HIDROVÍA: ¡LA SOBERANÍA QUE SUPIMOS PERDER!

La Hidrovía es el activo logístico más importante del país ya que concentra el 80% de las exportaciones.


Autora: Candela Sol Silva, miembro de CAUSA.

Nota original: https://www.facebook.com/627205597421297/posts/2127385277403314/

CAUSA ARGENTINA (@CAUSA_Argentina)


El fallecimiento del Ministro de Transporte, Mario Meoni, ha generado muchos interrogantes acerca del futuro de la Hidrovía. El siguiente texto busca enfatizar la relevancia de un eficiente proyecto sobre la misma.

Como consecuencia de la tragedia, la concesión de la hidrovía Paraná-Paraguay fue extendida por 90 días. Este es uno de los contratos más complejos del cual dependerá, en gran medida, la competitividad del comercio exterior argentino; la Hidrovía es el activo logístico más importante del país ya que concentra el 80% de las exportaciones. Por otro lado, Argentina al carecer de barcos con bandera nacional termina pagando un flete extranjero.
El transporte fluvial es el más barato, ya que baja costos y logra transportar grandes toneladas de cargamentos, sin romper rutas ni generar embotellamientos. Un camión puede cargar como máximo 30 toneladas, frente a un remolcador de empuje que puede cargar 40.000 toneladas por cada viaje. Lo anterior ejemplifica la importancia de una política naval desarrollista, ya que el solo movimiento que significa tener un barco de bandera crea fuentes de trabajo para numerosos sectores como: astilleros, fabricantes de acero, mecánicos, abastecedores de combustible (un remolcador consume 14.000 litros de gasoil diarios), servicios de logística, fabricantes de pinturas, ingenieros, etc. Potenciar la marina mercante significa potenciar mejoras tecnológicas y la construcción de mejores puertos, es decir, infraestructura que Argentina necesita para lograr un alto grado de competitividad. Además, a mayor volumen de carga y mayor distancia a recorrer, más eficiente es el servicio fluvial.
En la actualidad, tanto la industria naval como la marina mercante se encuentran rezagadas y sin políticas de desarrollo y crecimiento concretas, siendo un sector estratégico con un inconmensurable potencial. Nuestras provincias pierden competitividad con sus productos frente a la ausencia de barcos propios. Deberíamos ocupar la mayor cantidad de vías navegables posibles con fletes propios, teniendo en cuenta que tenemos garantizado un 50% de flete de importación y exportación para emplear según el mismo derecho internacional. Otra problemática es que no contamos con producción de chapa naval propia, debemos importarla desde Brasil y con altos impuestos, al igual que los motores marinos y los radares.
Nostálgicamente, Argentina supo tener una de las principales marinas del mundo conocida como “La Coloso del Plata”, la misma contaba con 1100 buques fluviales en actividad en la hidrovía Paraná-Paraguay, siendo el único país latinoamericano con una flota de semejante magnitud. Pero como consecuencia de sucesivas equivocadas decisiones políticas e intereses, pasó a quedar fuera de la competencia; regalando este potencial a nuestro vecino.
Paraguay cobra 10% IVA, 10% impuesto a las ganancias y compra combustible libre de impuestos a la Argentina; contrariamente nuestro país grava 35% impuesto a las ganancias, 21% IVA, 5% ingresos brutos, impuesto al cheque, impuesto a la ganancia presunta y un combustible más caro por la carga impositiva del mismo.

Al presente, Paraguay tiene la flota fluvial más grande de Latinoamérica y la tercera a nivel mundial, luego de China y Estados Unidos. Transporta casi el 90% de las 22 millones de toneladas de la hidrovía Paraná; siendo la mayoría de sus capitales argentinos. Pero, ¿cuáles son las diferencias impositivas entre ambos países? Paraguay cobra 10% IVA, 10% impuesto a las ganancias y compra combustible libre de impuestos a la Argentina; contrariamente nuestro país grava 35% impuesto a las ganancias, 21% IVA, 5% ingresos brutos, impuesto al cheque, impuesto a la ganancia presunta y un combustible más caro por la carga impositiva del mismo, es decir, no existe competencia alguna bajo este esquema. Incluso varias firmas argentinas trasladaron su sede a Paraguay por problemas con sus sindicatos.
Con la demanda china de materias primas, el número de embarcaciones que surcan el río aumentó notablemente en la década del 2000. Este crecimiento significó un auge para la industria fluvial paraguaya, convirtiéndola en el país de la región que ofrece las condiciones más atractivas para el mercado. Las 3.600 barcazas que operan hoy bajo la bandera roja, blanca y azul del país sudamericano, representan más del 90% de las embarcaciones de la extensa vía de navegación.
Argentina debería mejorar su competitividad con un sistema de transporte integrado que permita un correcto desarrollo económico, generando a partir de allí los incentivos necesarios que motiven a la región a querer integrarse económicamente. En primer lugar, porque el sistema de transporte actual se vuelve un costo estructural que arrastra a los precios, lo cual nos deja en peores condiciones para competir. En segundo lugar, generar un crecimiento económico con mejora productiva y tecnológica nos coloca en la posición de poder ofrecer a Brasil, como socio clave, incentivos para acercarse. También motivaría a los demás países a integrarse en un mercado interno regional.
La actualidad naval no se parece en nada con la histórica “Coloso del Plata” que alguna vez supo ser. El sector que opera en el litoral fluvial y marítimo, comprendiendo toda su flota - desde la sanción de la Ley 27.419 en el año 2017 - se enfrenta a una compleja situación que debería ser atendida con prioridad para que el país recupere su flota mercante y, a través de la defensa de su soberanía marítima y fluvial, pueda generar el desarrollo de sus puertos, su marina mercante y la industria naval; herramientas fundamentales para el comercio exterior. Este sector debe ser potenciado mediante políticas públicas sostenidas en el tiempo, acordes a su relevancia y contando con las herramientas de innovación tecnológicas, las cuales son fundamentales para su desarrollo, productividad y competitividad.

Se debe fomentar la construcción de embarcaciones, tanto para el litoral marítimo como el fluvial.
Además, se debe fomentar la construcción de embarcaciones, tanto para el litoral marítimo como el fluvial. La marina mercante debería ser aprovechada para generar una enorme entrada de divisas al país, de manera que podamos mejorar nuestra balanza comercial hoy deficitaria, en $3500 millones de dólares, los cuales podrían ser recuperables. Por otro lado, la industria naval debe ocupar soberanamente nuestro espacio, revirtiendo la situación que actualmente nuestro país tiene con la pesca ilegal, lo cual denota la falta de presencia soberana que tiene Argentina como Estado-nación.
Para concluir, no hay que dejar de resaltar que Argentina tiene todo para ser potencia y líder en numerosas áreas, sólo necesitamos las correctas decisiones políticas y los consensos necesarios en un proyecto nacional que nos guíen hacia nuestro destino de grandeza. Debemos tomar conciencia como argentinos que es aquí donde verdaderamente hay que llevar a cabo la lucha, porque toda batalla cultural, es también política.

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