PESOS IN EXTREMIS
Autor: Ricardo Inti Alpert (@intialpert)
Años de mentirnos a nosotros mismos son un gran problema.
Y por suerte vamos asumiendo alguna que otra verdad. Como que la economía es la mundial y, o participamos de ella, o seremos cada día más pobres. Que la moneda de compra tiene que ser la de venta. Que el Dólar amigo y el Déficit Fiscal son malas prácticas de gobierno y que los derechos tienen aparejadas también obligaciones.
No es poco. Pero el próximo paso relevante es crucial; dejar de emitir Pesos.
Formas hay varias. Sin ninguna necesidad de confiscar a nade su poder de compra real (el real, real).
Se debe encontrar la forma de retirar del mercado los excedentes reales de Pesos, que obviamente no son el total de lo que hoy remunera el BCRA como pasivos ($28,24 Billones), pero son alguna buena parte de eso.
Milei tuvo razón al desnudar el rol perverso del BCRA con claridad extrema durante años y hoy tiene la oportunidad histórica de ordenar el tema.
Terminar con la idea loca de que el déficit fiscal crónico es una forma de garantía de movilidad social ascendente y lograr la licencia social para gobernar en superávit, es el principal instrumento político que tiene a mano el presidente, para que el ahorro pase a financiar inversión, y los flujos de superávit permitan retirar por vía tributaria cualquier excedente de dinero, como % de los impuestos ordinarios.
Debemos dejar de producir Pesos. Para gasto corriente y para pagar intereses por no usar dinero.
El dinero que no tiene demanda, debe desaparecer como los dinosaurios de la canción de Charly. Y como todavía les seguimos dando de comer, es bueno pensar, qué forma hay de extinguirlos sin que nos tenga que caer un meteorito en la cabeza.
Hoy se crean $78.000 millones de Pesos por día para absolutamente ningún otro rol productivo que el financiamiento del proceso estanflacionario. $50.000 por mes por habitante. Porque la inercia de la nada productiva es muy difícil de frenar. Y el presidente debe escuchar al presidente. olvidar las voces que lo intentan desviar de su programa original y ser fiel a sí mismo.
Si lo logra, Argentina podrá insertarse en la economía global en muy pocos meses, el salario real subirá rápidamente y aunque muchos progretudos dirán que habríamos pasado de la inflación en Pesos a la inflación en Dólares, el pueblo estará próspero y feliz.
Si en cambio no lo logra. Las ideas de Alberdi quedarán frizadas hasta el siglo 23 y como decían desde el Apollo 13, tendremos un problema.
El costo de paralizar la producción de Pesos siempre será menor al perjuicio de seguir aumentando su excedente. Y el nivel de vida no va a subir porque alguien tenga más dinero en la cuenta sino porque el dinero de la cuenta compre mayor cantidad de bienes y/o servicios.
Ricardo Inti Alpert
Consultora Tecnopolítica
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