EL ESPEJO ATERRADOR: CALIFORNIA

A medida que los californianos comunes y corrientes se ven imposibilitados de ser propietarios de viviendas, los bancos de inversión devoran el inventario y alquilan las propiedades a la plebe.

El Éxodo de la Clase Media.

Autor: Edward Ring (@EdwardRing)




Estimados lectores
: Reproducimos esta nota de Edwing Ring sobre política interna de California por entender que es de aplicación local:
1º. Fenómenos que podrían apreciarse como locales, prácticas implementadas primero por el kirchnerismo y luego por el macrismo, se aprecian como universales. O al menos si tomamos la palabra “universal” como “Occidental”.
2º. El autor explica en detalle el fraude del ambientalismo, calentamiento global y cambio climático. En Restaurar lo repasamos en varias oportunidades, en particular de la mano de James Delingpole.
3º. El autor describe cuan serviciales y funcionales son los sindicatos al proceso de enriquecer a la élite y empobrece a todo el resto, mediante la máscara del calentamiento global, la gente en situación de calle y . Por último, los problemas que enfrentan los californianos son, por lo que parece, iguales a los nuestros. Con la única diferencia que no nos podemos mover a otro estado. Si queremos huir de este infierno creado por burócratas, sindicatos, fundaciones y multimegamillonarios, debemos irnos del país. Y como dijo muy claro Sócrates, hay un destino peor que la muerte: el destierro.

Restaurar


Que el desastre de California no se extienda al resto del país


Mientras la edad del presidente Biden descarriló su campaña de reelección, Gavin Newsom espera entre bastidores y trata de no parecer demasiado ansioso. No es fácil. Al querer ser presidente con una intensidad que podría hacer que el anhelo de Gollum por el Anillo parezca prosaico, el gobernador de California sabe que si Biden se retira, será el favorito.
Pero no hay absolutamente nada que Gavin Newsom haya hecho alguna vez que lo califique para ser presidente de los Estados Unidos. Si Newsom se convierte en el próximo presidente de Estados Unidos, acelerará un proceso que ya está en marcha y debe detenerse a toda costa: convertir a todo Estados Unidos en California.
Hay ejemplos evidentes de la adopción exagerada del extremismo progresista por parte de California. Políticas de identidad. “Equidad” de raza y género. Despenalizar el crimen y las drogas duras. Un completo fracaso por parte del estado en la gestión de las personas sin hogar, y mucho menos en poder ayudarlos. Una obsesión por el cambio climático que ha inspirado leyes que afectan prácticamente a todas las facetas de la vida. Escasez de energía, agua y vivienda. Y los precios de los bienes y servicios son tan prohibitivos que millones han huido.

Bajo la dirección de Gavin Newsom, el Estado está cayendo en el feudalismo: una enorme subclase que no puede sobrevivir sin la ayuda del gobierno, supervisada por una minoría de élite que conservará el poder político mientras continúe repartiendo esa ayuda. La fórmula es simple: hacer la vida cada vez más difícil para los californianos comunes y corrientes, decirles que sus tribulaciones son resultado de la intolerancia y el cambio climático, y luego asegurar sus votos ofreciéndoles más beneficios gubernamentales.

"...únase a nosotros en California".


Y aquí radica el mayor crimen de Newsom, compartido por las élites progresistas que gobiernan California y pretenden apoderarse del mundo. Es la mentira más grande del progresismo moderno: la base corrupta de su poder. Newsom y los de su calaña le están diciendo a la clase media de California que lo que han logrado es socialmente injusto y ecológicamente insostenible. Nos dicen que los ideales de equidad y ambientalismo nos obligan a vivir en viviendas de alta densidad y bajo impacto, utilizar transporte compartido y limitar nuestro consumo de cualquier cosa que eleve nuestra “huella de carbono”. Y nos están diciendo que nuestros impuestos deben utilizarse para ofrecer esas mismas comodidades limitadas a cualquiera que esté “desatendido”, “históricamente en desventaja”, “sin vivienda” o que de alguna manera sea víctima de “discriminación sistémica”.

Todas estas afirmaciones son mentiras monstruosas. California es inasequible debido a décadas de decisiones políticas interesadas, que se intensifican cada año, y que han creado precios altos para todo. Y más concretamente, las élites de las que Newsom forma parte y representa se están beneficiando de todas estas políticas que han condenado a la mayoría de los californianos a una vida de trabajo constante y lucha económica permanente. Es decir, las mentiras de Newsom sobre la “crisis climática” y el supuesto y omnipresente flagelo de la intolerancia ni siquiera son mentiras nobles al servicio de lograr un futuro mejor para todos. Son mentiras al servicio de la corrupción, una estafa diseñada para enriquecer y empoderar aún más a una pequeña élite.
Newsom no está calificado para ser presidente de los Estados Unidos por la misma razón que no está calificado para ser gobernador de California. Toda su agenda de políticas públicas es una farsa retórica, que existe sólo para engañar a los votantes, mientras en todas las industrias importantes, actores políticamente conectados consolidan su poder y sus ganancias. Los ejemplos de esto son abundantes.

- No se queje. Usted tiene que empezar a poner su parte.

[El décimo impuesto inmobiliario más alto.
[El segundo impuesto a las ganancias más alto].
[El impuesto al combustible más alto].
[El peaje de autopistas más alto].


En todos los sectores empresariales, propietarios y ejecutivos enfrentan decisiones crueles: librar una batalla perdida para preservar la libertad de competencia y administrar los costos en aumento, o dejar de hacer negocios en California por completo, o unirse a la camarilla. Algunos todavía luchan. Innumerables empresas se han ido. Y un número cada vez mayor opta por adaptarse. Aceptan regulaciones asfixiantes, sabiendo que han reducido el número de competidores. Aceptan costos más altos y los trasladan a clientes cada vez más cautivos con cada vez menos opciones. Se llenan de abogados y burócratas para tratar con innumerables agencias gubernamentales, y para cualquier cosa que el cliente no pueda soportar, cobran subsidios gubernamentales. Es un círculo vicioso y, a medida que California cae en una espiral de feudalismo, se lleva consigo a Estados Unidos.

Luego tenemos el gigantesco negocio para "asistir" a las personas en situación de calle, un consorcio de burocracias gubernamentales, desarrolladores y operadores “sin fines de lucro” y vendedores con fines de lucro que han recibido decenas de miles de millones del estado en tan solo los últimos años, para albergar a una fracción ridículamente pequeña de las personas sin hogar de California. Mientras que los simples refugios los mantendría seguros y en camino a la recuperación por una fracción del costo, siempre y cuando fomentaran la sobriedad de alcohol y de las drogas.

Environmentalism Inc., que unifica agencias gubernamentales ambiciosas y entusiastas con poderosos grupos ambientalistas sin fines de lucro, abogados litigantes, importadores de “renovables”, fabricantes e integradores de sistemas, junto con empresas de servicios públicos que aman los altos precios de la energía porque sus ganancias se limitan a un porcentaje fijo de ganancia. Los costos más altos por kilovatio-hora o por BTU de gas natural equivalen a una mayor ganancia absoluta para las empresas de distribución.

Hay sindicatos del sector público (quizás el grupo con intereses particulares más poderoso del estado) comprometidos con el crecimiento del gobierno; porque éste aumenta sus cuotas de afiliación en forma constante. Y cuanto peor se ponen las cosas en California, más empleados gubernamentales sindicalizados son necesarios para hacer frente al crimen, a las personas sin hogar y a la pobreza. El fracaso social es el éxito del sector público.

No menos importantes, por supuesto, son los multimillonarios dueños de empresas tecnológicas, que hasta la fecha han utilizado su riqueza personal y la influencia sin precedentes de sus empresas para manipular la política estatal y nacional para beneficiar su propia agenda. Como se ha descrito, esa agenda cumple todos los requisitos retóricos, pero oculta la ambición cruda. La historia no ofrece ningún ejemplo comparable de riqueza y poder así de concentrados. Aún así, ellos quieren más.

En todos los ámbitos, crear escasez pues la escasez enriquece a las élites de California. Reservar tierras para preservarlas como “espacios abiertos”, acordonar áreas urbanas e impedir la expansión, es una manera perfecta de garantizar que las carteras de inversión inmobiliaria (a menudo en manos de enormes fondos de cobertura y fondos de pensiones de empleados públicos) sigan revalorizándose. Y a medida que los californianos comunes y corrientes se ven imposibilitados de ser propietarios de viviendas, los bancos de inversión devoran el inventario y alquilan las propiedades a la plebe.

- ¡Por favor! ¿Puedo recuperar mi propiedad?
- No hasta que salte por estos aros. Además, tengo planes con todo esto.

[PROPIEDAD NO RECLAMADA DE CALIFORNIA].



Esto es lo que Gavin Newsom ofrece a Estados Unidos. Ésta es la estafa: la agenda histórica, trágica y malévola que Newsom y las personas que representa han decidido imponer al mundo.

La alternativa no es un misterio. 

Gastar dinero del gobierno en infraestructura práctica que produzca beneficios a largo plazo en lugar de desperdiciar cientos de miles de millones en proyectos absurdos como trenes de alta velocidad y energía eólica marina flotante, que serán drenajes permanentes para la economía. 

- Las indemnizaciones a los descendientes de esclavos van a costar U$D 569 miles de millones.
- Pero si California nunca tuvo esclavos. Siempre fue un estado libre.
- ¿Pagan indemnizaciones por tener un gobierno estúpido?



Si bien se reconocen preocupaciones ambientales razonables, se debe desregular la energía, la minería, la madera, el agua, el transporte y la vivienda para que millones de californianos puedan tener empleos bien remunerados en lugar de recibir beneficios gubernamentales. Y, sobre todo, al restaurar la competencia en todos los sectores de la economía de California, podemos reducir el costo de vida.

Gavin Newsom es lo suficientemente inteligente como para saber que esta solución funcionaría. Pero las personas que donan a sus campañas, y que donan a las campañas de la supermayoría de progresistas que participan en el mismo fraude, no tienen intención de permitir que esta solución vuelva a convertirse en realidad. Es por eso que a Newsom —y a cualquier político como Newsom— nunca se le puede permitir convertirse en presidente de Estados Unidos.

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