GATOPARDISMO
Autor: Juan Martín Perkins
“El Gatopardo”, de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, relata una historia de decadencia, pero es un relato elegante que cuenta una decadencia digna.
La nuestra, en cambio, sabemos la clase de decadencia que es.
El cabeza Duhalde lo resume en una lúcida y representativa frase: “si no se puede pagar no se paga y listo”, le faltó agregar, ¡que tanto joder! Para hacer honor y estar a la altura de nuestra decadencia.
A las pocas horas, el presidente electo, fue mas allá diciendo que tiene la voluntad de honrar las deudas pero, (siempre tenemos un “pero” a flor de labio) pero una vez que hayamos crecido y exportado para juntar los dólares con los cuales generar un excedente.
O sea, luego de casi 20 años, dimos una vuelta entera a la rotonda y nos encontramos nuevamente en el mismo lugar de nuestra inviabilidad insolvente.
Estamos detenidos a la vera del camino hablando pavadas, mientras el policía nos pide que soplemos la pipeta para hacernos el control de alcoholemia.
¿Estamos en pedo? ¿Como es que estamos otra vez acá?
El presidente electo usa una buena metáfora cuando dice que no “aceptará” los 11.000 garrotes del FMI que faltan para completar los desembolsos del acuerdo.
Dice Fernández: “cuando uno está medio en pedo, no necesita seguir chupando sino dejar de hacerlo”.
Muy gráfico y certero en la reflexión nuestro presidente electo. Lástima que cínico, porque en su intención no está la idea de “dejar de chupar”.
Fernández solo está pensando en cambiar cerveza por fernet con coca. El desembolso del FMI que aparenta rechazar, jamás vendría. Por lo tanto, habrá que dar un nuevo impuestazo luego del acting.
De racionalizar el estado para dar un ejemplo y obtener algo de autoridad moral… ni hablar, eso que TODOS sabemos que hay que hacer pero nunca hacemos, quedará para la próxima.
El camino fue bien abonado, se apeló a la emergencia del hambre con la ayuda de todos los sectores, (especialmente la Iglesia), se dejó bien individualizados a los que fueron aliados estratégicos del gobierno anterior para poder ir por ellos con legitimidad en nombre del hambre y la pobreza.
Vuelta a empezar, y allí están los de siempre pero mejores, de colmillos afilados cual vampiros.
Como Giuseppe Tomasi le hace decir a Tancredi en El Gatopardo, “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie” (en apariencia para la gilada).
Viene la revolución cultural a subvertirlo todo, pero sin cambiar nada mas que de tirano, como en la revolución francesa luego de la guillotina. Gatopardismo puro, para ganar tiempo y conseguir una nueva fuente que financie la inviabilidad del nuevo Napoleón.
Esta vez no habrá cerveza ni fernét, habrá que ver al brujo sin yuyos.
Como hacemos nosotros, los hombres comunes ante una deuda con el banco, la afip, un proveedor o la tarjeta. ¿Te imaginas si pudiéramos decir “sino se puede pagar no se paga?
A nosotros, los ciudadanos, nos embargan la cuenta, nos ejecutan la prenda, nos despojan y secuestran el bien, nos desalojan…
A los irresponsables de la corporación política NUNCA LES PASA NADA. Al contrario, los premian con el voto… y la comunidad económica mundial les sigue prestando… total, siempre de algún culo saldrá sangre.
Siempre de los mismos. Del nuestro.
Juan Martín Perkins.
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