EL GRIEGO DE DERECHA


La Grecia de Mitsotakis se prepara para recortar los impuestos

Por Andrea Muratore

https://bit.ly/2kn0dS6

Traducción: Pachira (@cuabiapellarolo; @BGSNAFU)




Kyriakos Mitsotakis se está  centrando en recortes de impuestos. Al final de la semana, el nuevo gobierno griego presentará al parlamento controlado por la mayoría de Nuova Democrazia las pautas para su ley de presupuesto 2020, centrada casi por completo en el shock fiscal con el que el nuevo primer ministro apunta a un cambio de ritmo en la política económica.

Los avances recaudados por el periódico Kathimerini hablan de una maniobra centrada en reducir la tasa mínima del impuesto sobre la renta del 22% al 9%, una medida que beneficiará a las familias con ingresos de hasta 10.000 euros, una racionalización de las tasas residuales y un recorte drástico en impuestos a las ganancias corporativas. La maniobra representa la segunda etapa de la política económica de Mitsotakis, que en agosto había decidido liberalizar los movimientos de capital, eliminando los controles introducidos por Alexis Tsipras en 2015 después de una fuga de capital de 30 mil millones de euros en los seis meses anteriores que incluyóun límite en la cantidad en efectivo (10 mil euros) que podría ser transportado por cualquier griego que viaje al extranjero y que las personas físicas puedan transferir al extranjero cada dos meses (4 mil).
¿Cuál es el objetivo de Mitsotakis y su política económica? Utilizando con menos escrúpulos que Tsipras los márgenes de maniobra que la Unión Europea está dispuesta a otorgar a cambio de un recorte drástico del gasto público, además de los que ya se hicieron durante los programas de austeridad, para atraer inversiones extranjeras, favorecer el medio para los negocios. Medidas que no parecen la panacea total para los problemas de Grecia: las recetas del gobierno recuerdan la retórica neoliberal y van más allá de las demandas que ya envolvieron los programas de austeridad de la Troika*. El recorte de impuestos, en particular, tiene como objetivo alentar la entrada de capital extranjero en el país, que ha tenido una relación controvertida con las adquisiciones extranjeras hasta el momento. Uno de los efectos colaterales de la austeridad llevada a cabo por Tsipras fue precisamente la propagación en Grecia del poder del capital extranjero, atraído por el colapso de los precios de los activos (bienes inmuebles, infraestructura, servicios) y los costos laborales (es decir, los salarios), lo que llevó a a una venta masiva de bienes públicos.

Mitsotakis promete un retorno a la normalidad después del  estado de excepción de la era Tsipras, y por esta razón, Europa parece incluso condescendiente al otorgar margen de maniobra en Atenas después de años de imposiciones draconianas y lágrimas y sangre requeridas. Ninguna crítica a las propuestas helénicas ha venido de los palacios de Bruselas. Los pasillos de las oficinas europeas tienen como objetivo hacernos olvidar años de retórica sobre la deuda griega que explotó al 180% del PBI debido a la contracción económica y las medidas de austeridad, la carga de los rescates de más de 300 mil millones de euros (240 de los cuales fueron de la zona del euro, 40 de Italia) del fondo de ayuda a los  estados, que en gran medida cubrió las finanzas franco-alemanas. Una predisposición muy diferente se manifestó cuando el gobierno italiano solicitó políticas similares. 
Además, debe agregarse que una reducción de impuestos para los ciudadanos griegos es, de hecho, la consecuencia lógica del despojo progresivo del estado y los servicios por la austeridad: la carga impositiva en la tierra helénica se ha mantenido en niveles insostenibles incluso en los momentos en el que se redujeron los gastos en salud, educación, infraestructura, seguridad pública. Los griegos pagaron por servicios de los que ya no podían disponer más, y una verdadera política de discontinuidad debería haberse basado en la reconstrucción de programas capaces de garantizar un retorno a niveles de subsistencia aceptables. La maniobra de la derecha griega, por lo tanto, podría no ser suficiente.

*Las tres organizaciones que más tuvieron que ver con la crisis griega: la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo

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