HOMBRE BUENO

 


La redacción invisibiliza valores fundamentales.


Autor: Juan Martín Perkins  


No conozco a Esteban Bullrich pero siempre me intrigó cómo sobrelleva su carrera política y evoluciona a pesar de su cuna y apellido. No es fácil en el país de la envidia.

Interesante ver cómo impulsó e impulsa iniciativas desde un lugar tan “incorrecto”.

Observe, amigo lector, que no escribo en tiempo pasado, pues tengo claro que la etapa que enfrenta el hombre político y el ciudadano padre de familia, Esteban Bullrich, será la más fructífera de toda su vida.

Al margen de los aciertos y errores de su desempeño político en el pasado, los objetivos alcanzados y las muchas frustraciones… ahora nos está dando una gran lección. Está en nosotros, en nuestra buena voluntad, tener la humildad como para interpretar un código de pura dignidad como el que ofrece el senador que acaba de renunciar.

Como no tuve el gusto de conocerlo, recurrí a la lectura de lo mucho que se dice de él ahora que está enfermo.

Leí comentarios por demás miserables. Por ejemplo, lo que dice Wikipedia cargada de ideología miope, ya sabemos manipulada por cual tipo de relato, pero hay muchas más publicaciones que tratan con ferocidad salvaje la gestión y la vida del senador que osó derrotar personalmente a CFK.

Nunca se le perdonó, por ejemplo, haber votado para que el diputado electo Luis Patti pudiera asumir su banca como correspondía por voluntad popular. Tampoco lo perdonaron nunca los gremios de la educación por su gestión en el ministerio y aún hoy lo insultan por haber dicho que la Patagonia necesita una nueva campaña al desierto, pero educativa. Mucho menos lo perdonan las feminazis de pañuelo verde por votar en contra del aborto aunque nunca ofendió a nadie ni contestó agravios.

Pero no me moviliza a escribir esta columna el hombre político que integró un partido con el que tengo muchas diferencias… escribo porque leí notas que le han hecho medios supuestamente amigos, donde parece que no hay redactores que sepan interpretar al hombre de familia y fe que Esteban es.

Leí una nota en La Nación donde cuentan sobre su familia y como recibieron la noticia de la ELA… en la nota refieren a María Eugenia Sequeiros como la “pareja” que lo acompaña hace 22 años y le dio 5 hijos… hablan de la entereza y el coraje con que afrontan la enfermedad y las dificultades que les tocó resolver en la vida etc., etc.

Con amigos como La Nación… ¿para qué querés enemigos?

Deliberadamente, la redacción invisibiliza valores fundamentales que han sostenido al senador durante toda su vida. 

Primero, María Eugenia Sequeiros no es la pareja de Esteban, es la “ESPOSA”. No se puede creer que en el diario La Nación no sepan la diferencia entre concubina, compañera, pareja… y ¡esposa para toda la vida! porque nadie separa lo que Dios ha unido.

Tampoco saben que la entereza y el coraje que exhibe la familia con tanta paz, se llama FE y que la esperanza con la que afrontan lo que viene, se llama conciencia de la vida eterna.

Este punto es, para mí, el testimonio más fuerte de Esteban y la familia que supo construir…

Dar testimonio de su fe con sus actos y manera de vivir hasta el último aliento, ofreciendo su sacrificio y dolor como ofrenda. Justo en tiempos en que la progresía va por la eutanasia.

Leo comentarios idiotas sobre su apellido, sobre el olor a bosta de la oligarquía vacuna y un sin número de discriminaciones estúpidas y descalificatorias que marcan el contraste entre la figura de Esteban que se agiganta en su Pasión… y la de todos los pigmeos del país de la envidia que no entienden lo que es un hombre bueno.


Juan Martín Perkins. 

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