MÁS CHANCHO
De acuerdo a la información brindada por Cronista Comercial (*), el plan de instalar granjas de cerdos chinas en Argentina sigue su marcha.
En su momento planteé mis objeciones al proyecto (**).
Los políticos continúan con la iniciativa, sin importar qué daño puedan provocar.
Como por ejemplo, mandar a la quiebra a los productores locales de porcinos.
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La producción local de carne de cerdo crece sin pausa en la última década. En base a inversión propia, básicamente reinversión de rentabilidad, el sector creció al 8% anual. Al límite biológico, cuando se crece con madres propias.
Este tema no es menor. No importar animales nos ha permitido mantener la sanidad del rodeo.
Uno de los grandes puntos oscuros del proyecto sostenido por Cancillería y el embajador Vaca Narvaja es el riesgo de terminar como China o Alemania. China nunca dio a conocer las razones por las cuales debió sacrificar millones de animales ni cuáles medidas tomó para evitar una repetición del evento. Ya sufrió dos pandemias porcinas (amén de aviares) en menos de diez años.
En las discusiones previas, uno de los interesados en este proyecto sostuvo, en un primer momento, que no pensaban importar madres. Como al mismo tiempo proponía construir un lazareto, me permití dudarlo. Luego resultó que sí, que iban a importar, pero no de China sino de Canadá.
El proyecto propone cría intensiva, con concentraciones de 12.500 individuos cada una. Para que tengamos una idea, un cerdo es en peso, en cantidad de comida y en cantidad de desechos, como un humano. Más de cien kilos, comida, orina, heces (***). Una granja de 12.500 cerdos tiene el impacto ambiental de una ciudad de 12.500 humanos. Con la única diferencia que, pobrecitos, los tienen más confinados. Toneladas de granos, hectolitros de agua, toneladas de desechos orgánicos. Diarios.
Los que vienen con esta idea sostienen contar con todas las respuestas. Magia. Van a tratar las heces y con eso generar energía, van a comprar soja y maíz y generar burlanda y pellets.
En sí, no tiene nada de malo. La gente de Río Cuarto, en Córdoba, lo hace desde hace años, con comprobado éxito.
El problema es que esto lo van a dirigir chinos con método chino. El mismo método que provocó la enfermedad de millones de animales y que concluyó con el sacrificio de cientos de millones de ellos. Una crueldad fruto de la falta de higiene. ¿Esto queremos importar? ¿A cambio de qué?
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La nota de Dinatale es muy interesante. Informa que actualmente en el Chaco producen carne de cerdos y la venden a China.
Una relación clara y limpia. Los chaqueños ofrecen un producto de calidad, con condiciones sanitarias impecables. Lo venden al mundo. Clientes satisfechos lo compran. Ésa es la única relación sana. Toda otra es enferma y por lo tanto para desconfiar.
Si el gobierno chino está preocupado por la disponibilidad de volúmenes - duda razonable si tenemos en cuenta que el gobierno argentino prohibió las exportaciones de carne vacuna, restricción que afectó particularmente al comercio con China - lo que debe solicitar son contratos de compra con cláusulas de abastecimiento.
La actual iniciativa tal como está descripta en el Cronista Comercial proporciona un riesgo gigantesco para los actuales productores locales de cerdo.
El gobierno extranjero contará con garantías a diferencia de los locales: Exenciones impositivas, exenciones de aranceles aduaneros, excepción de liquidar divisas por exportación (al igual que las mineras y las petroleras).
Otro riesgo para los productores locales es que parte de esta producción sea volcada al mercado interno, con precios por debajo del costo de producción. Perdón, del costo de producción de los locales. Quienes, a consecuencia de estos actos, entren en dificultades económicas, no tendrán alternativa sino vender sus madres. Justo, justo lo que este emprendimiento del gobierno chino en conjunto con Vaca Narvaja-De Mendiguren-Kulfas necesita.
Con las “fábricas “ chinas de cerdos, los productores locales van a vivir con el corazón en la boca. Serán furgón de cola para satisfacer la demanda externa y rogarán todos los días que parte de la producción no termine en el mercado doméstico.
Amén de alguna genialidad del gobierno argentino de turno, como “prohibit” las exportaciones para forzar la “baja de precio” en el mercado doméstico. ¿Les suena?
Será un riesgo también para quienes producen otras carnes de exportación, ya que nuestros compradores sospecharán de la condición sanitaria de nuestro país con estas “fábricas” instaladas en Argentina.
Sabemos los millones de dólares que cuesta cada año vacunar contra la aftosa. ¿Quieren tener una “aftosa 2” con los chanchos?
Si la enfermedad se extiende a Paraguay, Brasil o Uruguay ¿vamos a pagar resarcimientos?
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Entiendo la posición del gobernador del Chaco. Prometen trabajo. Pero realmente, ¿360 puestos de trabajo valen la pena todos los riesgos que la provincia toma? ¿360 x 3 = 1.080 puestos de trabajo valen la pena?
¿No es mejor exigirle al gobierno central rentabilidad para los actuales productores así pueden crecer en su métier en lugar de comprarse todos los boletos para una pesadilla zoosanitaria?
¿No es mejor que el gobierno del Chaco exija para sus productores las mismas condiciones que Cancillería y Kulfas están dispuestos a regalarle al gobierno chino?
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¿Qué podría pedir el gobernador del Chaco para incentivar la cría de cerdos en su provincia?
- Que los productores no tengan la obligación de liquidar los dólares en el BCRA (privilegio que van a tener las granjas chinas).
- Que los frigoríficos no deban liquidar dólares de exportación en el BCRA.
- Créditos del Banco Nación y BICE para plantas de biodiésel y biogestores (****).
En resumen, lo mismo que Kulfas-De Mendiguren-Cancillería van a darle a los chinos (con la nuestra).
El acuerdo Chaco-China debería consistir entonces en compromisos de provisión por nuestra parte y de compra y pago por la contraparte.
De esa forma se garantiza trabajo, rentabilidad y control sanitario para los chaqueños.
Los argentinos producimos. Los chinos compran. La cosa sana.
El negocio como está planteado es claro: comprar el maíz a precio doméstico (con dólar a $ 95 y detraída la alícuota del derecho de exportación) y disponer de dólares de $ 180 para pagar sueldos, combustible y maquinaria. En esas condiciones cualquiera está dispuesto a invertir.
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Las cámaras del sector deberían tomar nota y ponerse en pie de guerra. Tener en cuenta las siguientes premisas: a. los funcionarios mienten, b. los funcionarios mienten siempre, c. los funcionarios son malas personas; desprecian y detestan a los productores argentinos, d. el ministro Kulfas ha demostrado la verdad de las premisas a, b, c en su tratamiento de los cierres de exportaciones de carne vacuna donde ha tenido y tiene un papel activo en la destrucción de valor y en perjudicar a los productores para favorecer a dos o tres operadores.
Los productores locales de carne porcina, organizados en sus cámaras, podrían impedir la instalación de estos complejos productivos. Probablemente con un amparo o una medida de no innovar.
Su fundamento es:
- riesgos sanitarios a la luz de lo sucedido en China y en Alemania (con los mismos métodos que se quieren imponer en Argentina).
- riesgo de dumping a la producción local,
- insuficiencia de madres.
- riesgo de importación de animales vivos.
- deslealtad en el tratamiento impositivo, crediticio y cambiario.
Si los productores argentinos no toman en serio los riesgos de que se instalen estas plantas, pueden despedirse del dinero invertido. Los tendrán vendiendo a costo (como los tamberos), trabajando a riesgo y ganando 1% sobre capital. O condenados a vender carne en negro para subsistir. En resumen, en pocos años, van a perder todo. Las únicas granjas que sobrevivirán serán las de propiedad del gobierno chino y alguna otra propiedad de funcionarios públicos.
No es descabellado. Después de todo, la principal cerealera argentina es propiedad del gobierno chino. ¿Por qué no tendrán en un futuro el monopolio de la producción y exportación de carne porcina?
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Notas:
(*)
Inversión de 129 millones de dólares: ya tiene fecha la primera venta de la megaproducción de cerdos china en Argentina
(**)
EL QUE ME TOCA ES UN CHANCHO
http://restaurarg.blogspot.com/2020/07/el-que-me-toca-es-un-chancho.html
(***)
“Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas”, Marvin Harris, ALIANZA EDITORIAL, 2004, Madrid, ISBN 9788420639635.
(****)
MÁS DE LO MISMO
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