ANARQUÍA O COMUNIDAD ORDENADA

El reino del revés

(Un ladrón es vigilante y otro es juez
 y dos y dos son tres)

Autor: Jime (@J77Jimena)


La inseguridad se puede definir como la existencia de un peligro o riesgo o como lo que refleja cierta duda. Aplicado a lo cotidiano refiere a la posibilidad de sufrir un delito. Este es una violación de la ley vigente en un estado de derecho. 

El robo a mano armada, secuestro, violación, homicidio, son crímenes que ponen a los ciudadanos en un estado de alerta y miedo constantes

El robo a mano armada, secuestro, violación, homicidio, son crímenes que ponen a los ciudadanos en un estado de alerta y miedo constantes: mirar a un lado y otro antes de entrar a casa, avisar por teléfono a algún familiar que estamos por llegar y que nos abra el portón para entrar el auto, esquivar ciertos barrios o calles, evitar salir a cierta hora o a lugares. 

Desde el Estado dicen que te “cuidan” de un virus. Te machacan que te vas a morir por no cumplir con sus recomendaciones, y te hacen responsable del incremento de contagios y muertes si tan luego se te ocurrió ir a ver a tu abuelita con todos los permisos y precauciones. Con sus mensajes apocalípticos, casi podemos decir que se está haciendo un ejercicio de terrorismo sistemático por parte de los funcionarios públicos que nos hace vivir en estado de alerta. 

Al mismo tiempo, nadie se hace responsable cuando se liberan delincuentes que terminan asesinando a sangre fría a un pobre laburante, a un anciano o dejando huérfanos a niños de poca edad. En esos casos se trata de pura y simple “mala suerte”. “Le tocó”.

El presidente y el gobernador dicen que les duele cada muerte por C19, pero se muestran indolentes o peor cuando la muerte sobreviene por la liberación temprana de un delincuente.

El presidente y el gobernador dicen que les duele cada muerte por C19, pero se muestran indolentes o peor cuando la muerte sobreviene por la liberación temprana de un delincuente. Ponen el grito en el cielo cuando el ciudadano ejerce su derecho a defenderse, pero calla y justifica cuando el excluido del sistema ejerce su” derecho” a tomar lo que no le pertenece en un acto de “reparación” o “justicia social” por todo lo que “no pudo tener” o “la sociedad no le dio”.

Hoy, la ministra de Seguridad de la Nación, parece reflotar una vieja frase: “la inseguridad es una sensación”. Ante esto me pregunto: ¿Es una sensación que estamos desprotegidos, indefensos?, ¿Es una sensación que tiene más derechos el delincuente que el honesto? ¿Es una sensación que el Estado no te cuida, y esta ausente para vos porque sos un “privilegiado”, pero esta presente para el delincuente porque “no tuvo las mismas oportunidades”?

¿Es una sensación que tiene más derechos el delincuente que el honesto?

No, es una realidad de la que es mejor hablar poco, porque aplicar la ley es “de facho” y ningún gobierno quiere pagar el supuesto costo político que las políticas de ley y orden implican.


En una nota que publicó Infobae (12/6/20), Garrigós de Rebori advirtió que habrá un pico de delitos contra la propiedad cuando termine la pandemia. La funcionaria explicó que esto tendría lugar por la crisis económica resultante de las medidas que el ejecutivo debió tomar.  

Varias son las voces que buscan un justificativo para el comportamiento delictivo. Describen a quien viola la ley penal como otro sufriente de esta crisis, como si se pudiera poner a la misma altura quien se gana la vida de manera honesta, con esfuerzo y que en este contexto está pasando especiales penurias, con un delincuente que elije precisamente perjudicar a ese trabajador. No nos engañemos, el 90% de los delitos tienen lugar “entre pobres”. El ladrón Robin Hood solo existe en imaginaciones delirantes. 

No nos engañemos, el 90% de los delitos tienen lugar “entre pobres

Por otro lado, nuestros funcionarios pretenden en un punto que el trabajador más pobre al verse privado de conseguir el sustento necesariamente se convertirá en un quebrantador de la ley. Porque en el fondo son deterministas, aunque odien reconocerlo.  

El C19 es la libertad para el delincuente y la cárcel para el honesto. Es permiso para el delincuente y restricción o prohibido para el honesto. Los roles se siguen invirtiendo

Se pretende negar el incremento de hechos delictivos basándose en la teoría de que esta idea equivocada es responsabilidad de los medios de comunicación que los sacan a la luz. Según los creadores de la “criminología mediática”, son los medios quienes instigan al odio y a la venganza, creando en el imaginario colectivo la idea de que la cárcel esta llena de delincuentes peligrosos, cuando en realidad la gran mayoría son hombres pobres, negros, feos, jóvenes. 

No es sólo el sistema penal sino los medios quienes actúan selectivamente de acuerdo a estos estereotipos. Ellos son los responsables de que las personas hartas de sufrir la inseguridad, apoyen campañas de “ley y orden”, “mano dura”. Incentivan a través de distintos mensajes la idea de “justicia por mano propia”, ya que estos teóricos descreen o condenan la legítima defensa. También son culpables de que la gente vea con buenos ojos la idea de un escuadrón de la muerte que salga a la caza de delincuentes, algo que en nuestro país difícil y raramente se plantea en ningún ámbito racional. 

A la víctima que sufrió un hecho de inseguridad, se le enrostra “sos cheto".

Si alguien ejerce su derecho de legítima defensa para defender su vida o sus bienes, sobre todo en este último caso, los zaffaronianos y su troupe de admiradores tanto letrados como periodistas sostienen que se le debe condenar ejemplarmente En cambio al delincuente se le debe tener toda la piedad, se sostiene que se ha dejado a un padre sin su hijo, a un hijo sin su padre, a una esposa viuda, a una familia destruida. Porque el delincuente es ante todo una víctima y por partida doble. Primero, por tener como única solución de subsistir, de encajar, tiene que recurrir al hecho delictivo. Y segundo, cuando el sistema penal le aplica una pena o es abatido. 

En estos casos salen los empáticos de la situación del delincuente, a exponer el “drama” de tener que ir preso. Referentes de la justicia y personas del ambiente artístico, militan en contra de una justicia penal bien entendida, todo es culpa del sistema capitalista que oprime y expone al pobre, que al parecer según ellos no tiene otra opción ni brújula moral, a delinquir. 

A la víctima que sufrió un hecho de inseguridad, se le enrostra “sos cheto, tenes tus necesidades satisfechas, casa calentita y te viene a joder que te saquen el celular?” “Bueno, te pegaron un poco pero no te violaron”, “Bueno, te violaron pero tenés que entender que él no tuvo ESI, no entiende que no es no”.

El delincuente tiene derecho a arrebatarte lo que con esfuerzo conseguiste

El delincuente tiene derecho a arrebatarte lo que con esfuerzo conseguiste, porque le hicieron creer que alguien se lo quito, y que, la única forma de saldar esa brecha de desigualdad, es por la violencia. No es su culpa. 

Con los valores subvertidos, con un discurso prodelincuente y antivíctima, que es en el fondo un discurso de disolución de la sociedad no se puede construir absolutamente ningún futuro para nuestros hijos.

Es hora de volver a poner las cosas en su lugar. 

El delincuente toma la decisión de salir a quebrantar la ley, el honesto que se defiende está haciendo uso de un derecho legítimo. No nos dejemos convencer de lo contrario

Es elegir entre tener una comunidad ordenada o vivir en la anarquía

Quien delinque no es una víctima de la sociedad. La sociedad en general y la persona que sufre el delito en particular es la víctima y quien debe tener toda nuestra simpatía además de reparación y sí, parte de ella, es a través del castigo legal a quien la violentó.

No es elegir entre el celular y arruinarle la vida a un “pobre pibe”. Es elegir entre tener una comunidad ordenada o vivir en la anarquía.

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