EL SECRETO ENCANTO DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA - Primera Parte

De omni re scibili


LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA COMO INSTRUMENTO FUNDAMENTAL PARA LA TOMA DE DECISIONES

Autor: Marcelo Javier de los Reyes*





El pesimista se queja del viento;
el optimista espera que cambie;
el realista ajusta las velas.

William George Ward (1812-1882)


Resumen
El mundo actual se encuentra ante una nueva encrucijada y se hace difícil encontrar el camino a seguir ante el sinnúmero de alternativas que se nos presentan. Cada vez tenemos mayor certeza de que el conflicto es inevitable.
El principal instrumento para los decisores, en los altos niveles de conducción, es una inteligencia estratégica basada en un pensamiento flexible que les permita la adecuada toma de decisiones para la prevención y resolución de conflictos y lograr la resolución o desactivación del problema/conflicto. Resulta imprescindible una inteligencia estratégica sumamente flexible, con capacidad de reorientarse en función de poder dar respuesta a tales cambiantes circunstancias impuestas al Estado. 
El pensamiento estratégico es un proceso sumamente complejo que requiere del más amplio conocimiento de la información, de su procesamiento, capaz de proponer nuevas direcciones, aún aquellas menos evidentes, con la intención de facilitar las mejores respuestas para que la conducción alcance sus objetivos.

Summary
The world today is at a new crossroads and it becomes difficult to find the path to be followed with all the alternatives we have. We are increasingly more certain that the conflict is inevitable. 
The main instrument for decision-makers, at high levels of management, is a strategic intelligence based on a flexible thinking that lets them make the appropriate decisions for the prevention and resolution of conflicts and achieve the resolution or deactivation of the problem/conflict. It is essential to have a highly flexible strategic intelligence, with capacity of redirecting itself in order to be able to respond to such changing circumstances imposed on the State.
Strategic thinking is a very complex process which requires the most extensive knowledge of the information, its processing, with the capacity of suggesting new directions, even those less obvious, in order to provide the best responses so the management can achieve their goals.


Palabras claves
Inteligencia, estrategia, análisis, decisión

Keywords
Intelligence, strategy, analysis, decision


Introducción

Se le atribuye al escritor, filósofo y humanista italiano Giovanni Pico de la Mirándola ―Italia, 1463-1494― la expresión De omni re scibili, que podemos traducir como “concerniente a todo lo que se puede conocer”. Quizás, no haya sido casualidad que esa expresión fue escogida como lema de la Escuela Nacional de Inteligencia de la actual Agencia Federal de la República Argentina [1]. Como es sabido, la Inteligencia, de la que Walter Laqueur intentó discernir si se trataba de “arte o ciencia”, tiene una profunda avidez por el conocimiento.
De Omni Re Scibili.

En el presente trabajo se describe cómo la inteligencia, tras la Segunda Guerra Mundial, fue convirtiéndose en una disciplina científica a partir de la conformación de teorías y métodos que, en un principio, fueron notoriamente estructurados, habida cuenta que sus basamentos tuvieron su origen en la inteligencia militar. Progresivamente, la inteligencia fue adaptándose a los cambios mundiales y la emergencia de la inteligencia estratégica fue acompañada de una desestructuración de sus métodos de análisis, más aun cuando comenzó a formar parte de un organismo civil de inteligencia.

La complejidad del mundo actual y la ocurrencia de acontecimientos no previstos, promovió una reestructuración de los organismos de inteligencia, esencial para la toma de decisiones acordes con los nuevos desafíos.



La Inteligencia se convierte en disciplina científica



Si bien los orígenes de la Inteligencia se encuentran en el espionaje, del que dan cuenta libros como La Biblia o El Arte de la Guerra de Sun Zi, en su evolución operaron cambios, los cuales determinaron que hacia mediados del siglo XX comenzara a ser pensada científicamente.

La Inteligencia como disciplina científica comenzó a tomar forma una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, por inspiración de Sherman Kent, con su obra Inteligencia Estratégica [2], primero, y de Washington Platt [3], después. Ambos autores pusieron en evidencia que la inteligencia estratégica era imprescindible para los responsables de la conducción civil o militar de un Estado. Fue así como se comenzó a hablar de Inteligencia como “información procesada”, como “producto” y como “organización”. De ese modo tomó forma lo que se denominó el “ciclo de inteligencia”, a veces cuestionado pero vigente y útil hasta hoy.

En línea con este pensamiento, Walter Laqueur, reconocido autor por sus libros sobre terrorismo [4], se planteó en otra obra si la Inteligencia debería ser considerada como un arte o una ciencia, ya que en la década del ’50 del siglo XX —en gran medida fuera de la comunidad de inteligencia—, comenzó a forjarse la idea de que la misma debía cimentarse sobre una base teórica más profunda [5]. Ello motivado, por ser la inteligencia una herramienta de vital importancia para los decisores políticos, en la cual sus resultados asertivos constituyen el único criterio de valor [6].

No obstante, fue el historiador Sherman Kent el “autor de los primeros trabajos más importantes en inteligencia, comparando el método de aquellas ciencias sociales empleadas favorablemente en la inteligencia estratégica con el de las ciencias físicas”, según describe Walter Laqueur [7]. 

Por otro lado, también se refirió a la controversia que se instaló entre Willmore Kendall, autor del artículo “The function of Intelligence” publicado en la revista World Politics en 1949. 

En su artículo Kendall considera que la inteligencia Estratégica puede abordarse desde distintas perspectivas, a saber: 
1) como una introducción general al trabajo de inteligencia; 
2) un memorándum de un analista senior en el trabajo de inteligencia que lo ha pensado todo; y 
3) un intento del mismo veterano para hacer que tenga sentido una actividad del gobierno. 

Debido a que para Kendall el libro de Kent es en parte cada una de estas tres cosas, a la vez no es perfectamente satisfactoria para cualquiera de ellas. El gran mérito de su libro es que proporciona un cuerpo de material descriptivo que permitió el inicio de una seria discusión pública sobre la relación de la inteligencia con la política en un sistema democrático [8].


Sede de los Servicios de Inteiigencia Británicos, a la vera del Támesis.


Kendall distinguió que la función de la inteligencia consistía en ayudar a los líderes  políticamente responsables” a alcanzar sus objetivos de política exterior, en gran medida mediante la identificación de los elementos de un problema susceptible a la influencia de los Estados Unidos[9] . Además, Kendall observó que si la misión de la inteligencia era iluminar a los tomadores de decisiones con lo mejor que el conocimiento experto podía proporcionar, las aversiones de Kent al tomar en cuenta la política doméstica de los Estados Unidos y la teoría de las ciencias sociales eran contraproducentes [10].



Walter Laqueur también cita en su artículo a otros autores que propusieron métodos estructurados, como Richard J. Heuer, o la adopción por parte del área de métodos y pronósticos de la Offices of Regional and Political Analysis (ORPA) de la CIA, de las Estadísticas “Bayesianas”, basándose en el Teorema de Thomas Bayes (1702-1761) [11]. 

Sin embargo, en su evolución, la inteligencia fue tomando distancia de los métodos estructurados y, en este sentido, Laqueur destaca que, al igual que en la medicina, en inteligencia no hay certezas absolutas sino probabilidades y similitudes pero, al igual que cada hombre, cada caso es único. De modo tal que el analista de inteligencia ha de enfrentarse a situaciones “únicas” por lo que, para enfrentarlas y resolverlas, el recurrir a un pensamiento basado en una metodología estructurada podría ofrecer más una dificultad que una solución. 

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(*) Licenciado en Historia graduado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Postgrado en Política Exterior Argentina, Universidad del Salvador. Durante casi veinte años fue docente de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. Docente de la Facultad del Ejército, Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF). 
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Notas:
[1] La Escuela Nacional de Inteligencia fue creada el 5 de junio de 1967, como instituto de formación de la entonces Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). Con la promulgación del Decreto Presidencial Nº 1536/91 fue reconocida como el instituto de mayor nivel de la especialidad en la Argentina.
[2] Kent, Sherman (1967). Inteligencia estratégica. Buenos Aires, Pleamar, 249 p.
[3] Platt, Washington (1983). Producción de inteligencia. Principios básicos. Buenos Aires, Struhart & Cía.
[4] Laqueur, Walter (1980). Terrorismo. Madrid, Espasa-Calpe, 348 p. y Laqueur, Walter (2003). Una historia del terrorismo. Barcelona, Paidós Ibérica, 352 p.
[5]  Laqueur, Walter (1985). A World of Secrets: The Uses and Limits of Intelligence. New York, Basic Books, 404 p.
[6] Ídem.
[7]  Ídem.
[8] Kendall, Willmore. (1949). “The Function of Intelligence”. En: World Politics, 1(4), 542-552. doi:10.2307/2008837.
[9] Davis, Jack. “The Kent-Kendall Debate of 1949”. Sitio web oficial de la CIA, 08/05/2007, <https://www.cia.gov/library/center-for-the-study-of-intelligence/kent-csi/vol35no2/html/v35i2a06p_0001.htm>, [consulta: 01/07/2018].
[10]  Ídem.
[11] Laqueur, Walter (1985). Op. cit.


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Agradecemos la difusión del presente artículo:  

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