ALAMBRE DE PÚAS
Autora: Iris Speroni (@SperoniIris)
Vivimos tiempos extraños.
O soy yo, que siento cierta desazón.
Por el lado local, más de lo mismo, pero turbo. Los mismos de siempre, que hacen lo de siempre y que lograrán los mismos resultados: bajar un escalón más en pérdida de prosperidad, cohesión social y soberanía.
Como dice el tango “lo que más bronca me da, es haber sido tan gil”. Desde el poder nos piden/exigen que neguemos lo que percibimos. Piden que no confiemos en nuestros sentidos y raciocinio sino en la voz de la autoridad.
Es absurdo por dos razones:
a) los argentinos no nos caracterizamos por ser sumisos a la autoridad, y no es un arrebato actual, sino que tiene más de 200 años. El maestro Oscar Terán lo denominaba “ausencia de deferencia”, de la cual hemos dado innumerables muestras a lo largo de los siglos. El último fueron los cánticos en Qatar contra la selección francesa de football. Una en una lista larguísima desde las Invasiones Inglesas, pasando por la Vuelta de Obligado y las Malvinas.
b) Somos cartesianos. Vemos, olemos, tocamos, percibimos y pensamos. Y no nos pueden decir que lo que es, no es. Tenemos demasiada experiencia en mentiras gubernamentales y esquemas Ponzi armados desde la jerarquía. Somos maestros en bicicleta y sus consecuencias, desde Martínez de Hoz a hoy, pasando por el Plan Primavera.
Así que, tal vez para no pensar en las miserias domésticas, voy a tornar la mirada al contexto internacional.
Son tiempos extraños. No puede definir exactamente qué, pero parecen los momentos previos a modificaciones estructurales. Como antes de la Caída del Muro de Berlín.
Algo va a cambiar y pronto.
Las imágenes de Gaza nos impactan a todos. Ver tierra plana donde antes había edificios. Sin embargo, no difiere del paisaje que dejó atrás el ejército de EEUU en Iraq.
Hay más. Y no sé cuán conectado está. No sabemos el verdadero estado de Ucrania, porque el cerco mediático es eficaz. ¿Qué encontraremos?
Luego tenemos situaciones cada vez más extremas en Europa, particularmente en Irlanda e Inglaterra. Lo que va a venir en Francia, ya nos lo adelantó Houellebecq.
La población local está desconcertada, entre la negación, el apabullamiento sin reacción (clutching their symbolic pearls), o la protesta frente a los síntomas (“no quiero esos tipos en mi cuadra”, “pago caro mi servicio médico mientras ‘ellos’ son subsidiados por el estado”, en GB “tardo muchos meses en obtener turno hospitalario mientras los extranjeros son atendidos preferentemente”). Mi lectura es otra, similar a un porcentaje minoritario de los pensadores norteamericanos y británicos. Esas naciones tienen adentro un ejército, el cual se limita a hacer tiempo mientras espera órdenes. Todas las reyertas y trifulcas constituyen entrenamiento. Las violaciones de niñas es un pago a la espera.
Por eso estos individuos no construyen a futuro; deben “andar ligero[s] de equipaje”.
Mientras, los diferentes gobiernos de Francia, Alemania, España, Portugal, Países Bajos, Bélgica, GB liberaron zonas a la destrucción física de iglesias y sus parroquianos, al tiempo que los medios de comunicación (televisión tanto ficción como noticieros, cine, radio o prensa escrita, literatura de ficción y trabajos académicos) atacan mañana tarde y noche la religión y la tradición de estos pueblos.
Dos hechos particularmente duros ocurrieron este año:
Incluir el aborto en la Constitución Francesa ¿qué necesidad? ¿Cuál era el apuro? Ya asesinan 265.00 franceses por año, ¿qué les cambia?
Los cambios legislativos por amplia mayoría en el Parlamento Inglés (británico), el aborto hasta el momento del nacimiento y la eutanasia.
Varias conclusiones: primero, son ceremonias de humillación. Muestras externas de sumisión: profesión de fe. En varios órdenes. Humillar a la tradición cristiana de los países, ofender a la población declarando una ley contraria a los valores mayoritarios. Los gobernantes deben exhibir su sumisión a las creencias de sus mandantes y repudiar públicamente toda conexión moral, religiosa o tribal con los comunes.
En un punto es como los sacrificios que los incas exigían a las élites de las zonas ocupadas. Los dejaban al frente, pero debían sacrificar a sus hijos como muestra de vasallaje. Ése es el origen de las momias en Salta.
Lo que los representantes de la Cámara de los Comunes hicieron es demostrar (¿ante quién?) su ruptura de lealtad para con el pueblo que los votó. Tiene un altísimo nivel simbólico. Es un acto de vasallaje, sumisión y obediencia a sus propios mandantes.
Asimismo, fueron actos dirigidos contra personas en particular. En Inglaterra, a su rey, cabeza de la religión de estado, quien debería haber las vetado; en Francia, someter a Marinne Le Pen y los miembros de su partido.
Crucemos el océano. Pareciera, como varios suponíamos, que el gobierno de Trump es un punto de inflexión. O EEUU se reconvierte o deja de ser el garante del orden que sirve a las élites. Es como si éstas en su afán narcisista, hubieran desarmado los cimientos sobre el cual habían montado su guardia pretoriana. Si este intento fracasa, cuesta imaginar cómo será EEUU en el futuro. Qué lugar tendrá. Fue el gendarme del mundo desde la segunda guerra mundial, en particular en la organización financiera y bancaria global, en yunta con Londres. Cuesta pensar cuál puede ser el futuro rol. Los EEUU crujen por todos lados, al punto tal que las propias élites y las no tan élites se han empezado a dar cuenta.
También es difuso el futuro rol de China. Por un lado, la imagen que presenta la prensa occidental, es de un supuesto antagonismo entre China y EEUU. Por otra lado, China es anfitrión de WEF, una especie de Davos sin prensa, recibió con honores a Kissinger días antes de fallecer. ¿Será el nuevo gendarme de los ricos del mundo, mientras EEUU se sume en guerras fratricidas?
Hay una película que vi por recomendación de Juan Carlos de Pablo hace más de un cuarto de siglo “Barb Wire”, con Pamela Anderson. Aconsejo que la vean, si pueden conseguirla. Plantea un futuro distópico, donde hay una guerra civil en EEUU (la facción del parlamento contra la facción del poder ejecutivo, todo muy British, estilo Cromwell). Una de las cosas que remarca, y de ahí la recomendación de JCDP, es que todas las transacciones se pactan en dólares canadienses, porque el dólar perdió todo valor.
En el mismo tenor se puede leer “12 monos” con Bruce Willis.
Los futuros distópicos negativos (donde nada es de color de rosas) es una exteriorización de nuestros miedos, y puede tener por objeto advertir de consecuencias posibles a decisiones presentes, o simplemente exorcizar nuestros temores, racionales o no.
Hay escenas que parten el corazón. Una de ellas es cuando Bruce Willis entra a un lujoso centro comercial en ruinas y lo recuerda en su esplendor, cuando él era un niño.
Es lo que nos pasa a nosotros, los viejos, cuando vemos estaciones de FFCC abandonadas, con los rieles escondidos entre los pastizales y la estación con el techo podrido y hundido.
No es diferente la reacción cuando uno vio cómo Guillermo Dietrich demolió las estaciones británicas para reemplazarlas por unos apeaderos de cemento sin alma. Es la destrucción de lo bello y de todo aquello que nos ate emotivamente a nuestro propio pasado.
Ya ninguno puede decir que todo esto es casual. No, cuando sucede lo mismo en todos los países ex-cristianos. Cuando se construyen imágenes gigantes de alguna deidad hindú en Texas, acá la municipalidad autoriza un bodoque mormón, el presidente acude a mitines evangelistas, en Francia queman iglesias o la presidente de México celebra fiestas paganas (bueno, Macri también).
Tampoco podemos mirar para otro lado cuando las autoridades de los principales países de occidente abren las puertas, visten, alimentan y alojan a millones y millones de hombres en edad militar sin actividad aparente. No los trajeron para trabajar en la construcción o en los campos, muchachos. Los tienen haciendo cebo, todos amontonados en nodos. Nodos marciales. Mientras desmoralizan a sus propios militares de una y mil maneras: llevar travestis a los jardines de infantes dentro de los regimientos (como sucedió en Alemania en la base militar de EEUU), darlos de baja si se niegan a una inyección experimental o cuando se retiran no proveerles viviendas mientras las entregan a miembros del ejército extranjero de ocupación.
Hasta el más lelo puedo sumar dos más dos.
Los que hablamos de esto somos diez viejos sin capacidad operacional alguna, más que alguna medida defensiva (ENDURO).
Sin embargo es una hipótesis de conflicto frente a nuestras narices: la ocupación de nuestros territorios por no cristianos.
Última recomendación del día. “El mito del paraíso andalusí”, por Darío Fernández-Morera. Describe con lujo de detalles el dispositivo de conquista de España por los musulmanes y luego cómo fueron los siglos de ocupación. Qué métodos aplicaron, quiénes los ayudaron, quiénes se convirtieron en traidores, quiénes se resistieron y cómo, y su destino. El sistema legal de doble vara, los impuestos a los infieles (dimmies), la esclavización y los asesinatos en masa. Todo basado en crónicas contemporáneas (las cuales son numerosas) tanto musulmanes como cristianas.
Es tan útil como manual de lo que nos puede pasar, como la obra de Houellebecq.
Estén atentos.
Vienen tiempos movidos.
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