MARY

 

Alguien tiene que hablar por ella, que ya no tiene voz.


Autor: Juan Martín Perkins  


Esta semana escuché una conferencia de prensa donde las autoridades políticas, sanitarias y educativas de Pehuajó intentaron explicar la actualidad.

No pudieron. Entre otras razones, por falta de credibilidad.

Hablo por mí, yo no les creo NADA. Especialmente en materia de educación y salud, donde son una máquina de comunicar mentiras y tratarnos por idiotas.

Y por favor, no me descalifiquen por militante macrista. ¡¡Dejen de joder con Macri y Vidal!!

La conferencia fue autoritaria y altanera, sin otro fundamento que exceda el cacareo de: “estamos en fase 2”, que tanto les gusta argumentar para mantener las escuelas cerradas a la presencialidad y amenazar con hacer obligatoria y compulsiva a la vacuna que todavía no es vacuna.

Mientras tanto, en nombre de la pandemia, todo en nuestras vidas se detiene o se posterga.

¿Quién se hará cargo cuando los ciudadanos empecemos a demandar LA VERDAD?

Tanto que les gusta la palabra genocidio…. se van a tener que hacer cargo de haber producido el propio.

El covid llena todos los espacios y en su nombre, se postergan consultas, estudios, análisis, chequeos… se interrumpen tratamientos, se dejan de tomar medicamentos fundamentales.

Las farmacias acusan que hay drogas, que no entran por falta de dólares para pagar las importaciones. Medicamentos que desaparecieron en las farmacias, droguerías, y laboratorios..

Y si te quejás porque ponen en riesgo tu vida, entonces enseguida te saltan a la yugular porque SOS MACRISTA!!!

Mary era una señora. Re gaucha.

Acompañaba a mi madre a todos lados. Era genial. Resolvía todo. Tanto cambiar una cubierta pinchada, podar el azarero que le quitaba luz a la cocina o cocinar y servir una mesa para 14.

Mary era una máquina de trabajar, enérgica y porfiada de temperamento y una buena persona por sobre todas las cosas.

Un día empezó con un problema en la vejiga. Según ella, seguramente algo solucionable con una simple operación para sacar 2 piedritas. Pero claro, le daba miedo como a cualquiera, contagiarse “el bicho” en el hospital.

Se operó la semana pasada y parece que algo se complicó, nunca despertó. La volvieron a abrir…. y Mary se fue. Así nomás.

Nadie me supo explicar qué fue lo que pasó. 

La cuestión es que Mary desapareció en 48 horas. ¿También la cuentan como víctima del COVID?

Dios me perdone por pensar mal, pero alguien tiene que hablar por ella, que ya no tiene voz.

No somos perros, ni los niños que no tienen escuela ni las Marys que nos dejan... tristes y sin respuestas. El COVID no disculpa todo.

La recordaré siempre. Su muerte, se lleva nuestro último resquicio de credibilidad.

Era una reina a la que le gustaba mucho viajar y conversar…

Como nuestros niños tienen derecho a recibir educación, ella merecía ser tratada con más humanidad.. No es cierto que el estado nos cuida. Ella sufrió en total desamparo.

Se llamaba María Ester Rodríguez y la llamábamos Mary…. QEPD

Las conferencias en las que NUNCA nadie explica ni pide disculpas, deberían darnos vergüenza. ¿Nunca nadie se equivoca? ¿No hay nada por lo que pedir perdón?


Juan Martín Perkins.

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