GAUCHO MALO: AHORA SÓLO HAY UNA OPCIÓN

 


De aquí al balotaje, las “fuerzas del cielo” tendrán que descender a la tierra, describir su oferta de manera más precisa, y aprender aceleradamente las artes y mañas de la política.


Autor: Santiago González (@gauchomalo140)

Nota original: https://gauchomalo.com.ar/ahora-solo-hay-una-opcion/


El escenario político ganó en nitidez, y la reducción de la incertidumbre siempre es un alivio. Si antes de la elección del domingo La Libertad Avanza era una de las opciones disponibles para revertir el descalabro argentino –probablemente la más audaz, la más drástica–, a partir de ahora es la única. En un comicio limpio y sin incidentes, los votantes sacaron del juego a la coalición de macristas y radicales, asestando un castigo previsible (este cronista lo vaticinó en su cuenta de Twitter en marzo pasado, y nuevamente en mayo) a su arrogancia y su torpe campaña de manipulación de la opinión pública, señales inequívocas de desprecio por la gente.

Las huestes de Javier Milei deberían tomar nota, porque también su sigla recibió una merecida reprimenda: su nivel de respaldo no ascendió una décima desde las PASO hasta ahora. Sus dirigentes no aprovecharon ese lapso para dar algún tipo de carnadura a su oferta y prefirieron entregarse a la hipnosis de un triunfo en primera vuelta y a los fuegos de artificio apocalípticos. Milei desperdició su intervención en los debates, y su cierre de campaña fue desastroso. Debería prestar más atención a su compañera de fórmula, que no cometió un solo error en toda la campaña y supo responder con firmeza y elegancia a los violentos ataques de que fue objeto. Quizás los votantes fueron más benévolos con los libertarios que con los cambiemitas en atención a su condición de recién llegados a la política. 

De aquí al balotaje, las “fuerzas del cielo” tendrán que descender a la tierra, describir su oferta de manera más precisa, y aprender aceleradamente las artes y mañas de la política, si es que quieren atraerse el respaldo de los votantes huérfanos del macrismo. En ese empeño se van a encontrar con la competencia de Sergio Massa, que emerge de esta elección como nuevo líder de la variopinta familia peronista: el kirchnerismo ya es apenas un recuerdo, incluso para su propia conductora como lo reconoció ella misma al depositar su voto. 

Que Massa, presidente de facto de una inflación de tres dígitos, haya sido el candidato más votado añade un nuevo y curioso capítulo a la historia de la excepcionalidad argentina que sorprende a los eruditos de la politología. Massa y Milei representan posiciones opuestas y extremas respecto del manejo de la cosa pública, pero en las próximas semanas ambos deberán desplazarse hacia el centro para conquistar a esa franja ciudadana que no optó ni por uno ni por otro. 

Massa ya habló de encarar un gobierno de unidad nacional, con la mirada puesta en ciertos radicales sin simpatías por Mauricio Macri y en ciertos peronistas sin simpatías por los Kirchner. Macri también hizo saber de antemano sus coincidencias con Milei. 

Seguramente ofrecerá su apoyo a los libertarios, lo que le servirá a él personalmente para desembarazarse de los radicales que no lo quieren (que son más que los que quieren a Massa), pero ese apoyo no va a ser gratis. 

Costumbres de la casta que el libertario deberá ir aprendiendo con cierta premura. Todo queda para noviembre. Las presiones sobre el dólar, que eran acicateadas desde la política, probablemente habrán de ceder. 

Otro alivio. 

–S.G.

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