PECADO ORIGINAL
Autor: Juan Martín Perkins
Toda la semana leyendo pedidos de renuncia para el senador Luis Juez.
Le hicieron morder el polvo por soltar la lengua y pronunciar una enorme verdad.
Para colmo, se le escapó en la Catedral de la moral, en lo de Mirta y ante el altar de Santa Pilar Rahola, la protectora ladri progre de la corrección política.
Pobre Luis, que manera de darle pasto a las fieras. Era fija que sería malinterpretado y descontextualizado por los deshonestos que sobreactúan ofrendas democráticas.
Pobre Luis Juez, dijo el chiste equivocado.
Es cierto que, después de 40 años de democracia, no hay un solo indicador que nos ayude a argumentar que hoy estamos mejor que hace 40 años, es verdad, pero no se puede decir.
También es verdad que, en base a los datos, la Democracia está en deuda con los argentinos que la sostenemos. Es verdad, aunque le duela a los que la han gestionado estos 40 años, pero no se puede decir. No deberían enojarse sino más bien deberíamos hacerlo nosotros, los ciudadanos comunes que fuimos defraudados durante 40 años.
Como bien dijo el senador, no aceptar que la democracia no curó, no educó ni nos dio de comer en la medida de las promesas y expectativas de Alfonsín, es no tener autocrítica.
Y si no empezamos por nuestra autocrítica no arrancaremos nunca… Tiene razón Juez.
¿Qué esperanza podemos tener en esta democracia en la que nadie hace autocrítica ni se acepta la verdad?
Una democracia con víctimas eternas, donde un ex presidente no puede hacer una referencia futbolística diciendo que Alemania es una raza (futbolística) superior… porque algún periodista editorializará conque perdió el 70% de su familia en el holocausto.
Una democracia donde Luis Delia fue llevado a juicio por llamar “paisano” a Schoklender.
No se puede hablar, no se puede ser sincero, espontáneo ni auténtico.
Nos mató la corrección política y después de muertos, seguimos haciendo escándalo junto a Pilar Rahola, para que nos rete como una maestra ciruela desde un prestigio que no tiene en su país, pero acá disfruta porque nos encanta que venga a escupirnos en la cara.
Nos gusta regodearnos en la miseria intelectual del pensamiento único.
Lo anticipó Mirta en aquel almuerzo con Néstor y Cristina Kirchner cuando les preguntó, suelta de cuerpo como mi abuela, - ¿Se viene el zurdaje?.
Mirta creyó que descubría América, nunca se dio cuenta de que ya hacía rato que el zurdaje estaba instalado en todas las instituciones del estado, en los intelectuales, artistas y medios de comunicación...
Llevamos 40 años rezándole a este tótem, los Kirchner se dieron cuenta de que se podía lucrar con el complejo… lo hicieron y lo siguen haciendo.
El boludo de la semana, el lorito de Magneto, el Toto y Mundo Futbol, La Suprema Corte, El Gato, la reina Polenta, los copitos, el 100% de inflación, el 48% de pobreza y el 12% de indigencia, son indicadores de este tótem que no permite la autocrítica.
Nunca llega la justicia que siempre está por llegar… Nunca llega porque la impunidad no la deja.
La impunidad llena estadios, balbucea incoherencias, mentiras y amenazas.
La ley no se cumple porque la Justicia capituló con el terrorismo y nos entregó a un relato de postración donde bandas subversivas nos gobiernan, mientras tienen capturada la Nación, la República y la Constitución.
Sin redimirnos de nuestro pecado original, no merecemos la Argentina.
Juan Martín Perkins