EL PROYECTO BENTÓNICO “AGUJERO AZUL” HACE AGUA
Un proyecto que pretende definir una limitación territorial y comienza por confundir los puntos cardinales.
Autor: César Augusto Lerena* (@CesarALerena)
Nota original: https://saeeg.org/index.php/2022/01/28/el-proyecto-bentonico-agujero-azul-hace-agua/
SAEEG @ArgentinaSaeeg
En uso de las facultades conferidas al presidente por la Constitución Nacional éste convocó al Congreso de la Nación a Sesiones Extraordinarias, desde el 1º de febrero, para tratar entre otros temas, el proyecto de Ley por el cual se crea el ÁREA MARINA PROTEGIDA BENTÓNICA “AGUJERO AZUL” (Exp. 5893-D-2020). ¿Quién del Ejecutivo lo está asesorando? Sintetizaré en dos páginas iniciales, para quien no desee leerse todas donde describo con mayor detalle este engendro. Un proyecto que presenta, desde graves errores a fundamentos incomprobables; una estrategia biológica, económica y diplomática inadecuada y de alto riesgo, además de una actitud demagógica respecto a la protección de los restos del Submarino “ARA San Juan”, sin que en los fundamentos del proyecto haya una sola referencia al respecto, en lugar de crear un monumento de he‐ cho absolutamente ajeno a este infundado proyecto de ley.
Un proyecto que pretende definir una limitación territorial y comienza por confundir los puntos cardinales a punto tal de ubicar “…al este por el límite de la ZEE Argentina y al oeste por la isobata de 5.000 metros…”, cuando a juzgar por el Anexo I del proyecto, debería ser precisamente al revés. Autores, asesores, revisores y quienes intervinieron en las Comisiones de Relaciones Exteriores, Intereses Marítimos y Fluviales y de Defensa no parecen haber prestado atención a esta cuestión central de la ley, ya que sin límites no hay área definida a proteger. Los puntos cardinales son “el este” señalado como el lugar aproximado que sale el sol cada día y “el oeste” donde se pone. La línea este-oeste se considera eje de las abscisas en un sistema de coordenadas geo‐ gráficas y la de norte-sur el eje de las ordenadas. La Rosa de los Vientos se usa en la navegación desde tiempos inmemoriales. Se debió consultar como mínimo a un geógrafo a la hora de establecer estos puntos.
Diré que no están probados los fundamentos del proyecto: “…se enraíza en los múltiples beneficios que estas herramientas de conservación aportan a la economía del país, fortaleciendo las relaciones internacionales…” (¿?) “…las áreas marinas protegidas son una herramienta indispensable para la investigación" (el INIDEP puede investigar sin disponer de un AMP) “…Incrementar este porcentaje (el 8% de AMP) redundaría en beneficios económicos, sociales y estratégicos" (No se prueba y las AMP no se instauran para ello, sino para asegurar el medio marino y la sostenibilidad de las especies).
No es cierto que: “…en la actualidad, el 8,2% de los espacios marinos bajo jurisdicción de la República Argentina se inscriben bajo la figura de áreas marinas protegidas…” a no ser que los autores crean que los espacios marítimos ocupados por el Reino Unido de Gran Bretaña no son de jurisdicción argentina e ignoren que en 2011 este Reino determinó en forma prepotente una reserva ecológica de 1.070.000 Km , es decir un 34% del mar argentino tiene una restricción a la pesca y, si a ello le agregamos, la invasión total británica de las aguas y territorios insulares argentinos, el 52% de mar argentino es inaccesible a la pesca por parte de buques nacionales y no así para españoles, coreanos, taiwaneses, etc. que pescan con licencia ilegal británica. Ello, además, sin contar los 1.430.367 km de la Plataforma Continental que no han sido recomendadas por la Comisión que opera en la ONU “por encontrarse en disputa con el Reino Unido”.
Es incongruente el proyecto de ley cuando justifica una “acción soberana de Argentina” y luego se contradice diciendo que “…los derechos de la República Argentina sobre su Plataforma continental son independientes de su ocupación real o ficticia, así como de toda declaración expresa…” .
Por otro lado “la protección bentónica que se promueve” no modificará —de modo alguno— que en aguas internacionales se mantenga el “escenario de intensa actividad pesquera legal e ilegal”. No es ésta una estrategia adecuada para resolver la importante pesca ilegal de recursos migratorios de origen en la ZEE argentina, que no se encuentran en la plataforma sino en los cursos de agua. El proyecto a esta altura parece “un copia y pegue” de argumentos inconsistentes y antecedentes desactualizados; dice: “…genera un ecosistema altamente productivo asociado a regímenes de surgencias cuyos mecanismos son poco conocidos (…) El área bentónica del “Agujero Azul” se describe como altamente impactado por la pesquería de arrastre de fondo dirigida especialmente a la Merluza común y merluza austral (…) El impacto concreto de las pesquerías de arrastre bentónico en el área no ha sido cuantificado…” (Portela et al. 2012/15) (…) En el Agujero Azul se registra alta intensidad pesquera por parte de flotas internacionales dirigidas al calamar (Illex argentinus) (…) La actividad de esta flota en particular no tendría impacto directo sobre los fondos mari‐ nos. En la zona no se explotan recursos bentónicos y su protección no afecta intereses económicos nacionales pero, permitiría prevenir la explotación pesquera por parte de flotas internacionales” (Absolutamente inconsistente e improbable) “Eventos sospechosos de trasbordo de carga y pesca ilegal…” (No hay forma por la CONVEMAR, que mediante este proyecto puedan evitarse los tras‐ bordos mediante una legislación de un Estado ribereño) “b. Promueve colaboración y concertación en las relaciones internacionales estratégicas; c. Consolida la estrategia de diplomacia científica, tecnológica y de innovación, mediante el mayor conocimiento de los ecosistemas marinos (…) la marca-país” (Nada fundado, que no pueda llevarse adelante con la legislación actual y los acuerdos internacionales vigentes.
Respecto a los aspectos socioeconómicos, dice el proyecto que “Contribuye al desarrollo de actividades relevantes para las economías regionales de la costa patagónica, como el turismo basado en fauna” (¿Actividades relevantes?). Y ¿quién financiará este engendro? Hay quién sugirió que la pesca nacional con el pago de los derechos de captura en alta mar lo financie. Otro absurdo, mientras toda la flota pesquera extranjera pesca subsidiada en alta mar, a la nacional se le encarecerían las operaciones. Todo lo contrario, a lo que hay que hacer que darle a la flota nacional las herramientas para competir en igual condición que la extranjera (ya se lo he dicho a todos los funcionarios de Pesca y Malvinas sin éxito).
Este es un proyecto que el pasado 27 de octubre de 2020 pretendió ser tratado sobre tablas en el recinto y no prosperó porque no obtuvo dos tercios de los votos y, es sabido, que cuenta con la crítica de la Inter-cámara Empresaria y decena de especialistas y académicos; carece de todo rigor científico, ambiental, económico, productivo y es absolutamente inocuo a la pesca ilegal extranjera, además de ser una riesgosa iniciativa con eventuales connotaciones relativas a nuestra soberanía en el Atlántico Sur.
Leído los fundamentos de este proyecto puedo afirmar que los derechos de la Argentina sobre su Plataforma Continental —como bien indica el proyecto— «son independientes de su ocupación real o ficticia, así como de toda declaración expresa», por lo que caen en abstracto los fundamentos en cuanto al ejercicio de la soberanía, más aún, cuando la Argentina carece de capacidad de control, como ya ha quedado demostrado en las AMP de Namuncurá I y II, y Yaganes, ambas de responsabilidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, en lugar de la Subsecretaria de Pesca (Ley 24.922).
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“La creación de reservas marinas debe ser un paso hacia la paz, no hacia el conflicto” (Ruth Davis, Chief Policy Advisor de Greenpeace, consejera política de la Organización Ecologista).
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Nota completa en: https://saeeg.org/index.php/2022/01/28/el-proyecto-bentonico-agujero-azul-hace-agua/
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* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Ex Secretario de Bienestar Social (Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación- Autor de 28 libros, el último “Malvinas. 1982-2022. Una Gesta Histórica y 40 años de Entrega. Pesca la moneda de cambio” .