LA UNIVERSIDAD: UN ESQUEMA PONZI

Felicitaciones a todos los estudiantes que obtuvieron buenas notas. Pero no se molesten en ir a la Facultad.

Nota de la Traductora: Hace tiempo que varios sostenemos que las carreras de sociales (Ciencias de la Comunicación, Sociología, Psicología, Derecho, los estudios de género) son esquemas Ponzi. Donde sólo el 10% consigue un trabajo y el resto trabaja en enganchar otros crédulos en un derrotero hacia el fracaso. Dicho de otra manera, el principal trabajo de varios de estos universitarios es formar a otros para que haya aún más personas que no consigan trabajo. Un desacierto que nadie se anima a parar porque dejaría a los últimos, que son justamente los que están ahora, los que deciden en nuestras endogámicas facultades, sin cátedra y por lo tanto sin libros que obligan a comprar a los estudiantes, sin puestos jerárquicos en la facultad, sin salarios. Por eso nadie se atreve, ni se atreverá a cortarlo. Las universidades se han convertido en un fin en sí mismo porque son un medio de vida de miles de inviables. que, además, se autoregula. En resumen, un cáncer sin quimio. Se han abandonado las sanas carreras de ingeniería, las técnicas, los colegios industriales y los colegios de oficios, que tanto han formado por generaciones de argentinos cuyo objetivo era trabajar y no vivir del chamuyo. O tempora, o mores!
Algo así dice Houllebecq refiriéndose a la carrera de letras de la Sorbona. Yo ahí disiento: Letras e Historia podrían (enfatizo el modo potencial) formar buenos profesores de secundario para que nuestros borricos aprendan a redactar y leer en voz alta, sepan qué es el Martín Fierro o quién era Quevedo y se enteren que existió un señor que se llamaba Güemes. No lo estaríamos logrando.


Traduje este texto para poner en evidencia que nada de lo que pasa acá es endógeno. Algunos creen que en la Argentina vivimos procesos propios y singulares. Que son fruto del peronismo o de la Virgen de Luján. Pues no. Formamos parte del mundo Occidental y estamos en el mismo plano inclinado enjabonado.
El autor de este artículo cree que lo que les sucede en GB es un proceso endógeno y que el responsable es Tony Blair. Pero si algo sucede acá, en Francia, en Canadá, en España, en EEUU y en GB, tal vez, digo - tal vez -, no sean procesos endógenos.
Nuestras universidades son caras y malas y no están al servicio del país sino, como casi todo en la Argentina, al servicio de la oligarquía que las gobierna, en total endogamia y autofiscalización, como buena corporación. Los de afuera son de palo. Excepto para poner la plata, claro.
Perdón por el largo introito, pero creo que tenemos que ocuparnos de nuestras universidades y reemplazar este proceso fallido.
Abrimos, así, un debate, e invito a que todos opinemos, desde la experiencia y desde todas las miradas ideológicas.

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DELINGPOLE


Felicitaciones a todos esos chicos que dieron buenos exámenes. Pero háganse a sí mismos un favor: no pierdan su tiempo yendo a la universidad.


Especialmente no pierdan su tiempo tratando de entrar a Oxford o a Cambridge. Están acabadas; ustedes sólo tienen que mirar "University Challenge" [N. de T.: un programa de la BBC] para comprobarlo. No hay ninguna persona más o menos normal entre ellos, en estos días. Son todos freaks - socialmente inadaptados, trágicamente introvertidos o dolorosamente extrovertidos, algunos con la nuez de Adán y nombres femeninos, todos ellos apoyan a Jeremy Corbyn - especialmente un horrible equipo que provino de Balliol que ganó hace unos años.
Vi mientras sucedía. Un muchacho de mi cuadra, un niño encantador, buena escuela, buenos padres, logró una vacante en Oxford. Dos años después, cree que Jeremy Corbyn es la respuesta a todo, apoya acaloradamente la "descolonización" de la currícula donde en un futuro los hombres blancos muertos, como Shakespeare, verán su importancia disminuída para dar un merecido lugar a talentos históricos como Maya Angeleou y Afua Hirsch.
Esto es una característica, no un error [bug] del sistema de nuestras grandes universidades. Lo mismo se aplica, por supuesto,  a las Universidades de la Ivy League [N. de T.: las universidades caras del noreste de EEUU, como Harvard]. Las autoridades han capitulado frente a los Guerreros de la Justicia Social, los Social Justice Warriors, a.k.a. SJW. Por lo que aún si la mayoría de los estudiantes no son SJW, encuentran más fácil dejarlo pasar recurriendo al silencio frente a los valores ultras de estos miembros del PC, en contra de la libre expresión y en contra de disfrutar de la vida.
Aparte de la cocarda - "Yo fui a Oxbridge" - diría que literalmente no tiene sentido anotarse para ir. Oxbridge [N. de T.: conjunción de Oxford y Bridge que usan los británicos para referirse a las universidades de ex-élite] no produce más gente como yo o Toby Young. Solamente ideólogos marxistas amargados como el agitador de izquierda con cara de bebé Owen Jones.


Owen Jones
@OwenJones 84
O yo puedo "hacer la gran Toby Young": bochar los exámenes
 y hacer que mi papi llame a Oxford para que
 me aprueben de todas maneras.

Toby Young @toadmaeister
Buena suerte para @OwenJones84 , que obtenga un 10 en los exámenes de hoy.

https://t.co/1oc67kS8wK


Bueno, puedo ser. Pero ¿quién de ustedes creen que es un producto más valioso de la Universidad de Oxford?

a) el hombre que - a pesar de, supuestamente, haber estudiado "historia" por tres años - emerge como un decidio comunista (aún al punto de volar a Venezuela para apoyar al gobierno de Chávez); que hace propaganda a favor del más violento, ultra-izquierda, soporte de terroristas, que haya tenido el Partido Laborista, que se basa no en argumentos soportados por hechos sino en slogans, argumentos ad hominem y frases calculadas para demonizar disidentes como héreticos viles listos para ser destruidos?

b) un hombre que - además de producir periodismo entretenido, una autobiografía bestseller y una obra de teatro - ha sido una figura líder del movimiento "escuelas libres" llevando educación de calidad a niños que de otra manera esa posibilidad se les sería negada porque sus padres no pueden pagar salir del sistema que les impide obtener educación, el sistema que ha sido creado por los educadores de izquierdas que gobiernan el sistema?

Escribí en el Spectator, recientemente, de una promoción de oro en Balliol que produjo a Boris Johnson. Uno es un brillante crítico de teatro, otro es un corresponsal en la zona rural de Kenia, otro es un abogado de renombre que recientemente representó al cantante Cliff Richard, otro está escribiendo una biografía revisionista sobre Saladino, otro es uno de los hombres que probablemente reemplace a Theresa May como primer ministra y que lidere a Gran Bretaña a un completo, glorioso, sin disculpas y sin concesiones Brexit...

Si usted habla con cualquiera de ellos hoy, probablemente le digan - como hace toda mi generación - "Nunca iríamos a Oxford hoy". Y es verdad, probablemente no irían. Oxbridge está hoy irremediablemente sesgada en contra de los varones blancos de clase media - especialmente aquellos maldecidos con educación privada previa -. Pero ¿son mejores los nerviosos, zurdos, workaholic, cara-de-culo, amargados, clones que hoy producen que los personajes que producían décadas atrás?

Por lo tanto: no se molesten en ir a Oxbridge. Yo no iría. Aún más, tampoco se molesten a ir a las facultades de secundo o tercer rango. Terminarán con una deuda de £60.000 y con un título que es, esencialmente, inservible.
Esto aplica no sólo para los de moda títulos en Ciencia Forense - cuyo principal propósito, exitoso también, es atraer idiotas que han visto demasiados episodios de CSI pero no se dan cuenta que por cada vacante que hay para forenses, hay 1.000 candidatos - sino para otras, aparentemente respetables títulos, como Derecho.

Hay una gigantes sobreoferta de graduados en Derecho. En 2012, las universidades de Gran Bretaña produjo alrededor de 17.000 graduados por año en Derecho (desde entonces la cifra creció). El número de vacantes a nivel inicial para trainees -  aprendices, meritorios - es, en cambio de 5.441. Si tiene un título en Leyes es más probable que termine trabajando de mozo en un bar que en Tribunales.

Así como muchas otras cosas que están mal en la Gran Bretaña moderna, esto también es culpa de Tony Blair. Treinta años atrás el número de gente estudiando en las Universidades de GB era de 770.000 - esto es, uno de cada seis personas que terminaban el secundario -. Ahora, esa cifra es de 2.300.000 - o uno de cada dos personas que terminan el secundario. Aparentemente - o por lo menos eso decía Blair cuando expandió masivamente la educación universitaria - llevaría a que más gente se graduaría y obtendría puestos mejor pagos que a su vez pagarían más impuestos lo que generaría un crecimiento de la economía.

No. No sucedió. No hubo un correspondiente incremento del PBI - tampoco hubo un aumento en la inteligencia nacional -. En cambio, pasó lo inevitable: más universidades - especialmente en los niveles más bajos - compitiendo frenéticamente en atraer estudiantes con carreras vistosas pero aboslutamente inservibles; curricula disminuída; "inflación" de títulos otorgados; miles de personas inadecuadas para la universidad ingresando al sistema abandonándolo cargados con deudas que nunca serán repagadas y por las cuales los contribuyentes finalmente se harán cargo de la cuenta.



La educación terciaria es, básicamente, un fraude, como discutiré en algún momento en uno de mis podcasts cuando hable con David Craig, co-autor del fascinante, deprimente y maldito "The Great University Con" ("El Gran Fraude Universitario").
Por supuesto, hay excepciones. Alentaré a mis hijos que vayan a otro lado, como Durham o St. Andrews, donde todavía reciben educación rigurosa y donde pueden escapar de convertirse en zurdos snowflakes (N. de T.: "copo de nieve", dícese de muchachos sin calle, debiluchos y autovictimizados que no saben hacer frente a la realidad).

Pero me temo que los grandes días de las universidades ya hayan pasado - lugares donde uno tenía el privilegio de pasarse tres años leyendo con amplitud y expandiendo sus mentes, rodeado de gente inteligente, haciendo deportes y, por supuesto, emborrachándose y tratando de irse a la cama con alguien - todo eso ya no existe más.
Aún si uno elimina los subsidios a todos esos chicos a los que no les da la cabeza y a todos esos cursos inservibles, aún si uno reduce los números de vacantes de los estudios universitarios a las cifras de hace treinta años, aún estaríamos sin resolver el problema de que las universidades se han convertidos en un criadero de indoctrinación de izquierda.

Una combinación tóxica de post-modernismo, política identitaria que hace que nuestros estudiantes terminen la universidad sin ninguna capacidad de pensamiento crítico. Ven absolutamente todo a través de un filtro de resentimiento de clase, culpa, relativismo cultural y narrativas victimizantes que hace imposible que puedan distinguir las verdades duraderas y estables de las mentiras hipócritas. Son prisioneros del pensamiento en manada.


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