LOS 70
Francamente, no veo la hora en que los argentinos tomemos la decisión de liberarnos del secuestro.
Nos lo debemos.
Nos lo debemos.
Mi amigo Beto dice que la década del 70 fue la mejor porque se podía jugar en la calle, nuestras madres usaban minifalda y el pelo batido, el hombre viajaba a la luna, Monzón repartía piñas para que Benvenutti tenga y guarde, Roberto De Vicenzo era una estrella rutilante, Carlos Reutemann se subía al podio en la F1, Fangio nunca sería igualado en sus hazañas, Guillermo Vilas llegaba a la cima del tenis, Estudiantes era campeón mundial de clubes e intercontinental, Leloir obtenía el premio Nobel, Alberto Demiddi campeón mundial de remo, Nicolino Locche campeón mundial a pura vista, sin pegar una sola cachetada, Racing campeón intercontinental, Delarco fiaba un mes de golosinas en el carrito de la puerta del Normal… así arrancábamos la década del 70 en las cosas importantes para niños como mi amigo Beto.
Pero había otros datos.
Éramos un país con 23 millones de habitantes que sostenía su administración estatal con el 25% de su PBI. Teníamos un Estado normal que podíamos financiar.
Con ese presupuesto se inauguraban las monumentales obras de “El Chocón” y el puente Chaco Corrientes, se hicieron rutas, puentes, autopistas, aeropuertos, escuelas, hospitales, destilerías petroleras, elevadores de granos, puertos, astilleros, Centrales atómicas, represas, túneles subfluviales, el tren de las nubes….
Con el 25% del PBI se invertía en barcos, trenes. aviones, educación (el analfabetismo era solo el 8,4%) la pobreza no llegaba al 8%, la desocupación era del 2,7%, aún teníamos moneda como reserva de valor y ahorrábamos con una libreta de correo argentino en la que pegábamos estampillas.
Así entrábamos a los años 70.
Pero claro, se ve que no todo fue color de rosa antes ni tampoco en los 70. Lamentablemente, el diablo metió la cola y nos plantó unos “chicos idealistas” que no estaban conformes y decidieron secuestrar y amasijar a un ex presidente (como si fuera un fiscal).
Se armó la gran tole tole... y jugar a la pelota en la calle se complicó porque, vuelta a vuelta, explotaba un edificio o hacían saltar por el aire a un Torino en un semáforo.
Se secuestraban empresarios y despachaban funcionarios..., por ejemplo, Oberdan Sallustro, Argentino Del valle Larrabure, Arturo Mor Roig (UCR) presidente de los diputados durante gobierno de Illia y ministro del interior de Lanusse, amasijado por Montoneros durante el gobierno constitucional de Isabel Perón.
Volvió Perón en 1972 y la juventud maravillosa lo recibió en Ezeiza con una carnicería que no se detuvo hasta pasar al país entero por una picadora de carne. Montoneros y ERP llevaron a Isabel Perón, y su gobierno elegido por el pueblo, a ordenar su “aniquilamiento”.
Desde entonces, aunque perdieron con las armas, los muchachos idealistas y su cruenta “revolución” cultural socialista nos han venido empujando por la pendiente de la decadencia.
La derrota Argentina en la guerra de Malvinas, el advenimiento de la socialdemocracia, “las libertades políticas” (que celebramos) y la agenda globalista, les allanaron el camino. Hoy no necesitan la violencia extrema (por el momento) para “el paraíso” de la revolución socialista.
50% de pobreza, educación desintegrada que nos impide comprender un texto y una demografía política que hace que el conurbano ponga un presidente ladrón que recorre barrios paupérrimos inaugurando canillas.
Ahora cuentan con 46 millones de argentinos, agrandaron el estado al doble que en los 70, gastan el 50% del PBI, pero solo alcanza para inaugurar canillas...
Lo lograron, hoy somos todos socialistas.
Beto añora las tardes de matiné de dos películas en el cine Zurro, pizza en la Sporman o picada en la Select de Tabita.
No creo en la melancolía del “todo tiempo pasado fue mejor”, pero cuando converso con Beto me quedo pensando en la gran promesa que éramos como país.
Francamente, no veo la hora en que los argentinos tomemos la decisión de liberarnos del secuestro. Nos lo debemos.
Hagámoslo de una buena vez.
Juan Martín Perkins.
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