VUELOS RASANTES

Verbitsky, Pigna y Bauer son cronistas oficiales de un relato que destruye la autoestima nacional.


Autor: Juan Martín Perkins  


¿Se han preguntado por qué el cine nacional nunca se ocupó de alguno de todos los sucesos llenos de heroísmo que tiene nuestra historia?

Es notable como la bulliciosa y militante comunidad artística nos retrata siempre derrotados, miserables y cobardes.

Tienen muy claro que terminamos siendo lo que contamos que somos, por eso Verbitsky, Pigna y Bauer son cronistas oficiales de un relato que destruye la autoestima nacional.

Tenemos vuelos rasantes sobre el mar y batallas aéreas que inspiran a Maverick Top Gun, pero Campanella nunca reparó en las hazañas de nuestros pilotos de A4 Skyhawk ni en el naufragio del crucero ARA General Belgrano, ni en un millón de eventos reales que superan la ficción y contribuirían a honrar y dar sentido nacional a la educación de nuestros jóvenes.

Ese no es el objetivo, todo lo contrario, nos educan en el desprestigio, el deshonor, más bien parece que nos quieren cancelar todo aquello que nos reconcilie y nos reconozca como hermanos.

Me gustaría ver en pantalla a Echarri, Grandinetti, Romano y a tantos que siempre están enojados, resentidos y demandantes de subsidios, luchando por contar y hacer justicia con nuestra historia novelada, verdadera y real al servicio de la autoestima del ser argentino.

Me gustaría verlos empuñando un sable en las invasiones inglesas, en el cruce de los Andes, en el ejército del norte o en las montoneras de Güemes, no en las terroristas de Firmenich y Santucho al servicio de Fidel Castro para imponer el socialismo armado. 

¿Tendrán miedo de incomodar a Horacio Verbitsky?

Torre Nilson en “El Santo de la espada” se ocupó de San Martín, pero desde el 83 hasta la actualidad, la democracia nos canceló y el revisionismo nos puso patas arriba...

El progresismo tomó la misión de desarraigarnos y lo logró. Llegó al extremo de cancelar las fechas patrias en las escuelas y las convirtió en un feriado largo indiferente y frívolo

Aberrante, tenemos generaciones que no saben ni quién fue el Almirante Brown, mucho menos Hermindo Luna, el Capitán Cáceres o el Capitán Humberto Viola, porque para los que nos cuentan la historia, todo lo heroico, no ocurrió.

A Sarmiento y a Roca no los cancelaron para poder alimentar el odio y dividirnos con la culpa para entregar Mascardi a los “indios de cartón” financiados por el foreing office

Necesitan demonios “genocidas” que no ahorraran sangre india ni gaucha para justificar el relato indigenista con el que nos pudren la cabeza y la saña vengativa con la que sostienen el martirio de los militares presos políticos que justifican la industria del juicio y las indemnizaciones. Todo sea a pedido y con la bendición de las orgas de DDHH.

¿Por qué no se ocupa honestamente el arte de este tema? ¿Es una estrategia?

Yo tengo una teoría, creo que la guerra no acabó.

Yo tengo una teoría, creo que la guerra no acabó. 

Vivimos un alto el fuego momentáneo en el cual no silban las balas ni detonan bombas, pero se combate de forma cruel y despiadada. 

El proceso “desmalvinizador” y anti “operativo independencia” cuenta con colaboradores internos. Cipayos callados y cobardes oportunistas que se hacen los patrioteros cuando hay rédito político, pero toman cócteles en la embajada de la calle Agote felices por desarmarlos, humillarlos y entregar en bandeja la cabeza de nuestros soldados. 

Así han quebrado al país moral y económicamente que hoy los “extremistas de derecha" están intentando recuperar.

La guerra continúa cruel y despiadada, ante la ignorancia y la indiferencia de los argentinos que consumen alegremente la “versión democrática" Kirchner-Verbitsky.

La guerra es entre nosotros mismos, con balas y bombas de calumnia e injusticia.


Juan Martín Perkins.


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