustible de aviación cayó más de un tercio.

Ciertamente, la impresión que da el autor es que está más feliz si la economía decrece indefinidamente.

"La reducción más significativa del año pasado se debe al transporte, el cual permanece fuertemente dependiente de los combustibles fósiles", dijo Kate Larsen, directora de Rhodium Group, una firma de investigación y asesoramiento. "Pero a medida de que la vacunación avance, y dependiendo de cuán rápido la gente se sienta suficientemente confortable de manejar y volar nuevamente, esperamos que las emisiones reboten a menos de que haya cambios de política significativos".

Esto no es coincidencia. La idea de "decrecer" como un objetivo virtuoso es un principio clave no sólo de los grupos ambientalistas de ultra izquierda como Extinction Rebellion sino también de The Great Reset [El Gran Reseteo o El Gran Reinicio] que ve a la destrucción de la economía que ha provocado el COVID-19 no como una crisis sino como una oportunidad para un "new normal" [una nueva normalidad].

Como se explica con más detalle aquí, la Agenda Verde ES el Gran Reseteo.

Esto es discutido en dos entrevistas que conduje con expertos en El Gran Reseteo - uno, llamado Patrick Wood quien ha venido siguiendo el Gran Reseteo desde sus comienzos a los principios de los '70; otro un economista alemán llamado Dr. Anthony Mueller.

Ambos confirmaron que El Gran Reseto - la denominación dada por una élite tecnocrática a un movimiento mundial en el cual las personas ordinarias no tendrían ninguna propiedad y serían sujetos  aun sistema de control de sus libertades mediante un esquema de créditos sociales al estilo del PCC - es un aliado cercano del concepto de "sustentabilidad" de los movimientos ambientalistas y de "vivir" dentro de los medios del planeta. En esta visión del mundo, los humanos son considerados una plaga parasitaria del planeta y no, como los cristianos prefieren verlo, la mayor Creación de Dios que nos hizo a Su imagen.

Una vez que usted entiende esto, el autoritarismo con el cual muchos gobiernos han respondido al coronavirus chino tiene mucho más sentido.

* * *

 




Delingpole: Chinese Coronavirus Has Reduced CO2 Emissions, and all it Took was Crashing the Economy. Yay!


Great news, Americans! You lost your jobs, your businesses collapsed, your children were denied an education, your freedoms were stolen, you were imprisoned in your own home, you were forced to wear a mask, you couldn’t travel  – but it was all worth it because guess what? In 2020, thanks to Chinese Coronavirus, U.S. greenhouse gas emissions fell by ten whole per cent last year.

Happy now?

You should be, according to the New York Times, which can barely contain its righteous joy.

Below the headline ‘Covid-19 Took a Bite from U.S. Greenhouse Gas Emissions in 2020’, the standfirst crows:


‘Emissions plunged more than 10 percent. If the trend can be sustained, it would put the United States within striking distance of one of its major goals under the Paris climate agreement.’

It begins:

America’s greenhouse gas emissions from energy and industry plummeted more than 10 percent in 2020, reaching their lowest levels in at least three decades as the coronavirus pandemic slammed the brakes on the nation’s economy, according to an estimate published Tuesday by the Rhodium Group.

The steep drop, however, was the result of extraordinary circumstances and experts warned that the country still faced enormous challenges in getting its planet-warming pollution under control. In the years ahead, United States emissions are widely expected to bounce back once the pandemic recedes and the economy rumbles back to life — unless policymakers take stronger action to clean up the country’s power plants, factories, cars and trucks.

This is not the first time that the leftist media has tried to spin virtue out of the coronavirus crisis. In March last year, you’ll remember, the MSM was in ecstasies over the fact that — thanks to the total destruction of its tourist economy — Venice now had cleaner canals.

Here, for example, is the BBC version (But CNBC and ABC and CNN and the rest were all similarly delighted)

Residents of Venice are noticing a vast improvement in the quality of the famous canals that run through the city, which are running clear for the first time in years, and fish can even be seen in the usually murky waters.

What’s always completely absent from this eco-fascist take on the world is any sympathy for — or even understanding of — the human misery caused by the enforced shutdown of an economy.

The New York Times article is a case in point. What is striking — and indeed horrifying to anyone who doesn’t share the author’s eco-loon mindset — is the degree to which the piece appears to see economic shutdowns as a net positive for the planet.

Then, the coronavirus arrived. As governors placed their states under lockdown last spring and Americans sheltered in place, emissions started plunging across parts of the economy that had rarely seen sustained drops before.

Transportation, the nation’s largest source of greenhouse gases, saw a 14.7 percent decline in emissions in 2020 as millions of people stopped driving to work and airlines canceled flights. While travel started picking up again in the latter half of the year as states relaxed their lockdowns, Americans drove 15 percent fewer miles over all last year than they did in 2019 and the demand for jet fuel fell by more than one-third.

Indeed, the impression given is that the author would be much happier if the economic decline continued indefinitely.

The steep drop, however, was the result of extraordinary circumstances and experts warned that the country still faced enormous challenges in getting its planet-warming pollution under control. In the years ahead, United States emissions are widely expected to bounce back once the pandemic recedes and the economy rumbles back to life — unless policymakers take stronger action to clean up the country’s power plants, factories, cars and trucks.

“The most significant reductions last year were around transportation, which remains heavily dependent on fossil fuels,” said Kate Larsen, a director at Rhodium Group, a research and consulting firm. “But as vaccines become more prevalent, and depending on how quickly people feel comfortable enough to drive and fly again, we’d expect emissions to rebound unless there are major policy changes put in place.”

This is not coincidental. The idea of ‘degrowth’ as a virtuous goal is a key tenet not only of hard-left environmental groups such as Extinction Rebellion but also of the Great Reset, which sees the economic destruction wrought by Covid-19 not as a crisis but as an opportunity for a ‘new normal.’


As I explain in more detail here, the Green Agenda IS the Great Reset.

This is discussed in two interviews I conducted with experts on the Great Reset – one, called Patrick Wood who has been following the Great Reset since its beginnings in the early 1970s; another a German economist called Dr Anthony Mueller.

Both confirmed that the Great Reset — world domination by a technocratic elite in which ordinary folk will own no property and will be subject to CCP-style social credit controls on their freedoms — is closely allied with the environmental movement’s concept of ‘sustainability’ and living within the planet’s means. In this view of the world, humans are considered a verminous plague on the planet rather than, as Christians prefer to see it, God’s greatest creation made in His image.

Once you understand this, the authoritarianism with which so many governments have responded to the Chinese coronavirus makes a lot more sense.


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