EDUCACIÓN DE EXCELENCIA

 


Estafaron a los argentinos de trabajo.

Autor: Juan Martín Perkins  



La marcha de ayer me resultó estimulante porque plantea el debate que nos debemos.

Quizás este sea el tema más importante que tenemos que resolver.


Como lo vio Sarmiento y luego Avellaneda en su momento, hoy el país tiene el mismo desafío porque la educación es una tragedia. Dejemos de mentirnos.


No es cierto que la universidad sea de excelencia, basta con ver la escuela en todos los niveles y entender cuál es el nivel del elemento que cursa luego las carreras terciarias.


La educación de Baradel llena los claustros, todo dicho, ese es el nivel. Llega gente que no comprende lo que lee ¿Cómo se hace un ingeniero de alguien que no sabe una regla de 3 simple y habla y escribe como un orangután? ¿Con Alberto Fernández de profesor?


Nunca la universidad podrá ser de excelencia si se provee de una mayoría de  escuelas primarias y secundarias paupérrimas donde hay clases cada muerte de obispo y ni se evalúa a los maestros y alumnos “para no estigmatizarlos”. Estafaron a los argentinos de trabajo mientras dictaban filosofía bolivariana y rendían honores a Fidel Castro.


Desde los congresos pedagógicos que introdujeron las reformas socialdemócratas del 83 en adelante, se viene destruyendo el espíritu sarmientino de la educación. Tan socialistas han educado a estas generaciones, que hoy ni siquiera se puede plantear el debate y todo se centra en el control del botín que representa el presupuesto educativo (suculentas cajas) para los kioscos políticos. ¿Quién nos miente?


No se puede ni mencionar la posibilidad de auditar cómo se administran porque, en vez de mostrar las facturas, te tiran con el cañón ideológico por la cabeza. Hablar de exámen de ingreso y arancelamiento te puede enviar a la guillotina o la hoguera, mientras todo el mundo sabe que los trabajadores se ven obligados a financiar a “estudiantes crónicos” que se enquistan 15 años simulando estudiar para vivir de arriba como ñoqui educativo.


La Universidad es como Aerolíneas, (nada es gratuito) financiada por trabajadores que jamás entraron a un aula o abordaron un avión. No es justo.


Los nombres propios que coparon la parada en la marcha invocando a Sarmiento, bien lo saben… Lousteau, Tetaz, Yacobitti, Manes, Massa, Larreta, Moreno, Carrió, Moyano y Grabois me eximen de palabras, ellos saben que sabemos y nosotros sabemos que ellos saben que sabemos, así y todo, todos participamos de la mentira.


La educación recibida en tantos años de corrección política socialdemócrata nos impide aceptar la verdad.


¿Estamos conformes con esta educación? ¿Nos va bien educando así?


¿Estamos contentos con este “ser argentino” que no da exámenes ni repite de grado cuando no sabe?

No me gusta ver a nuestros hijos más militantes que alumnos, dentro de “pocilgas” políticas.


No se a ustedes, pero a mi me parece aberrante y estúpida la ideología de género y otros fanatismos con los  que confunden a nuestros niños.


Yo no los quiero dejar a merced de los adoctrinamientos.


Terminamos siendo lo que desde niños nos cuentan que somos. Y nos cuentan un “relato” de rencor y resentimiento para dividirnos por el odio. Mala cosa.


Si desde niño te cuentan que tienes un pasado hispano genocida donde siempre fuiste despojado por los gringos piratas, por la oligarquía ganadera, por la rural, por los impíos unitarios, por la generación del 80, por los militares represores y Martinez de Hoz etc, etc. Si siempre te dicen que no tienes la culpa de nada y que el origen de tus males siempre es culpa de otro que te despojó… te educan en que vos como individuo NO VALES NADA…  


¿Que le hemos permitido hacer de nosotros y nuestras familias a esta educación?


¿Realmente se puede decir que es de excelencia? 


Dejemos de mentirnos.



Juan Martín Perkins.


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Agradecemos la difusión del presente artículo:  


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