SOJA
Autora: Iris Speroni
Me voy a ocupar de un tema de largo plazo: ¿qué hacemos con la soja?
Estamos en medio de una campaña electoral y al borde de una crisis de proporciones, por lo que muchos estamos pendientes del día a día. Sobre eso escribí aquí (20 MEDIDAS PARA REACTIVAR EL PAÍS EN 90 DÍAS) y tengo poco que agregar. Ahora sí:
EL LARGO PLAZO
La Argentina corporativa vive de la soja desde el gobierno de Duhalde. En realidad, más que ser una bendición, fue una desgracia. El aumento del precio de venta sólo quedó parcialmente en mano de los productores.La mayor parte pasó a manos del estado, esto es, de la casta política.
Ese aumento de ingresos abruptos para el estado permitió subir el costo estatal del 25% del PBI (valores reinantes durante los gobiernos de Menem, De la Rúa y Duhalde) a 44% a 46%.
Para poder extraer ese dinero de las arcas públicas los políticos aplicaron tres mecanismos: suministros públicos, obra pública y empleo público fraguado.
El problema se dio cuando el precio de la soja volvió a bajar. Porque quedó un “gasto público” acorde a una soja de U$S 400 la tonelada con un precio de mercado inferior.
Como los políticos se negaron a volver al nivel de gastos previo, entonces simplemente emitieron, aumentaron los impuestos y nos endeudaron.
Al punto actual en que Macri colapsó la economía con adelantos impositivos, cargas públicas (formularios) de AFIP y tasas de intereses que hacen que las grandes empresas se sienten sobre sus saldos bancarios, pedaleen a los proveedores (en su mayoría PyMes y profesionales autónomos) y, básicamente, hagan quebrar a decenas de miles de empresarios y cientos de miles de familias.
¿Y SI LA DEMANDA DE SOJA DESAPARECE?
¿Alguno se preguntó qué pasaría si la demanda de soja baja o desaparece? ¿Alguno se preguntó que sucederá si la soja baja a U$S 110/tn? ¿Alguno se preguntó qué va a ser del país, a qué nos podríamos dedicar? ¿Habrá valido la pena deforestar? ¿Habrá valido la pena despoblar el campo al punto de que ha vuelto a ser un desierto?
Voy un paso más: ¿Cuán dueños somos de nuestro negocio agropecuario? ¿Cuántos campos están en manos de familias y cuántos no? Y dentro de los que no, ¿cuántas están en mano de compañías extranjeras? ¿Cuánta tierra arable argentina está en mano de gobiernos extranjeros? Hablo de gobiernos extranjeros, no de empresas extranjeras.
Veamos otros determinantes del negocio. ¿Cuántas patentes de semillas, fertilizantes, fungicidas y plaguicidas tenemos? ¿Tenemos capacidad de almacenaje y refrigeración - para los productos que así lo requieren -? ¿Tenemos capacidad de transporte? ¿Quién es el dueño de nuestros transportes? ¿Y de los puertos? ¿Y de la flota? ¿Quiénes son los nuevos dueños de los frigoríficos tras las quiebras provocadas por el kirchnerismo? ¿Quién nos compra soja? ¿Por cuánto tiempo?
CHINA
China ha comprado 9.000.000 de hectáreas de tierras arables por todo el mundo. Dos tercios de esa superficie en África.
China fue la responsable del incremento del precio de la soja a principios de este siglo. Los tres grandes productores son EEUU, Brasil y nosotros, más algunos menores. Necesita soja para hacer biodiésel, no para alimentar chanchos. Obviamente, el desecho de la prensada se convierte en forraje.
Tal vez una de las mejores decisiones geopolíticas de Argentina fue producir biocombustibles décadas atrás. Una pena que el costo lo pagaran los productores y no la sociedad en general. Una pena que nosotros no usemos biocombustibles.
Europa importa el 70% del forraje que necesita. Esa realidad cancela la premisa que domina desde la década del ‘60 en la Unión Europea (ex CEE) que postula lo que pomposamente denominaron “soberanía alimentaria” (autoabastecimiento). Al no producir el forraje que necesitan, esa decisión, que tanto daño le produjo a Argentina, Uruguay, Australia, NZ y los estados agrícolas de EEUU en su momento, finalmente, se va por la alcantarilla. Europa se volvió vulnerable a la provisión de forraje.
¿Quiénes proveemos ese forraje? EEUU, Brasil y nosotros, seguidos en menor grado por Paraguay, Bolivia, Uruguay y algunos países del este europeo.
La Unión Europea produce 6.100.000 tn de biodiésel anualmente en Alemania, Italia, Austria, Francia, Suecia y España y (800.000 tn en Rotterdam, Neste Oil), casi todo de insumos importados. Queman madera de Louisiana. Son los verdaderos responsables de la quema de bosques.
Importan el resto de biodiésel que requieren. Nosotros somos el principal exportador mundial.
Ahora bien, supongamos que las producciones chinas en África prosperan y que China pueda autoabastecerse. Quedaríamos nuevamente dependientes de los europeos, que como sabemos, manipularon los precios agrícolas por cuarenta años (1960-2000) sumiéndonos en la pobreza a todos nosotros. ¿Existe un plan B para una Argentina sin demanda de soja o maíz? Y además, ¿por qué le vendemos soja y no carne? ¿Por qué les vendemos soja y no más biodiésel?
China sí tiene un plan estratégico para el agro.
En una nota comenté que China compró NIDERA una empresa holandesa por U$S 6.000 millones. El campo argentino le da a la casta política mucho más anualmente. Con este dinero China compró un trader de granos, puertos o propiedades en puertos de todo el mundo, buques cerealeros y patentes de semillas y agroquímicos. Revendió la división semillas a Syngenta, recuperando parte de la inversión.
Para el campo argentino esto hubiera sido un vuelto.
La Argentina, si tuviera plan estratégico, hubiera adquirido una herramienta imprescindible para dominar su propio negocio (cereales y oleaginosas), pero a nadie se le ocurrió. No fue por falta de dinero (gastamos mucho más por año), fue por falta de ideas.
No termina ahí. En el año 2013, el estado chino a través de una de sus empresas, compró la empresa de EEUU Smithfields Food, uno de los principales productores de carne porcina y bovina, dueña de 60.000 hectáreas donde cría a 15 millones de cerdos y produce 21 mil millones de litros de bosta anualmente. Sus frigoríficos faenan 27 millones de cerdos por año. Es el mayor faenador de EEUU. También procesaba el 56% de la faena vacuna de todo EEUU, negocio que luego fue vendido. Smithfields elabora alimentos que distribuye en el mercado interno, el cual subsidia parcialmente la provisión de carne de cerdo a China.
Adicionalmente el gobierno chino a través de una firma compró 40.000 has en Missouri, Texas y Carolina del Norte.
China tiene tierras productivas en Argentina, Chile. En Bolivia posee 12.448 has, Cuba 5.000 has, Jamaica 18.000 has, Nicaragua 300.000 has. Posee grandes extensiones en Australia, compró dos grandes usinas lácteas en Nueva Zelanda. En Francia ha comprado numerosos viñedos y 1.700 has dedicadas al cultivo de trigo orgánico.
EL SECTOR AGRÍCOLA ARGENTINO
No hay ningún objetivo de censura hacia los chinos. Mi único interés es marcar la diferencia entre un país que tiene un plan geopolítico respecto a la agricultura y ganadería y nosotros que no lo tenemos. Actualmente tenemos la oportunidad de exportar carnes. ¿Qué sucedió? Los frigoríficos dedicados a la exportación son casi todos extranjeros.
Si el sector agropecuario no maneja los frigoríficos, las usinas lácteas y los traders cerealeros y oleaginosos, no maneja el precio de su producto. Además como no controla las semillas, porque - a diferencia de China - no se a dedicado ni a patentar ni a comprar patentes - como tampoco tiene patentes de agroquímicos, entonces no controla el precio de los insumos del negocio de la agricultura de extensión. Tampoco controla los fletes. ¿Qué le costaría a un sector que le da entre U$S 6.000 MM y U$S 8.500 MM al año al estado hacerse cargo y mejorar todos los FFCC y los puertos?
El agro no maneja su propio negocio.
LA AUSENCIA DE REPRESENTACIÓN DE LOS INTERESES
Como si esto fuera poco, luego viene el estado y le roba la ganancia que le queda.
El estado le puede robar al campo porque el campo no tiene concejales - que podrían exigir que se arreglen los caminos rurales -, no tienen diputados y senadores provinciales - que determinan los impuestos inmobiliarios, de sellos y de ingresos brutos - y no tiene representantes en el Congreso de la Nación, quienes determinan IVA, impuestos a las ganancias, al cheque, aduaneros y a la transferencia de inmuebles.
Uno de los senadores de Neuquén es representante del gremio de petroleros. Los obreros petroleros pueden hacer lo que quienes entregan U$S 8.500 MM no pueden. Puede un obrero petrolero de Neuquén y los cientos de miles de productores de Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa, Entre Ríos y Córdoba no.
No tienen ni un senador que defienda su carga impositiva o que proponga la compra de Nidera o la mejora de los FFCC o sacarles los impuestos a la flota mercante. Ni uno.
Se organizan mejor los obreros de Neuquén para defender sus ingresos que los productores agropecuarios.
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1. La diferencia entre rendimiento agropecuario (quintales por hectárea) y rentabilidad (dinero que queda después de pagar todo).
2. El futuro de Argentina está en el mar.