IMPERIALISMO CULTURAL


El gobierno predica nacionalismo malvinero impostado del pico para afuera.

Autor: Juan Martín Perkins  


Roll Veggie, Ciabatta, Panini, Calzone, Penne Rigati… son algunas ofertas gastronómicas de los paradores YPF full en las rutas a lo largo de nuestra rica geografía. 

La empresa petrolera administrada por el gobierno nacional y popular más recalcitrante, donde abundan los carteles de Sale en vez de Venta o Delivery food por Entrega de comida rápida procesada a domicilio, sucumbe a la última moda de agenda global.





El gobierno predica nacionalismo malvinero impostado del pico para afuera, pero no disimula su adhesión a una agenda impuesta.


Todo proviene de la convicción de que, para poder dominarnos, hay que evitar que sepamos quiénes somos, de dónde venimos, qué queremos y hacia dónde vamos. 


Por ejemplo, en la flamante YPF de Realicó, sobre la ruta 188 hacia San Rafael, uno puede sentarse en el inodoro de en un baño impecable, mientras por un parlante de circuito cerrado con música funcional de fondo, un audio informa que se está ingresando a la Pampagonia, territorio sustentable y biodiverso de bla bla bla con desarrollo sostenible.




¿Pampagonia? ¿Qué se supone que sea la Pampagonia? ¿Un territorio habitado por pampeanos acomplejados por no vivir en la Patagonia?


¿Acaso La Pampa no es una buena marca?


Muchos kilómetros hay que recorrer para encontrar una YPF respetuosa de la identidad.


“Padre Buodo" es un ejemplo. Sobre la ruta 35 yendo de Santa Rosa a Bahía Blanca, hay una YPF junto a un restaurante regional que llama a las cosas por su nombre y donde uno encuentra parroquianos de alpargatas o botas y boina… o sombrero requintado.




Ahí sí, cuelgan jamones del techo y los estantes revientan de vinos y frascos de escabeche. 

En el Restaurant “Dos rutas” de Padre Buodo, podés pedir un generoso especial en pan enmantecado o con aceite de oliva, de jamón crudo y queso brie… uno de matambre casero y rodajas de tomate de quinta, lechuga y oliva rebosantes por los bordes del pan. 



¡¡¡Qué Ciabatta ni que ciabatta!!!


Jabalí, ciervo, Vizcacha, Chivo, Cordero, costillar vacuno a la cruz, pastas caseras amasadas in situ, puchero, estofado, guiso de lentejas con panceta… 


¿Quién va a preferir comer en un YPF full de plástico que nos atrofie el gusto y la identidad?


La moda intenta llevarnos al mundo cool de lo moderno y global. Lo justifican en que todos somos habitantes del mundo y lo tenemos que cuidar… pero te quitan servicios, desaparecen empleos, hacen todo autoservicio atendido por jóvenes sin oficio y nos llenan de plástico y cartón, aunque con el verso ambientalista.




La Agenda 2030 le llaman…  y está llena de eufemismos y palabrería de la ONU en apariencia inofensiva, pero que tiene consecuencias nefastas. 


Atenta contra nuestra vida en el campo, ataca a las tradiciones y costumbres que representan nuestra identidad, ataca a la manera en que nos alimentamos, ataca a la ganadería y el consumo de carne natural… promueve la carne sintética y el consumo de insectos… ¡Que se los coman ellos!!!


Incomprensible y ridícula agenda. 


Podría escribir en inclusivo todo el día sobre las incoherencias de la agenda y todos sus ismos de pañuelos verde, banderas multicolores, idioma en trabalengua y alma tatuada con la cara del Che Guevara.


Todo palabrerío para explicar la guerra a la carne y los lácteos que hoy declara el alcalde de Nueva York y acá imita el SENASA matando gallinas, enterrando huevos y promoviendo el consumo de insectos.


¿Sienten orgullo? Deberían tener miedo. A cada chancho le llega su navidad, especialmente a los que sucumben bajo el imperialismo cultural.


Juan Martín Perkins.


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