UN PROGRAMA POLÍTICO DRÁSTICO PUEDE LLEVAR AL PARTIDO BREXIT AL GOBIERNO DE GRAN BRETAÑA


Autor: Gerald Warner

Nota original: https://reaction.life/a-radical-policy-programme-could-bring-the-brexit-party-to-government/
Traducción de Hyspasia

Nota de la Traductora: En Restaurar mostramos el crecimiento desde cero en menos de cuatro meses del Partido Brexit de Gran Bretaña por la pérdida de credibilidad de los partidos tradicionales que traicionaron desvergonzadamente al electorado, y por mérito propio también.

El Partido Brexit está introduciendo novedades en el juego político que creo interesante que los argentinos conozcamos y veamos si vale la pena incorporarlos. Por ejemplo: en su página web pusieron un botón para que quien quiera ser candidato del Partido Brexit, se postule. Que envíe su CV y diga qué quiere para el país y qué habilidades tiene para ofrecer. Ahí el comité de dirección del partido verifica la veracidad del CV y evalúa la conveniencia del postulante. ¿Por qué no? ¿Por qué no llevar a los más aptos que estén dispuestos? Es genial.

Creo que en Argentina los partidos tradicionales (y los nuevos que aparecieron como el de Carrió, Stolbizer, Massa) tienen todos los mismos vicios. Son organizaciones para servirse del país y no para servir al país, y ningún político representa al electorado ni tiene ninguna intención de hacerlo. Los argentinos que trabajamos o que gozan de su merecida jubilación, o estudian, no tienen representación.

Nadie defiende nuestros intereses, no sólo de las personas comunes, sino tampoco de dueños de cosas agremiados en cámaras empresariales.

Los políticos sólo representen intereses inmobiliarios de cuatro vivos (Werthein, IRSA, Constantini), de los bancos argentinos que cazan en el zoológico, y de las empresas de servicios que son todas propiedad de los políticos (las caritas que vemos son todos testaferros) o de petroleras o auríferas extranjeras. En Gran Bretaña es igual.

Tenemos que empezar a representarnos a nosotros mismos. Empezar a poner concejales, diputados provinciales y luego avanzar a la nación. Usar los sueldos y presupuestos de la política para reinvertir en el crecimiento de la representación (y no irse a Disney o cambiar el auto). Máximo trabajo, máxima inteligencia, máxima organización, poco dinero. Tres hermanos dueños de un corralón de materiales en Tres de Febrero, bueno, en representación de los comerciantes, uno va de concejal. Lo mismo con los productores agropecuarios o con los fabricantes de salamandras. Caso contrario estos tipos nos mandan a la ruina.

El Partido Brexit está haciendo algo bueno. Aprendamos todo lo que nos pueda servir. Y creo que hay MUCHO que podemos replicar.

LA CARAVANA DEL PARTIDO BREXIT "LA GRAN VISIÓN" SE PUEDE VER ACÁ:
https://twitter.com/Nigel_Farage/status/1145360006059085824


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Un Programa Político Drástico puede llevar al Partido Brexit al Gobierno de Gran Bretaña
Por Gerald Warner

El mitín del Partido Brexit en Birmingham (*) el pasado domingo (30/06/2019) fue titulado "La Caravana de la Gran Visión".  Los partidos políticos gustan de darle nombres grandilocuentes a sus eventos, a pesar de que la realidad rara vez justifica la fanfarria. Es justo decir, sin embargo, que en este mitín la gente de Nigel Farage demostró un acercamiento drástico e imaginativo a los problemas de Gran Bretaña, más allá del tema del Brexit.


Desde el inicio, Farage tomo grandes recaudos en enfatizar que el Partido Brexit tenía propósitos más amplios que sólo dejar la Unión Europea: "Cambiar la Política para Siempre". Esto implica cambios constitucionales como una prioridad, pero quienes dirigen el Partido Brexit son lo suficientemente vivos para reconocer que los partidos obsesionados con los temas constitucionales rápidamente pierden el favor del público.


Políticas de pan y manteca deben ser encaradas y en Gran Bretaña hoy son urgentes. El resultado del referendo de la UE fue visto largamente como un grito de rabia de ciertas partes de Gran Bretaña - que tanto demográfica como geográficamente constituyen la mayoría de la Nación - que habían sido dejadas de lado, excluídas de la prosperidad floreciente de Londres y sus alrededores. Los partidos tradicionales, inmediatamente después del referendo, hicieron ruidos sobre ocuparse del tema y luego le dieron la espalda.


Para el Partido Brexit es un territorio increíblemente fértil. Hay cientos de asientos en el Parlamento, tanto del Laborismo como de los Tories (conservadores), maduros para ser cosechados simplemente haciendo lo que el sentido común moral, social y económico prescribe. El pasado domingo quienes hablaron en el mitín mantuvieron el foco implacablemente en la agenda regional. La Caravana no se hizo en Londres sino en Brimingham. El presidente del partido, Richar Tice, anunción que en lugar de tener una conferencia del partido en septiembre harán 11 asambleas regionales donde los participantes expondrán las necesidades locales.


La política debe hacerse de abajo hacia arriba. Incluso ofrecen una dirección de correo electrónico a la cual el púbico puede dirigirse para enviar sugerencias que serán filtradas por las autoridades partidarias. Hay signos de que el Partido Brexit está ganando el interés y el apoyo de muchas cámaras empresariales de pequeñas y medianas empresas de las comunidades (SME). Muchos candidatos del Partido Brexit provienen del sector PyMe.


Se puede discutir que un partido con sólo tres meses de vida pueda tener lazos más cercanos con los negocios "reales" que el Partido Conservador (que no puede ver más allá del CBI -Confederation of British Industry - una entidad que históricamente entendió todo mal, incluyendo su pedido de que Gran Bretaña se uniera al euro). Los críticos postulan que dado que el Partido Brexit es una coalición amplia, suelta, se desarmará tan pronto como se metan en la política dura que requiere cerrar acuerdos. Farage está bien al tanto de eso y está avanzando lentamente y en puntas de pie, consultando a sus simpatizantes a cada paso.


Gracias a la imbecilidad que capturó a los partidos tradicionales en los últimos años y su prodigalidad con el dinero de los contribuyentes, el Partido Brexit tiene más margen de maniobra que lo que hubiera sido el caso. ¿Cómo va a financiar sus propuestas? "Hachando las más absurdas extravagancias del Partido Conservador" es la respuesta.  "Irse de la UE sin acuerdo" significa retener £ 39 mil millones que ya se habían presupuestado para dar a Bruselas. No llevando adelante el elefante blanco que es el "Servicio Nacional de Salud 2" (NHS2) es un ahorro de £ 100 mil millones. Cortar  la mitad de las ridículas donaciones al exterior que tienen como único propósito mostrar cuán virtuosos son los británicos sería un ahorro de £ 60 mil millones en siete años.


Todas éstas son medidas ya planteadas por el Partido Brexit. A esto deberían agregar que deben desechar el infantil "legado" de Theresa May: el objetivo de cero emisiones de carbón para el año 2050, que le costará a Gran Bretaña £ 1,5 billones en tres décadas y que reducirá el standard de vida británico a los niveles del Tercer Mundo.


Aún si no ganara el gobierno de Gran Bretaña, el Partido Brexit necesita ensamblar un consejo de científicos y asesores técnicos de todas las opiniones, que no hayan sido corrompidos por el dinero del IPCC (**) de tal forma de establecer el nivel de amenaza que plantea el cambio climático producido por las manchas solares (no por el hombre) y las políticas que sean razonables para implementar. Éstas van a costar sólo una pequeña fracción de las cifras suicidas que son demandadas por los miembros del culto climático en respuesta a amenazas que no se han materializado luego de dos décadas de haber sido profetizadas como nuestro Día del Juicio Final.


Un rasgo significativo del mitín en Birmingham fue los asistentes eran menos ancianos que la caricatura que presentan los detractores del Partido Brexit. No había muchos millenials, pero había de todas las edades, de treinta, de mediana edad especialmente, estaban bien representados. La de "Los hombres ancianos en blazers" es una narrativa muerta. No hay suficientes jugadores de golf en Gran Bretaña para mandar 29 representantes al Parlamento Europeo en Estrasburgo.


El partido está delineando políticas para los jóvenes. Tice dijo que, en lugar de graduados que emergen luego de una carrera de tres años ya cargados con una deuda y £5,000 de intereses sobre el préstamo estudiantil, el partido va a reducir los intereses a cero y cancelar los intereses adeudados por los ya graduados. El partido necesita diseñar una política que termine con el fácil snobismo que rodea el concepto de carrera de grado y guiar a los jóvenes prometedores lejos de la futilidad de los "estudios en ciencias de la comunicación" y tener estudios y carreras de oficios en actividades que creen riqueza.


La BBC es otra institución "liberal" que necesita ser modificada. Ahora es un momento propicio, ya que acaba de abandonar la política de cero cargo para los jubilados, mientras incrementó los contratos de sus "talentosos". El cargo por abono (***) debe ser abolido como primer paso; luego, quebrar el monopolio monolítico y vender los sectores redundantes en una reforma largamente postergada.


Otro punto en el que Nigel Farage está en riesgo de hacer todo mal es su sugerencia de abolir la Cámara de los Lores. La reforma a los Lores es un pantano constitucional que engulle y deja exhausto a todos los gobiernos que ensayaron hacerlo. La presente cámara merece poca confianza por parte del público, pero un gobierno del Partido Brexit debería tener prioridades más urgenes. La obstrucción de la cámara alta podría ser neutralizad por el nombramiento masivo de Pares (NdT: lores) del propio Partido Brexit, mientras procede con las reformas en la Cámara de los Comunes, más urgentes.


Y terminar con el innecesario voto postal para evitar el fraude al que está asociado es una prioridad. Del mismo modo que lo es cercenar el poder de los miembros de la Cámara de los Comunes y es necesario redefinir las obligaciones de los representantes (****) y pensarlos más como delegados que con el concepto de "representantes", del cual tanto han abusado. Revocar el mandato de un representante debería ser más fácil. El Partido Brexit se ha comprometido al principio de una democracia más directa, pero debe poner el sistema en forma correcta.


Estamos sólo al principio, pero los agravios del público son multifacéticos y deben ser remediados. Farage y sus colegas han ya mostrado que suficiente margen de maniobra fiscal, que se obtendría con sólo cancelar media docena de extravagancias de los partidos tradicionales.


En el extremadamente improbable caso de que Boris Johnson entregue un Brexit aceptable, Nigel Farage sufrirá una temporaria pérdida de favor público. Pero rentendrá un cuerpo sólido de votantes que se incrementará a medida de que los partidos tradicionales sigan haciendo de las suyas como si tal cosa después del Brexit, reiniciando el fuego de la voluntad popular de "Cambiemos la Política para Siempre". Al establisment le gusta presentar a Nigel Farage como un "payaso". Farage quiere cerrar el nHS2, Boris Johnson quiere hacer un puente entre Irlanda y Escocia. ¿Qué es lo que eso nos dice sobre la payasesca condición  de los partidos tradicionales?



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Notas
(*) Ciudad industrial del norte de Inglaterra.
(**) Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC Intergovernmental Panel on Climate Change). Aquí y aquí.
(***) La BBC es paga en GB. Existe un cargo mensual, un abono.
(****) Representantes o MP, nombre alternativo de los miembros de la Cámara de los Comunes.

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A radical policy programme could bring the Brexit Party to government

BY GERALD WARNER   /  4 JULY 2019


The Brexit Party’s gathering in Birmingham last Sunday was entitled the “Big Vision Rally.” Political parties like to give grandiloquent names to their events, though the reality seldom justifies the fanfare. It is fair to say, however, that at this meeting Nigel Farage’s people displayed a radical and imaginative approach to Britain’s problems, far beyond the gateway issue of Brexit.

From its inception, Farage has been at pains to emphasise that the Brexit Party has a wider purpose beyond leaving the European Union: “to change politics for good”. That implies constitutional change is a priority, but Brexit Party managers are sufficiently shrewd to recognize that parties obsessed with constitutional issues quickly forfeit the sympathy of the public.

Bread-and-butter policies must be addressed and in Britain today these are pressing. The EU referendum outcome was widely seen as a cry of rage from those parts of Britain – geographically and demographically a majority of the nation – that have been left behind, excluded from the burgeoning prosperity of London and its environs. The legacy parties, in the immediate aftermath of the referendum, made noises about addressing this problem then turned away.

For the Brexit Party this is incredibly fertile territory. There are hundreds of parliamentary seats, both Labour and Tory, ripe for the plucking simply by doing what moral, social and economic good sense prescribes. Last Sunday the speakers maintained a relentless focus on regional policy. The rally was held not in London but in Birmingham. The chairman, Richard Tice, announced that instead of holding a conventional party conference in September the Brexit Party will host 11 regional assemblies at which participants will voice local needs.

Policy is to be made from the bottom up. There is even an e-mail address to which the public can address policy suggestions for sifting by the party managers. There are signs that the Brexit Party is winning the interest and support of many in the SME business community. Many Brexit Party candidates are drawn from SME backgrounds.

It is arguable that a party only three months old already has closer links with real “business” than a Conservative Party that cannot see beyond the CBI, a body that has historically got everything wrong, including demanding that Britain join the euro. Critics have claimed that since the Brexit Party is a wide, loose-knit coalition it must fall apart as soon as hard policy is hammered out. Farage is well aware of that and is progressing slowly and on tip-toe, consulting his supporters at every stage.

Thanks to the entitlement-based idiocy that has gripped the legacy parties in recent years and their prodigality with taxpayers’ money, the Brexit Party has far more room for manoeuvre than would otherwise have been the case. How will it pay for its policies? By axeing the most absurd Tory extravagances is the answer. No deal means retaining £39bn that had been written off to Brussels. Scrapping the gross white elephant that is HS2 would save £100bn. Cutting Britain’s ridiculous virtue-signalling overseas aid budget by half would save £60bn over seven years.

All those are policies already pledged by the Brexit Party. To those it should add scrapping Theresa May’s infantile “legacy” gesture of a target of net zero carbon emissions by 2050, which would cost £1.5 trillion over three decades and reduce British living standards to Third World levels.

Even without being in government the Brexit Party needs to assemble a body of scientific advisers of all shades of opinion, who have not taken the IPCC’s shilling, to establish the threat level posed by solar (not man-made) climate change and the policies it is advisable to implement. These would cost only a fraction of the suicidal sums being demanded by climate cultists in response to a threat that has not materialised over the two decades they have been prophesying doom.

A significant feature of the Birmingham rally was that the attendance was less elderly than the caricature presented by the Brexit Party’s enemies. Not many millennials, but all age groups above thirty, especially early middle age, were well represented. The old-men-in-blazers narrative is dead. There are not enough golf club bores in Britain to send 29 MEPs to Strasbourg.

The party is devising policies for youth. Tice said that, instead of graduates emerging at the end of a three-year degree already burdened with £5,000 interest on a student loan, the party would reduce loan interest to zero and cancel the historical interest owed by existing graduates. The party also needs to devise a policy to end the facile snobbery that surrounds the concept of a degree and guide promising youngsters away from the futility of a “media studies” degree towards wealth-creating apprenticeships.

The BBC is another “liberal” institution that needs to be curbed. Now is a propitious time, just when it has ended free television viewing for pensioners, while increasing the inflated salaries of its “talent”. The licence fee should be abolished as a first step; thereafter, breaking up the monopolistic monolith and selling off redundant sectors is a long overdue reform of broadcasting.

One thing Nigel Farage is in danger of getting badly wrong is his suggestion of abolishing the House of Lords. Lords reform is a constitutional swamp that engulfs and exhausts all governments that essay it. The present chamber commands little public confidence, but a notional Brexit Party government should have more urgent priorities. Obstruction by the upper house could be neutralised by a mass creation of Brexit peers, while the more urgent task of House of Commons reform proceeds.

An end to unnecessary postal voting, to avoid the fraud with which it is associated, is paramount. So is a curbing of the Commons’ powers and the need to redefine the duty of MPs more as delegates than the concept of “representatives” they have so badly abused. Recall of MPs must be made easier. The Brexit Party has already committed to the principle of more direct democracy, but it must get the system right.

It is very early days, but the grievances of the public are multifarious and must be redressed. Farage and his colleagues have already shown there is plenty of fiscal slack available simply by cancelling half a dozen of the legacy parties’ extravagances.

In the extremely unlikely event of Boris Johnson delivering an acceptable Brexit, Nigel Farage would suffer a temporary loss of support. But he would retain a solid body of voters which would increase as the legacy parties resumed business as usual post-Brexit, rekindling the will to “change politics for good”. The establishment likes to depict Nigel Farage as a “clown”. Farage wants to scrap HS2, Boris Johnson wants to build a bridge between Northern Ireland and Scotland. What does that say about the clownish condition of the legacy parties?

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