GAUCHO
Esta semana fue el Día del Gaucho.
Replicamos estas palabras de Causa Argentina que nos lo recuerda.
Autor: Fernando Andrada, (@Samuel17498259), Secretario de Asuntos Históricos de CAUSA Argentina.
Nota original: https://www.facebook.com/627205597421297/posts/2290949614380212/
6 DE DICIEMBRE: DÍA DEL GAUCHO ARGENTINO
Un día como hoy pero en 1872 se publica por primera vez la obra más icónica y representativa del ser nacional: el Martín Fierro, cuyo autor fue José Hernández. Se pretende que este día conmemorativo tenga como objetivo rescatar y difundir la cultura gauchesca mediante la Ley N° 24.303 sancionada en 1993.
La poesía narrativa de la obra de José Hernández nos cuenta las vicisitudes de Martín Fierro, un gaucho ficcional que sería una representación literaria del gaucho que vagaba por la región pampeana. Reivindicar nuestra cultura y literatura nos permiten afianzar nuestra identidad, nos da un sentido de pertenencia, y sobre todo nos ofrece un ethos de nuestro ser nacional.
En los distintos momentos de la historia argentina, la figura del gaucho ha sido resistida por los apátridas y prebendarios de la élite porteña, los cuales han servido a intereses extranjeros, pretendiendo reemplazarlo por un arquetipo imaginario de lo que para esos intereses significaba la civilización.
La figura del gaucho ha sido un tipo representativo de la libertad, del amor a lo propio, pero siempre desde el anhelo y la voluntad de elegir siempre la tierra que se ha heredado, no desde la imposición. El gaucho ha sido incluso representativo de nuestra tradición federal y patriótica, ya que siempre ha sentido un desprecio por los proyectos centralistas que en nombre de la "modernidad" pretendían encadenar su vida y despojarlo de toda visión trascendente del existir en un mundo vacío de significado y al puro capricho del orden mundial vigente.
El globalismo en la actualidad representa ese mismo enemigo del gaucho, como figura ancestral del ser argentino, se proyecta con una configuración nueva del hombre desde la ingeniería social. Este modelo no sólo busca un mundo sin fronteras, ni personas ni comunidades, sino que pretende un hombre global, sin patria, sin hogar, sin libertad ni tradición, y por tanto, sin las raíces que lo hacen propio.
Continuar con el fuego de nuestros antepasados representa la resistencia de los patriotas, manteniendo viva su llama, y de esa manera rechazar y combatir este proyecto mundial que tiene un objetivo concreto: destruir a las naciones y dirigir nuestras vidas.
