LA UNIÓN EUROPEA CONTRA HUNGRÍA

¿Los que rechazan la nueva opinión consagrada pueden contarse todavía en la categoría de personas decentes?


Autor: Pat Buchanan

Traducción: Santiago González (@gauchomalo140)

Nota original: https://gauchomalo.com.ar/union-europea-hungria/


O respetan los derechos de los LGBT o se van de la UE, intimó el primer ministro de Holanda Mark Rutte a su par de Hungría Viktor Orban durante la reunión de la Unión Europea la semana pasada en Bruselas. Según Reuters, los asistentes describieron el momento como “el enfrentamiento personal entre líderes del bloque más intenso en muchos años”.

¿Cuál había sido la causa?

Hungría acaba de aprobar una ley que prohíbe a sus escuelas el uso de materiales considerados promotores de la homosexualidad. Según la AP, la nueva ley “prohíbe compartir contenidos sobre homosexualidad o cambio de sexo en programas de educación sexual, películas o avisos publicitarios dirigidos a menores de 18 años”.

Rutte se apresuró a ofrecer detalles de su enfrentamiento con Orban: “Fue algo imperioso, la convicción profunda de que esto no puede ser. Tuvo que ver con nuestros valores, con lo que nosotros defendemos. Yo le dije: ‘Basta con esto; usted tiene que retirar esa ley, y si no le gusta y de verdad dice que los valores europeos no son sus valores, entonces tiene que ponerse a pensar si se queda en la Unión Europea.’ ”

Orban se describe a sí mismo como un combatiente por la libertad y como un defensor de los valores católicos tradicionales, que cree en la democracia pero no en el liberalismo: “La nación húngara no es un mero montón de individuos.”

Aparentemente casi todos la emprendieron contra Orban.

El presidente del Consejo de Europa Charles Michel le recordó al húngaro que “valores tales como la libertad, la tolerancia y la dignidad humana están en el corazón mismo de la UE” .Varios estados miembros del bloque firmaron una carta que declara: “El respeto y la tolerancia están en el centro del proyecto europeo. Estamos decididos a llevar adelante este esfuerzo, para asegurarnos que las futuras generaciones europeas crezcan en una atmósfera de igualdad y respeto”. 

El secretario general de la ONU Antonio Guterrres participó de la reunión y, cuando lo consultaron sobre la nueva ley húngara, repuso: “Cualquier forma de discriminación resulta completamente inaceptable, y obviamente cualquier forma de discriminación en relación con las personas LGBTQ+ es completamente inaceptable”.

Las cuestiones que plantea este enfrentamiento son múltiples.

El primer lugar, le da la razón a quienes en la década de 1960 advertían que la UE, que nació como la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, una zona franco-alemana de libre comercio que congregaba a seis naciones, inevitablemente iba a evolucionar y expandirse hacia un régimen transnacional que buscaría imponer sus “valores” a sus miembros.

¿Y cuáles son los “valores de la UE”? ¿Quién los declara, quién los define? El magisterio cristiano exhibe un linaje que abarca milenios. Pero, ¿cuál es la fuente de autoridad moral para la doctrina de la modernidad que dice que la homosexualidad es moral, aparte de alguna ideología pasajera que, como nos recordó Russell Kirk,1 equivale a una religión política? ¿Cuál es la fuente de la moral que enseña que las uniones de igual sexo son equivalentes al matrimonio tradicional, y que cualquier gobierno que no lo acepte es un régimen de fanáticos con el que uno no debería asociarse?

Porque la posición que hoy adopta la UE, esto es, que la homosexualidad es natural y normal, y debería ser moral y legalmente equivalente a otras formas de expresión sexual, contradice de plano aquellas creencia y valores cristianos que la propia Europa reflejaba en la infancia de la UE. ¿Acaso cambian los valores? ¿O es que simplemente la gente se convierte a nuevas creencias, nuevas ideas y nuevos “valores” que contradicen los antiguos, que fueron enseñados y creídos durante siglos?

Si la tolerancia, como dice Michel, es un valor de la UE, ¿quiere decir entonces que el dosel de la tolerancia no es lo suficientemente ancho, que la gran tienda de la tolerancia no es lo suficientemente grande como para incluir los valores cristianos que Orban defiende, aun cuando contradigan los valores de la UE que Rutte y los demás proclaman? ¿No se encuentra Hungría sometida a la discriminación de la UE por la ofensa moral de defender creencias que difieren del nuevo consenso de la UE? ¿El liberalismo de la UE resulta tan intolerante al disenso que estaría dispuesto a expulsar a un miembro que no adhiera a las enseñanzas del siglo XXI sobre los derechos de los LGBT?

Porque no fue sino en este siglo cuando la homosexualidad fue declarada en los Estados Unidos como un derecho constitucional. Con la recordada disidencia del juez Antonin Scalia. 2 Y si Hungría sostiene las ideas y creencias que Scalia defendía, y que decenas de millones de estadounidenses todavía defienden, y por ello se ve forzada a abandonar la UE, ¿por qué nosotros, los estadounidenses, no defenderíamos el derecho de Hungría a disentir? Los valores norteamericanos, que alguna vez fueron la libertad y la independencia, dejaron lugar a la inclusión, la diversidad y la tolerancia.

Lo que nos lleva a la cultura de la cancelación.

¿Dónde está aquí la tolerancia respecto de las diferentes creencias acerca de la moral de la homosexualidad? ¿Los que rechazan la nueva opinión consagrada pueden contarse todavía en la categoría de personas decentes? ¿O los valores de la inclusión y la diversidad no llegan tan lejos? ¿Por qué los que no creen en la igualdad moral de la homosexualidad deben ser apartados del círculo de las personas decentes? Aquí nos aproximamos al meollo de la cultura de la cancelación. 

¿Se les va a enseñar a las futuras generaciones de europeos que la posición cristiana sobre la homosexualidad era retrógrada, fanática y odiosa, y que su abandono significó un gran paso adelante en el progreso humano?

Si el pueblo y la nación húngaros encuentran que los valores de la UE entran en conflicto con sus valores católicos y húngaros, deberían declarar su independencia de la UE en todo lo que exceda la naturaleza de un bloque comercial.

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* Ex asesor de los presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 y 1996. Su último libro es Nixon’s White House wars: The battles that made and broke a president and divided America forever.

© Patrick J. Buchanan.
Versión castellana y notas © Gaucho Malo.

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  1. 1. Teórico y moralista estadounidense, animador del movimiento conservador de posguerra en ese país. 
  2. 2. Famoso juez adjunto de la Corte Suprema de los Estados Unidos, más bien nacionalista y conservador. 



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