LA INTELIGENCIA: LA SEGUNDA PROFESIÓN MÁS ANTIGUA
Autor: Marcelo Javier de los
Reyes*
Nota original: https://saeeg.org/index.php/2021/02/11/la-inteligencia-la-segunda-profesion-mas-antigua-del-mundo/
Josué 2:1-7. Rajab cubriendo a los espías. Fuente: La Evangelizadoras de los apóstoles.
En mis clases de
Inteligencia siempre hice una primera clase referida a los orígenes de esta
profesión que, como muchos sabrán es la segunda más antigua de la humanidad.
Creo que no cabe mencionar la primera, porque la conocen, y si no agudicen su
imaginación.
En textos tan antiguos como
la Biblia o El Arte de la Guerra de Sun Zi se hace referencias a
los espías. Entre los libros de la Biblia pueden mencionarse el del Génesis, el
de Josué y el de Números 13:1-2. Precisamente, en el libro de Josué 2:1-7 es
cuando se cruzan las dos profesiones más antiguas: el espionaje y la
prostitución. Claro, por esa época no se usaba el término “inteligencia”,
actividad que tiene su origen en la que llevaban a cabo los espías.
Ambas profesiones se
cruzaron a lo largo de la historia y, quizás, se sigan cruzando…
El primer caso, en la Biblia
La labor de los espías —la cual es sólo una parte de la
actividad de inteligencia—, es decir la observación, está considerada como la
segunda profesión más vieja del mundo. Como todos sabemos la prostitución es la
que se considera más antigua.
En la Biblia, en el libro de Josué 2:1-7, dice:
Josué, hijo de Nun, mandó en secreto a dos espías desde
Setim, diciéndoles: “Id a explorar la tierra y Jericó”. Ellos fueron y entraron
en la casa de una mujer prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche
allí. Entonces avisaron al rey de Jericó, diciendo: “Unos hombres de los hijos
de Israel han venido aquí esta noche para explorar la tierra”. Entonces el rey
de Jericó mandó decir a Rajab: “Saca a los hombres que han venido a ti y han
entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el país. Pero la
mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido, dijo: “Es
verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando
iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya oscuro, esos hombres
salieron y no sé a dónde se han ido. Perseguidlos aprisa y los alcanzaréis”.
Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre unos
manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea. Entonces los hombres los
persiguieron por el camino del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron
los que los perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.[1]
Este relato bíblico continúa pero solemos recurrir a esta
parte al introducirnos en las clases de Inteligencia ya que es interesante por
las siguientes razones:
1. A través de él podemos apreciar como las que serían las
dos más viejas profesiones se relacionan e interactúan. Por un lado, tenemos a
los espías israelitas infiltrados en Jericó enviados por Josué y por el otro a
Rajab, la prostituta.
2. Se trataría de los primeros espías documentados de la
Historia.
3. Se menciona la actividad de inteligencia y la de contrainteligencia
que respondía al rey de Jericó y que intentó apresar a los espías en la casa de
Rajab.
La relación entre las dos profesiones más antiguas del
mundo, o entre el espionaje y el sexo, se encuentra en toda la historia de la
inteligencia y continúa. Los ejemplos son numerosos.
La Primera Guerra Mundial: la “Agente H21”
La Primera
Guerra Mundial incrementó considerablemente las actividades de inteligencia,
incluyendo el sabotaje, el espionaje, la interceptación de comunicaciones, con
varios casos de codificación, interceptación y decodificación de información.
Una de las más célebres fue la que puso fin a la carrera del “Agente H21” —“H”
por la inicial de su coordinador, Hoffmann—, el nombre clave asignado por la
inteligencia alemana a la mítica Mata Hari (“Ojo del día”), nombre real
Margaretha Gertrudis Zelle, nacida en los Países Bajos[2].
Durante la Gran Guerra mantuvo relaciones íntimas con jerarcas de ambos bandos
beligerantes: militares, empresarios, banqueros y políticos. Estas relaciones
eran relevantes por “la información privilegiada que buscan los gobiernos
enfrentados en el conflicto. Por este motivo su persona atrae la atención de
varios servicios secretos”[3].
Mata
Hari (“Ojo del día”). Nombre real: Margaretha Gertrudis Zelle
En
1915, cuando residía en los Países Bajos fue reclutada por Karl Cramer, un
conocido suyo que trabajaba en el consulado alemán, quien le ofreció la
posibilidad de viajar a París para adquirir ciertos conocimientos de
inteligencia[4].
Los franceses observaron sospechosamente esas relaciones. Fue entonces cuando
se le asignó la denominación “Agente H21”. En París obtuvo información sobre
una ofensiva que los franceses llevarían a cabo en la semana siguiente y se la
transmitió a los alemanes. Viajó a Frankfurt para recibir un mayor
entrenamiento por parte de Elsbeth Schragmüller, la espía “Fräulein Doktor”[5], quien
se instaló en Bruselas y se dedicó a la interceptación de correspondencia tras
la ocupación alemana.
Cabe
aquí destacar que Schragmüller —conocida por los franceses como “Mademoiselle
Docteur”— fue la primera mujer que dirigió el Departamento Alemán de Espionaje
contra Francia y la primera que dotó a esos servicios secretos de una mejor
conexión y organización[6].
Instalada nuevamente en Francia, Mata Hari fue contactada
por el capitán Georges Ladoux con la intención de reclutarla para la
contrainteligencia francesa, convirtiéndose en doble agente. Entre sus
“objetivos” se encontraban el gobernador militar de la Bélgica ocupada y el
hijo del káiser.
En Madrid intimó con el agregado militar de la embajada de Alemania, Arnold Kalle, quien le proporcionó información falsa acerca de un submarino que desembarcaría en Marruecos, mensaje que Mata Hari entregó a los franceses. Cayó en la trampa. El servicio alemán envió un cable a Berlín, utilizando un código que los franceses habían logrado decodificar: “Agente H21 acaba de llegar tras enrolarse en el servicio francés. Pide instrucciones y dinero”. Desde Berlín respondieron que dejaban US$ 5.000 en el banco Comptoir National d’Escompte, en París, mensaje que fue interceptado por el servicio francés. Fue capturada, sentenciada y ejecutada en el castillo de Vincennes.
Un
famoso caso de la Guerra Fría
Otro
caso muy famoso en la que se mezcló el sexo y el espionaje fue el “caso
Profumo”, que toma su nombre del Secretario de Guerra del Reino Unido, John
Profumo, del gobierno del primer ministro Harold McMillan. Una noche de julio
de 1961 Profumo participó en una fiesta en la casa de campo de Lord Astor a la
que asistieron la joven Christine Keeler —camarera
nudista del club nocturno Murrays del Soho de Londres—, su compañera de trabajo Mandy Rice Davis, el
osteópata Stephen Ward y el jefe del MI5 —el
servicio de inteligencia británico— Roger
Hollis. Profumo, quien estaba casado con la actriz Valerie Hobson, se involucró
en un romance con Keeler quien, a su vez, mantenía una relación con el agregado
naval soviético Eugene Ivanov, en realidad espía de la Unión Soviética. En el
marco de la Guerra Fría, el involucramiento de un agente de inteligencia
soviético fue lo que agravó el caso, el cual derivó en un serio escándalo que
salió a la luz en 1962. La relación de la joven Keeler con Ivanov despertó las
sospechas del MI5, el servicio de Inteligencia británico, por lo que estaba
siendo vigilada.
Christine Keeler en 1963. Fuente: STF AP
Profumo,
en principio, manifestó ante la Cámara de los Comunes que sólo eran amigos pero
finalmente reconoció la verdad en el Parlamento y renunció el 5 de junio de
1963, alejándose así de la política. Poco después, a causa de este escándalo, el
primer ministro, Harold McMillan, presentó su renuncia.
El
doctor Stephen Ward era un importante vínculo entre las élites políticas y
sociales del Reino Unido, para algunos en realidad un proxeneta porque relacionaba
a hombres poderosos con jóvenes. De hecho, fue acusado de proxenetismo. Murió
de una sobredosis de pastillas para dormir pocos días después que el jurado
anunciara su veredicto.
El
“caso Profumo” también salpicó a la corona británica, algo que no dejó pasar
por alto la serie de Netflix “The Crown”. Stephen Ward también tenía
sus amigos en la monarquía e integraba el selecto grupo de hombres poderosos
que formaban parte del “Club de los Jueves”, en el que se llevaban a cabo
fiestas clandestinas y al que asistía el
príncipe Felipe de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel II.
John
Profumo, Secretario de Guerra del Reino Unido
El caso “Vanunu”
Un caso relativamente reciente es el del técnico nuclear
israelí Mordechai Vanunu, judío nacido en Marruecos, quien ingresó a trabajar
en 1976 en la central nuclear de Dimona, localizada en el desierto de Neguev.
En 1985 renunció a la central nuclear, que tenía una
cobertura de planta textil, y se marchó de Israel. Luego de viajar a Nepal se
estableció en Sydney, Australia, ciudad en la que se convirtió al anglicanismo.
Allí entró en contacto con un grupo antinuclear y entró en contacto con un
periodista que lo incentivó a divulgar su información sobre el plan nuclear
israelí. Vanunu se había ido al exilio llevando unas fotos que había tomado de
la planta de Dimona.
En septiembre de 1986 Vanunu le reveló al The Sunday
Times que su país estaba en capacidad de producir armas nucleares. Esa
publicación fue la primera en revelar los secretos nucleares de Israel al mundo
después de que el periódico publicara filtraciones proporcionadas por el
técnico israelí.
Establecido en Londres, fue cautivado por una joven
israelí. En realidad se trataba de una joven judía
estadounidense, Cheryl ben Tov, quien se había ido a vivir a un kibbutz y que había contraído matrimonio
con un analista del Aman —el servicio
de inteligencia militar de Israel—. La joven fue
destinada a conocerlo en Londres, cautivarlo e invitarlo a viajar con ella a
Roma donde supuestamente vivía su hermana. Allí los agentes del Mossad lo
secuestraron, lo drogaron y lo enviaron a Israel por mar en un carguero.
El 5 de octubre de 1986, el diario británico The Sunday Times reveló los
secretos del arsenal nuclear de Israel.
Mordejai
Vanunu fue condenado a 18 años de cárcel por “espionaje al Estado” y “traición”
y sometido a un aislamiento e incomunicación total durante once años. Fue
liberado en 2004 pero sometido a restricciones y vuelto a detener esporádicamente.
En 2010 Mordechai Vanunu, sentado entre dos guardias de la prisión, a la
espera de comparecer ante el tribunal acusado de violar las condiciones de su
liberación de 2004. Foto: Dan Balilty / AP.
El
mentor de los “Romeos”
El
jefe del servicio exterior del Ministerio de Seguridad del Estado (Ministerium
für Staatssicherheit), más conocido como Stasi, el servicio de inteligencia de la República Democrática
Alemana, Markus Wolf, da cuenta en su libro autobiográfico El hombre sin rostro del uso de los “Romeos”, es decir agentes
destinados a “conquistar el corazón de las mujeres con el fin de llegar a los
secretos estatales y políticos a los cuales sus ocasionales compañeras tenían
acceso”[7].
Markus Wolf y su libro “El hombre sin
rostro. La autobiografía del gran maestro del espionaje comunista”.
El propio Wolf afirma que él no inventó “el vínculo entre el idilio y el
espionaje” sino que se remonta a tiempos inmemoriales y que los servicios de
seguridad lo utilizaron “para acercarse a las figuras interesantes”. En su
capítulo ocho, titulado “El espionaje por amor”, hace mención al mencionado
relato bíblico de la prostituta Rahab y expresa que él no habría tenido a Mata
Hari en su “nómina de pagos” ya que la consideraba “una espía lamentable”.
Vale citar un párrafo interesante de por qué formó a sus Romeos:
En este siglo, las
mujeres comenzaron a ser útiles para los organismos de inteligencia en papeles
que no eran los de prostituta de buen corazón y seductora. Asumieron las tareas
que antes habían sido masculinas como secretarias de importantes figuras, y con
el ascenso del feminismo ellas mismas se convirtieron en secretarias de Estado,
consejeras de los políticos, académicas importantes y depositarias de secretos
estatales. De modo que no es sorprendente que apareciese la contraparte masculina
de Mata Hari, es decir, el Romeo convertido en espía.[8]
Cabe recordar que la
actuación de su servicio de Inteligencia tuvo lugar en el marco de la Guerra
Fría, en el marco de la confrontación ideológica que separaba a la República
Democrática Alemana de la República Federal Alemana, en donde se encontraban
sus principales objetivos.
Cuenta que su primer Romeo —cuyo
seudónimo era Félix— comenzó a trabajar a principios de la década de 1950. Era
un joven estudiante que fue instruido en los diferentes métodos para verificar
si era seguido, apelando a los diferentes ángulos visuales desde los cuales es
posible practicar la vigilancia y cómo evitar ciertas posiciones en una
multitud. Como señala Markus Wolf, “la regla fundamental, incluso para el espía
más cuidadoso, es no creer jamás que uno no está vigilado”[9].
A lo largo de varias
páginas menciona operaciones llevadas a cabo por sus Romeos, los cuales
llegaron a infiltrarse en la cancillería de la República Federal. En algunos
casos se procuraba reclutar a la mujer que tenía acceso a la información de
interés. Wolf destaca que en la década de 1950 había numerosas mujeres maduras
y solitarias que esperaban con anhelo tener a un compañero a su lado y esto era
debido a “la escasez de hombres típica de una posguerra”.
En otros casos, el trabajo
llevaba a un enamoramiento real y cuando el agente Romeo corría riesgos a causa
de la contrainteligencia de la República Federal, había que extraerlo
repentinamente, destruyendo afectivamente a la mujer —quien nunca más sabría de
su novio— y debiendo consolar al agente. Pero Wolf lo tenía claro, pues “si se
trataba de elegir entre salvar a un agente y salvar un idilio, yo no tenía más
remedio que ser cruel[10].
Gracias al trabajo de
“Félix” logró acercarse a la Cancillería Federal, por entonces encabezada por Hans
Josef Maria Globke (1898 - 1973), abogado que fue Subsecretario de Estado y
Jefe de Gabinete de esa Cancillería alemana en Alemania Occidental del 28 de
octubre de 1953 al 15 de octubre de 1963. Globke tenía un importante pasado
nazi y era un íntimo confidente del canciller Conrad Adenauer, además de un
acérrimo enemigo del comunismo.
La operación fue llevada
por la propia astucia de “Félix” quien encontró el modo de infiltrarse en el
personal de la Cancillería a partir de esperar el ómnibus en una parada cercana
al edificio. Allí conoció a Norma, con la que primero estableció una amistad
que luego se convirtió en romance. Pero con el tiempo “Félix” debió ser
extraído de la República Federal y se debió emplear a otro agente que debió
vincularse con otra mujer sugerida por el propio “Félix”. Sin entrar en
detalles, la operación fue exitosa y con la información obtenida se logró
llevar a cabo la campaña contra Globke, quien debió renunciar en 1963. De ese
modo se pudo eliminar del gobierno a un gran antagonista de la República
Democrática y se despertó en Occidente la atención acerca de un numeroso grupo
de nazis que servían al gobierno de la Alemania Occidental. Sin embargo, la
puja entre ambas alemanias no concluyó en la década de 1960 sino que se
prolongó hasta el derrumbe del Muro de Berlín.
Policías británicos encubiertos
En 2011 salió a la luz el caso de un policía británico que trabaja
encubierto infiltrándose entre sus investigados[11].
El agente de la Policía Metropolitana de Londres Mark Kennedy se hacía pasar
por Mark Stone y era conocido como “Flash”.
En el año 2000 se infiltró en una
organización de activistas ecológicos con el propósito de recolectar evidencia acerca
de supuestas actividades ilícitas que pudieran conducir a juicio y condena de
sus integrantes.
Kennedy pudo informar a sus superiores que
existía un plan para que un grupo de activistas tomaran por unos días la
estación de Ratcliffe-on-Soar, una generadora de energía a base de carbón en
las proximidades de Nottingham, como protesta contra el calentamiento global.
En abril de 2009 se llevó a cabo una redada
que terminó con el arresto de 114 personas acusadas de “conspirar para cometer allanamiento
agravado de morada”. De ese modo la policía pudo actuar antes de que los
activistas tomaran la mencionada estación.
La Fiscalía de la Corona (CPS) inició un
proceso contra seis de los detenidos pero derogó el caso cuando tomó
conocimiento que Mark Kennedy estaba dispuesto a brindar testimonio a favor de
los acusados. Al parecer Kennedy, tras diez años involucrado en el movimiento
verde del Reino Unido, actuaba más como un instigador de actividades
ecologistas que como oficial policía inmerso en una operación.
Sin embargo, la cuestión derivó
inesperadamente cuando ocho mujeres de la organización ecologista denunciaron
que varios policías se habían involucrado sentimentalmente con ellas[12]. Durante más de nueve años las estuvieron
engañando respecto a su identidad y, a juicio de ellas, de forma deliberada y
consciente, lo que entra en contradicción con lo expresado por las autoridades
policiales acerca de que sus agentes secretos no están autorizados “bajo
ninguna circunstancia” a dormir con las personas a las están espiando.
En el caso puntual de Mark Kennedy, las denunciantes afirman que mantuvo
relaciones con tres de ellas, aunque él admitió haber tenido dos amantes.
Kate Wilson había establecido lo que consideraba una
relación normal de pareja con Mark Stone hasta que encontró un pasaporte en la
guantera de la camioneta a nombre de Mark Kennedy y fue así que descubrieron
que era un policía encubierto enviado para espiar su círculo de amigos
activistas. Pero luego se supo que Kennedy tuvo varias relaciones bajo su
identidad falsa.
La policía pidió disculpas y ofreció una indemnización a
las mujeres denunciantes, quienes alegan que no se trata de una cuestión de
dinero, sino que las situaciones que han debido vivir les han ocasionado
traumas de por vida porque han vivido cuestiones íntimas y familiares y han
recurrido a ellos en momentos personales muy difíciles.
Como puede apreciarse, desde la antigüedad el espionaje y
el sexo se han involucrado y no necesariamente en cuestiones vinculadas a la
prostitución. En algunos casos el amor se despertó entre el espía y su
objetivo, dañando a ambos. En otros casos, obedece a una práctica
“institucional” no reconocida, como en el caso de la policía británica que ahora
se sabe que lleva más de cuarenta años recurriendo a la infiltración
clandestina de sus agentes en grupos ecologistas y políticos. Esto pone sobre
la mesa una vez más los límites éticos y legales en que deben operar los
servicios de inteligencia para alcanzar sus objetivos.
A pesar de ello, esta práctica antigua sin duda no desaparecerá
porque es en la intimidad donde se pueden obtener los secretos mejor guardados.
* Licenciado
en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos).
Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones
Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de
decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.
* * *
Referencias
[1] Josué 2:1,7.
[2] Josep María
Ràfols, Lluís Riera. Primera Guerra
Mundial. 100 años (Vol. 8 “Leyendas y espías”). Barcelona: Luppa Solutions,
2014, p. 21 y ss.
[3] Ibíd., p. 23.
[4] Ídem.
[5] Ibíd., p. 24.
[6] Laura Bondía.
“Una espía alemana contra Francia.”. En: El
Reservado, 18/07/2010,
<http://www.elreservado.es/news/view/246-los-lectores-opinion-portada/334-una-espia-alemana-contra-francia
>, [consulta: 15/08/2014].
[7]
Markus Wolf. El hombre sin rostro.
Buenos Aires: Javier Vergara Editor, 1997, 388 p. Ver el capítulo 8 “El espionaje por amor”.
[8] Ibíd., p. 146.
[9] Ibíd., p. 147.
[10] Ibíd., p. 149.
[11] “El policía encubierto que se unió a
sus investigados”. BBC Mundo, 11/01/2011, <https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/01/110110_reino_unido_policia_encubierto_ecologistas_wbm>,
[consulta: 17/02/2013].
[12] “Ocho mujeres denuncian a cinco
policías británicos por 'infiltrarse' en sus camas”. El Mundo,
16/12/2011, <https://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/16/internacional/1324059426.html>,
[consulta: 17/02/2013].
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