¿FICCIÓN O REALIDAD?
Un famoso conductor de radio le pide a la locutora que lo acompaña en la mesa del programa que le de el estado del tiempo.
La chica, nobel periodista, dice que está parcialmente nublado y que paulatinamente se despejará y será un buen fin de semana…
Pero eso no está pasando, dice un compañero de la mesa, “está lloviznando”.
Bueno, es cierto, está lloviznando, pero el pronóstico del servicio meteorológico decía que no llovería y yo no quise hacer quedar mal a los compañeros del servicio.
Pero está lloviendo, no se puede negar… ¿A quién se debe la mesa? ¿a los compañeros del servicio o al oyente?
La verdad está a la vista y moja. Llueve, pero no alcanza con la evidencia, desde el micrófono se puede militar meteorología de ficción.
Un año recitando cifras de contagiados, internados, positivos, muertos, hospitales, virus, drama, desolación, miedo… ¿cuánto de verdad y cuánto de mentira?
El enemigo invisible tan temido fue el protagonista principal de nuestras vidas. Se nos convenció de que vivíamos en guerra, se nos mandó al búnker y se nos informó a través de los “corresponsales”.
Ciertos intelectuales y artistas se suman a políticos y comunicadores, todos juntos nos plantean la realidad en términos bélicos, como que se libra una guerra ante un enemigo feroz para justificar la demolición devastadora.
La emergencia lo justifica todo. ¿Y qué querés? ¡Es la pandemia!! Todo es culpa de la pandemia, Macri, el campo y los empresarios que fijan los precios.
No me la voy a agarrar con el vacunatorio vip en el despacho del ministro de salud porque caería en la misma politiquería rastrera de opereta en opereta. Solo digo que lo de Vip, a estos forajidos, les queda muy grande.
Pero si quiero referir, para que reflexionemos, lo que es un panorama bélico de verdad.
China Zorrilla, actriz uruguaya y gran narradora, contaba que cuando era chica hizo un intercambio y sus padres la enviaron a Europa a estudiar arte en la Royal Academy (teatro) en Inglaterra. Recorrió la Europa de posguerra y pudo apreciar el olor a carne humana bajo los escombros. Edificios a los que les faltaba la fachada, en los que se podían ver aún cuadros y retratos de familias en las paredes. Fábricas en ruinas, toda la infraestructura colapsada, rutas y puentes dinamitados, hospitales quemados, servicios públicos de transporte y de todo tipo inexistentes.
Lo más impresionante que cuenta China es el espíritu de los ingleses a pesar de las privaciones y el stress post traumático. Toda Inglaterra tenía libreta de racionamiento para obtener huevos, papas y carne de ballena de gusto y aspecto espantosos.
Carne de ballena para todos, no había una despensa vip en el despacho de Churchill para los funcionarios y “militantes de La Cámpora de Buckingham” amigos.
Increíble cómo, a pesar de las carencias, de los traumas y mutilaciones, Inglaterra y Europa, luego de pasar una guerra “de verdad” terrible, se levantaban de los escombros.
Cuando oigo y leo a los medios decir que estamos en una guerra impiadosa y que todo está quedando devastado, me da mucha vergüenza. Siento que le faltamos el respeto a la verdad y a la historia de la condición humana.
Tenemos todas nuestras capacidades intactas, la infraestructura, las condiciones naturales, el capital humano…¿qué es lo que nos pasa? ¿por qué nos dejamos manejar por una manga de fabuladores y ladrones?
Como dice C.S.Lewis en “Cartas del diablo a su sobrino”, el miedo es el peor de los consejeros.
Juan Martín Perkins.
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