ALGUNOS DE USTEDES TODAVÍA NO SE DIERON CUENTA


"Uno no pide poder. Sólo lo construye".


Autor: Curtis Yarvin
Nota original: https://graymirror.substack.com/p/some-of-you-are-not-yet-clearpilled
Original en inglés al pie.
Traducción Hyspasia


Cada vez que escribo sobre covid recibo un montón de comentarios adversos. Esta vez no será la excepción.

En general, la actitud que usted tome frente a este show de covid predice cierta sofisticación política, que usted puede denominar como desee. Si lo tiene, usted llegará sólo a darse cuenta. Si no, bueno, ése es mi trabajo ¿no? ¿Ayudarlo a usted a llegar a ese punto?

Algunos lectores despiertos preguntan: seguro, en abstracto, un régimen soberano tiene el derecho soberano abstracto ante una emergencia biológica, incluyendo el derecho de encerrar a sus súbditos en sus departamentos para aguantar el embate de lepra de transmisión aérea. Pero...¿este régimen, estas medidas y este virus?

La respuesta es que este derecho es siempre abstracto. Los derechos soberanos son siempre ilimitados. De ninguna manera esto convierte en correcto el uso ilimitado de poder. Especialmente en el caso de nuestro querido régimen - que es verdaderamente una belleza.


Cuando el poder hace lo incorrecto

No podemos decir que este régimen actúa correctamente, porque las medidas correctas en una emergencia requieren la existencia de una genuina emergencia; y las medidas deben ser genuinamente efectivas. No es claro el caso por la eficacia de las intervenciones no farmacéuticas; y aquellos que lideran parecen - curiosamente - poco interesados en las medidas básica, como mejores máscaras o test rápidos más baratos, que harían más fácil trabajar - y que no invocan el tenso, vengativo placer de la coerción. Y si bien el covid es una suerte de emergencia, una emergencia es emergencia si cuando se la trata como una emergencia funciona mejor que si no hiciéramos nada y siguiéramos la vida como si tal cosa - lo que no ha quedado claro.

¿Entonces? Está OK. Honestamente, no es un gran régimen. Hace cosas raras por razones más raras aún. ¿Cierto? Pero nosotros ya los sabíamos, ¿no es cierto?

Cuando el poder hace lo incorrecto por alguna razón estúpida, yo deseo no tener que citar a Bruce Lee: "sé agua". El error del poder convierte en correcta la resistencia. Hace que resistirse esté bien. Pero: ¿Es prudente resistir? ¿Es necesario resistir? Casi siempre, no.

Su acción no debe ser reactiva. El agua no devuelve el empuje. El agua deja que el enemigo gaste energía, no gasta ninguna energía en él. El agua no olvida que su enemigo es un enemigo - ni una vez pierde de vista su amado sueño de llenar su tráquea de agua.

Cuando usted no sigue al pie de la letra la sabiduría de Bruce Lee, usted siempre piensa que lucha contra el poder. Usualmente, lo que usted está haciendo es participar - cediéndole su energía al enemigo.


Poder es oposición

La única razón práctica para estudiar ciencia política es estudiar (a) cómo aplicar el poder en contra del actual régimen, (b) cómo el próximo régimen debe aplicar el poder. 

La respuesta a (a) es muy simple. Nunca aplicar poder. Sólo construir poder. Al final, es probable que  usted ni necesite pelear - usted ganará casi automáticamente. Y una vez que usted tenga poder suficiente para pelear, usted definitivamente se va a dar cuenta.

Ésta no es una regla absoluta. No hay reglas absolutas en el arte de la guerra, que, lo quiera usted o no, incluye el arte de la política. No es imposible que sea efectiva una acción colectiva desde una posición disidente.

Pero toda acción colectiva es una acción militar y debe ser juzgada con criterio militar. Los estándares para la prudencia de la acción militar no cambiaron nunca: se espera de una acción prudente que incremente su fuerza respecto a la fuerza del enemigo. La guerra es ganar cuando al enemigo no le quedan fuerzas - no es el poder de resistir.

Nosotros podemos imaginar acciones colectivas con un objetivo focalizado, ya sea ofensivo o defensivo, que cumpla con este alto estándard. Supongamos que el objetivo es parar una  nueva medida del régimen por la cual éste va a abrir las fronteras y va a ceder membresías en el partido gobernante y derechos de voto a cualquiera que arribe, por lo tanto llenando el cuarto oscuro [n. de t.: el lugar de votación] con seres humanos. El valor defensivo de enfrentar este objetivo es alto, desde el momento que fallar es directamente quitarle poder a la población nativa desde hoy a la eternidad.

La mayoría de las acciones no son así. Si el objetivo de una acción defensiva es prevenir un abuso de poder, debemos evaluar previamente si existe la posibilidad de una acción defensiva que resulte efectiva. Necesitamos preguntarnos si este abuso de poder específico hará al régimen más poderoso.

Si no, al oponernos al abuso, sólo estamos disipando nuestro poder. Usar energía contra el poder, aún exitosamente, no nos genera más energía. Nos usa energía que no reponemos. El mayor efecto del Brexit fue disipar la energía que creó el Brexit. Ningún poder fue creado ni por la victoria simbólica o por los resultados tangibles.

La peor clase de objetivos en el cual gastar energía es la de los objetivos simbólicos. En esos caso la victoria es sólo disipación de energía - la vacuidad de un orgasmo onanístico. Cuado el objetivo es sustantivo y bueno, mejor - pero no valida al objetivo. Sólo si el objetivo es plausiblemente obtenido, y si al obtenerlo se incrementa a nuestro favor el balance de poder, tenemos un objetivo político prudente.

La mayoría de los abusos de poder constituyen malos objetivo, por la simple razón de que la mayoría de los abusos de poder desacreditan al régimen. Por lo tanto al terminarlo - aún si puede hacerse - es cándido y no-maquiavélico, un lujo que un rebelde no puede permitirse. Como dijo Napoleón: nunca interrumpa al enemigo cuando está en curso de destruirse a sí mismo.

El mensaje adecuado a la gente de cómo manejar el abuso de poder es como sigue: este abuso de poder es característico de este régimen, que nunca cambiará. Si a usted no le gusta este tipo de abuso, usted debe buscarle la vuelta a cómo tratar de cambiar el régimen. Lo que no sucederá en el corto plazo - por lo que imagine cómo sobrevivir al abuso.

Es más, esta clase de objetivos [objetivos simbólicos o parar acciones abusivas] distraen energía de cuando estamos sentados en nuestros sillones e imaginamos cómo resolver el problema (b) - ¿Cómo debería actual un régimen futuro frente al problema del covid?

Usted puede pensar que resolver este problema no nos ayudará en un régimen ideal en el futuro - usted se equivoca. Nada puede suceder hasta que se vuelve plausible; y hacerlo plausible es el rol del intelectual. Es más, es un asquete llegar al poder y no saber qué hacer con él - en la historia esto se ha visto muchas veces.

Es más seguro asumir que cuando usted está fuera del poder, su objetivo es construir poder, no usar poder. Verdad - hay oportunidades reales para la acción disidente colectiva. Pero su mente de mono quiere ver con tantas ansias estas oportunidades, de las cuales sólo una en cien son reales - como lo demuestra la implacable lógica militar.

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Autor Curtis Yarvin  quien nos pide que nos subscribamos a su blog Gray Mirror, un portal al nuevo régimen.

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Some of you are not yet clearpilled

"Never apply power. Only build power."

I always get a lot of flak when I covidpost. This time is no exception.

In general, your attitude toward this covid shitshow predicts a certain kind of political sophistication and detachment, which you can call whatever you like. If you have it, you are going to make it. If not—well, it is my job, isn’t it? To help you try to make it?

Some smart readers ask: sure, in the abstract, a sovereign regime has the abstract sovereign right to emergency biopower, up to and including welding its subjects in their condos to cope with some kind of airborne smallpox-leprosy. But… this regime, these measures, and this virus?

The answer is that right is always abstract. Sovereignty’s rights are always unlimited. This by no means makes all its uses of power right and proper. Especially in the case of our own dear regime—which is really a beaut.

When power is doing the wrong thing

We cannot say the regime is acting rightfully, because rightful emergency measures require a genuine emergency; and the measures must be genuinely effective. There is not a clear case for the efficacy of Western nonpharmaceutical interventions; and those currently driving them seem curiously uninterested in basic measures, such as better masks and more, cheaper rapid tests, that would make them work much better—but do not invoke the tense, avenging joy of collective coercion. And while covid is sort of an emergency, an emergency is an emergency if handling it as an emergency works much better than business as usual—which isn’t completely clear here, either.

So? That’s okay. Honestly, it’s not a great regime. It does weird stuff for weird reasons. Right? But we knew that, didn’t we?

When power is doing the wrong thing for some dumb reason, I hope it’s not too hokey to quote Bruce Lee: “be water.” The wrongfulness of power’s thing makes it rightful to resist. But: is it prudent to resist? Is it necessary to resist? Almost always no.

Your action must not be reactive. Water does not push back. Water lets the enemy expend energy, expending no energy against him. Water does not forget that the enemy is an enemy—nor ever lose sight of its lovely dream of filling his throat.

When you are not following Bruce Lee’s wisdom, you always think you are fighting back. Usually, what you are doing is participating—giving your energy to the enemy.

Power in opposition

The only practical reasons to study political science are to study (a) how to apply power against the current regime, (b) how the next regime should apply its power.

The answer to (a) is very simple. Never apply power. Only build power. In the end, it is quite likely that you will not even need to fight—you will win almost automatically. And once you have enough power to fight, you’ll definitely know it.

This is not an absolute rule. There are no absolute rules in the art of war, which like it or not includes the art of politics. It is not impossible for collective action from a dissident position to be effective.

But any collective action is a military action and must be judged on a military basis. The standards for the prudence of a military action have never changed: a prudent action must be expected to increase your strength relative to the enemy’s strength. The war is won when the enemy has no strength—no power to resist.

We can imagine collective action aimed at a goal, offensive or defensive, that meets this very high standard. Suppose the goal is stopping a new regime measure that will open the borders and give ruling-party memberships and voting rights to everyone who comes in, thus stuffing the ballot box with human beings. The defensive power value of this goal is very high, since failing to achieve it will politically disempower the native population for all time eternal.

Most actions are not like this. If the goal of the defensive action is preventing some abuse of power. assuming there is actually a collective action against this abuse that would be effective, we still need to ask whether the abuse of power is making the regime more powerful.

If not, by opposing the abuse, we are only dissipating our power. Using energy against power, even successfully, does not create more energy. It just uses up energy. The main effect of Brexit was to dissipate the political energy that created Brexit. No power was created either by the symbolic victory or the tangible results.

The worst kind of goals to use power on is entirely symbolic goals. Then, victory is nothing but dissipation—the emptiness of a masturbatory orgasm. When the goal is substantive and good, better—but this does not validate the goal as a target. Only if the goal can be plausibly achieved, and if achieving it improves the balance of power, do we have a prudent political target.

Most abuses of power make bad targets, for the simple reason that most abuses of power tend to discredit the regime. Therefore, ending them—even if it can be done—is actually naive and un-Machiavellian, a luxury no rebel can afford. As Napoleon said: never interrupt the enemy when he’s in the process of destroying himself.

The proper message to the people on how to handle an abuse of power is as follows: this abuse of power is characteristic of this regime, which will never change. If you don’t like this kind of abuse, you need to figure out how to help change the regime. Which will not happen soon in any case—so do figure out how to endure the abuse.

Moreover, these kinds of goals are terribly distracting when we are sitting back in our armchairs and solving problem (b)—what the ideal regime of the future should do about a problem like covid?

You might not think solving this problem would help get us to the ideal regime of the future—but you would be wrong about that, too. Nothing can happen until it becomes plausible; and making it plausible is the job of the intellectual. Plus, it sucks to be in power and have no plan to use it—history has seen more of this than one might think.

It is safest to assume that when you are out of power, your goal is to build power, not use power. True—there are real opportunities for dissident collective action. But your monkey mind wants to see these opportunities so badly that not a hundredth of them are real—as judged by basic, inescapable military logic.

In LA? There’s an informal meetup in Plummer Park, Sunday December 12, 12 noon. Be there or be square. Also, here is some off-blog content—an interview, with a mysterious British professor, about my old guru Thomas Carlyle.

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