MALEVO


Autor: Juan Martín Perkins 


Todavía hoy hay miedos y silencios de guerra. Estoy seguro de ello, aunque yo no me los permito.

Esta semana escuché a la diputada Carrió decir que “habría que revisar los juicios injustos contra los militares”. Mientras la oía, me vino a la memoria aquella imagen de Luis Patti compareciendo a declarar en camilla ante el tribunal, convaleciente de un ACV. 

Recordé la visita de Luis Patti a mi pueblo. Recordé que me saludó sonriente mientras tendía la mano y saludaba a la gente en la puerta de la farmacia Del Águila. Recordé que obtuvo 500.000 votos y fue electo diputado, pero no lo dejaron asumir y lo metieron preso por iniciativa de los “especialistas en interpretar la voluntad popular”.

Que bueno oír que alguien expresa su deseo de “revisar”, sobre todo cuando fue la misma Dra Carrió la que impulsó la suerte del diputado electo Patti.

También esta semana murió Héctor Ricardo García, el dueño de Crónica. El homenaje del diario me recordó cuando lo acusaron de amarillista por mantener la cámara encendida y mostrar al país la muerte del Malevo Ferreira. Recordé aquel último acto de coraje en la torre del tanque de agua de su finca.

Recordé el reportaje que dio el Malevo un día antes de que fueran a detenerlo a su casa, donde siempre estuvo y donde sabían que allí lo encontrarían. Tranquilo, junto a su familia, el Malevo le dijo al periodista que él no tenía chance porque no habría justicia para él. Lo acusaba la camarista federal Alicia Noli (esposa de un terrorista muerto) y la abogada de organismos de DDHH Laura Figueroa. ¡Vaya imparcialidad! 

Ferreira dijo, suelto de cuerpo, que él era boleta porque había grandes intereses económicos para cobrar 250.000 dólares por “victima” al Estado. Dijo conocer a un tipo que murió pescando en el río pero los organismos habían logrado desaparecerlo y cobrar como victima de los militares.

El Malevo habló de presos políticos, de causas armadas, de testigos falsos, de un negocio multimillonario de indemnizaciones sin control, de muertos sin tumbas y de tumbas sin muertos.

Hablaba tranquilamente a la cámara de Crónica, parecía un actor de una serie de narcos en Netflix.

No tenía dudas, para él la guerra seguía, y la estaba ganando el enemigo que él había derrotado con las armas, cuerpo a cuerpo en el monte por mandato de un gobierno constitucional.

El Malevo sabía muy bien lo que decía y no quiso entregarse al enemigo. Él no se prestaría a la farsa.

Lo dijo ante las cámaras y lo pudimos ver en vivo y en directo. 

Con toda calma, se llevó la 45 a la cabeza, se despidió de su familia y cuando la gendarmería entraba a la finca, se voló la cabeza.

¿Qué opinas? ¿El Malevo fue un cobarde? Por favor, hay que tener pelotas como las de un toro. Los terroristas lo conocían bien y lo sabían. La justicia y la política también lo sabían, por eso lo demonizaron y retiraron el caso de los medios. A las 24 horas, era imposible ver el video y en poco tiempo, el Malevo cayó en el pozo negro del olvido. Como siempre, lo que no se habla ni se ve en los medios, no ocurrió.

No se quien era el Malevo Ferreyra y no pretendo, con esta columna, abrir juicio sobre su persona, QEPD, pero quiero decir que todo lo que anunció se viene cumpliendo. Y lo que digo no es opinión, es un dato de la realidad.

Hemos contribuido todos, la ciudadanía con su indiferencia, la justicia con su mirada tuerta y parcialidad interesada y manifiesta… y los políticos con un cinismo y deshonestidad que no reconoce límites.

En buena hora la doctora Carrió se anima a reconocer que hay que revisar juicios. Es por especulación electoral, pero bienvenida sea la iniciativa.

Tanto que luchan por la igualdad, ¿se creen que los presos de mas de 70 años que están en calabozos no se enferman ni tienen frío? Los que visten uniforme, ¿no tienen derechos humanos?

Este es un país super industrial. La industria mas pujante es la del juicio y el subsidio.
Tenemos un presidente que dijo que terminaría con el Kurro de los DDHH, sin embargo, durante su mandato se perfeccionó, se eficientizó  y se hizo mas abierto y competitivo.

Por ley hay que anteponer la cifra 30.000 para referirse a los desaparecidos, a cada mandatario extranjero que nos visita lo llevamos a tirar flores al parque de la memoria y echan del gobierno al que se atreve a poner en duda el relato… no me digan que el Malevo no la tenía clara. 

Él no se prestó a la farsa pero sus denuncias no alcanzaron para evitar que la Argentina fuera un gran pozo negro donde se tiran seres humanos al abandono y el olvido.
Gratis... no nos va a salir.


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