SI NO SE CAMBIA TODO NO SE CAMBIA NADA
La situación argentina es muy grave, con una violencia constante en los barrios, donde todos los días ocurren hechos de enfrentamientos de pobres contra pobres, una implosión con la posibilidad cierta de transformarse en explosión y producir una guerra molecular, de todos contra todos, en un baño de sangre sin precedentes aun considerando el terrorismo de los años 70. Corremos el serio riesgo de desintegrarnos como Nación, pero los políticos que esta socialdemocracia supo conseguir piensa en elecciones.
Es que la Casta Política, sus cómplices judiciales y mediáticos con más algunos de sus amontonados oponentes, pretenden ser y seguir constituyendo una “Sociedad de beneficencia” financiada por los contribuyentes y repartirse en un comunismo dorado el patrimonio del país a costa del esfuerzo de toda la nación trabajadora argentina, aun cuando digan otra cosa.
Para los creyentes, es el momento de rezar a Dios, pero, además, reaccionar en forma concreta, es el momento de decir, pero además hacer, el patriotismo debe aunar criterios, organizarse, debe ser el motor de la argentinidad latente en el corazón de cada argentino, que por desinformado o por mal informado no adhiere al sentido Nacional atentando contra su propio ser, contra su propia Patria, el momento es difícil, y no es hora de inexistentes partidismos, de facciones o simpatías históricas, es el momento de Patria o antipatria.
Es bueno que refresquemos nuestra memoria histórica, es muy bueno que hagamos catarsis con la problemática de la contra cultura que nos quieren imponer, es muy bueno que compartamos nuestros ideales entre compatriotas, seguramente coincidiremos en la mayoría de los casos. Pero debemos pasar a la acción, como podamos y con lo que podamos.
Recordemos que, en los tiempos electorales, todos los integrantes de la casta política y sus cómplices salen a regalar “caramelos de madera” para engañar a los desprevenidos electores, unos, lo que gobiernan y manejan la caja del Estado, darán por limosna a jubilados y trabajadores mucho menos de lo que correspondería por derecho y trataran de mostrar como éxito vacunaciones masivas, exigiendo la medalla del voto por cumplir con su deber.
Los otros, justificaran sus fracasos de gestión, negándolos, diciendo que en su momento no los dejaron gobernar y que pretenden un segundo tiempo, donde prometen una intensificación de lo “bueno” que fue un gobierno que fracasó, nunca dirán que son inútiles para todo servicio y que lo que pretenden es seguir viviendo de la administración pública y haciendo negocios con sus amigos, que a los que les iba bien en esa gestión eran a ellos mismos, mientras llevaban al país a una situación de endeudamiento y frustración.
Mientras tanto, la gran mayoría de las personas comunes, el pueblo argentino, solo mira y padece, complicado en la procuración de su propia supervivencia, sabe que ninguno lo representa y anhela que esta casta de mediocres gobernando se vaya de una buena vez.
Por supuesto que hay quienes, atrapados como clientela del aparato político, recibiendo dádivas sin contraprestación, aplaude, cual foca idiotizada, fanáticamente a sus “empoderadores” de turno que diciendo empoderarlos los esclaviza “incluyéndolos” tal cual son y sin posibilidad de progreso alguno, en lugar de integrarlos a una sociedad mediante la capacitación y la meritocracia.
También están los que creen en la “Republica” de ficción del sistema imperante y consideran que son fundamentales las elecciones y elegir al “menos” malo, aun cuando muchas de estas personas están “intelectualizadas” son parte de la “inteligenzia” como dio en llamarla Arturo Jauretche. No hay elección posible entre dos males, simplemente son males y punto, es preferible no elegir nada, la cuestión es librarse de la muerte no elegir un cambio de verdugo.
Además, hay que tener en cuenta a las minorías marginales institucionalizadas, a las que el régimen de turno atrae mediante la promoción de políticas progresistas, creando cupos laborales en función de su pertenencia a “colectivos” minoritarios en lugar de hacerlo por la capacidad de las personas, en realidad se pretende hacer una sumatoria de minorías con un caudal apreciable de simpatizantes que se conviertan en votos.
Hay que recordar que si no se cambia todo no se Cambia nada, que el problema es un sistema apátrida que incluso fabricó su autoprotección a través de distintas leyes, como la ley electoral, que hace casi imposible la participación ciudadana para elegir representantes genuinos. El problema es el sistema socialdemócrata progresista, una síntesis entre el marxismo y el liberalismo que viene intentando un dominio mundial desde hace décadas.
Una socialdemocracia donde se entroniza la obsecuencia y los deméritos en lugar de la capacidad y la meritocracia, donde se prefiere alinear por lo mediocre la educación y desnacionalizar al ciudadano, desvinculándolo de sus raíces culturales e imponiéndole mediante imposturas intelectuales conductas antinaturales en aras de principios “derecho humanista” de una ideología que en realidad es deshumanizante.
Si algo no funciona es indispensable cambiarlo, hay que cambiar todo el sistema, comenzando por recuperar el sentido Nacional. ¡Que nadie llore su suerte, si no hace nada para cambiarla!!! ¡A la patriada de oponerse a este régimen y toda la casta política, no hace falta que nadie invite a nadie!!!¡es deber de argentino!
Hay que barajar y dar de nuevo como podamos y con lo que podamos. La antipatria tiene plata y poder, nosotros no tenemos nada, es el mejor momento para empezar a desplazarlos. Si queremos tener éxito en la empresa de reconquistar la Patria debemos proponernos ese gran objetivo final y después mantenernos firmes y perseverantes hasta conseguirlo ¡comencemos el camino de reconquistar la patria!
Debemos reconquistar una sociedad de raíz federal que, enquistada en el seno de la sociedad marxista-liberal-progresista, resulte como un virus que ataca al sistema sin que este pueda neutralizarlo, anticipando la alternativa de un nuevo movimiento restaurador de la libertados y valores del hombre argentino.
Esto sólo será posible con el advenimiento al poder de un nuevo régimen político, encabezado por patriotas. Hay que decir que existen personas capaces de conducir con patriotismo la Nación, pero que son permanentemente marginados por el sistema, un sistema que sirve a cualquier interés universal proveniente de los poderosos de la tierra en detrimento del patriotismo y simplemente por una cuestión de conveniencia personal de los dirigentes de la política vernácula.
Sabemos del pesimismo cuasi suicida del pueblo argentino, sabemos que con razón impera la duda en nuestra alma, es que desde siempre venimos siendo estafados por políticos inescrupulosos, la mayoría ya no quiere ni votar y convengamos que se desconfía de cualquier partido o candidato que se presente.
Nuestras dudas, nuestras Incertidumbres ante las promesas de los políticos son como flechas envenenadas para nuestra alma, pero debemos transformar nuestras dudas en fe en nosotros mismo, fe en cada argentino que sienta en su corazón sentimiento de Patria, cada argentino que sienta propia la Bandera Nacional, y convertir la fe en esperanza, pero recordar siempre que no hay esperanza si no se emprende la acción para lograr lo que se quiere.
No esperemos algún líder milagroso que nos salve, salvémonos entre todos, convirtámonos todos en soldados de la Patria, el liderazgo siempre surge de la acción y no es líder el que quiere si no el que es ungido por los demás como tal, ¡¡¡¡Hagamos pues lo que esté a nuestro alcance para cambiar esta terrible situación!!! ¡La Argentina no merece semejante desastre!!!Las personas en Argentina merecen vivir mejor! ¡¡¡Ganemos la dignidad que nos roban los políticos apátridas!!!
Marcos Kowalski