PREMIO ROTARY
Una agenda adoctrinadora, que viene destruyendo el sueño sarmientino desde el primer congreso pedagógico de la socialdemocracia, nos tiene secuestrados.
Autor: Juan Martín Perkins
Desde hace 80 años, el Rotary entrega una distinción al mejor compañero de todas las aulas de las instituciones educativas de Pehuajó.
Hoy de mañana, escuché en la radio el mensaje de una docente que opinaba que el premio es injusto.
Su argumento era que distingue a uno, pero frustra a muchos que se auto perciben mejores compañeros y no son elegidos por el resto del curso.
Todos los años, cada aula de todos los niveles, elige democráticamente al mejor compañero en base a valores morales de solidaridad, compañerismo etc.
La docente adujo que el premio es injusto porque a ella le tocó ver la cara de frustración y desilusión de una niña que no fue premiada, a pesar de ser buena alumna, buena persona y buena compañera…
Por lo tanto, agregó la docente, habría que reflexionar sobre dar premios a unos sí y a otros no, cuando es muy difícil de explicar a los niños.
¿Por qué no pueden ser premiados varios buenos compañeros? (pregunta docente del sistema actual) .
Varios oyentes enviaron mensajes de opinión y el debate fue interesante.
Es bueno reflexionar sobre el tema para poder apreciar cómo fuimos perdiendo la capacidad de asimilar la frustración y sobreponernos a la adversidad en todos los órdenes de la vida.
La educación ha jugado, juega y jugará siempre un papel fundamental.
Flaco favor nos hacemos como sociedad si enseñamos a los niños que todos debemos ser iguales… flaco favor por una sencilla razón, no es verdad.
A algunos nos costará más que a otros porque no todos estamos dotados con los mismos talentos, carismas, virtudes o defectos.
Algunos seremos más veloces, otros más lentos… y debemos aprender a vivir con eso desarrollando nuestras capacidades y compitiendo contra nosotros mismos.
No ganamos nada evitando las calificaciones para no “discriminar”.
Lo único que logramos es igualar para abajo perdiendo la posibilidad de promover y estimular al que es brillante, mientras ayudamos de manera especial al que tiene dificultades.
Lo peor, es aprobar a todos en masa con la excusa de que es para no estigmatizar.
Así fue como al cabo de 40 años nos convertimos en una legión de burros que no comprende lo que lee en un texto, ni puede resolver una regla de 3 simple.
No valorar el mérito, el trabajo y la disciplina fue un grave error.
Estamos muy mal por no reconocerlo y por entregar a nuestros hijos a un sistema educativo con una agenda nefasta que les deforma el idioma y permite que se comuniquen con 20 palabras plagadas de faltas de ortografía…
¿Quién puede estar conforme con el resultado?
Una agenda adoctrinadora, que viene destruyendo el sueño sarmientino desde el primer congreso pedagógico de la socialdemocracia, nos tiene secuestrados.
Los gremios, la política, la crisis económica eterna hicieron una tarea demoledora pero la decadencia principal tiene por causa la CRISIS MORAL.
¿Dónde están mamá y papá? ¿Dónde está la familia?
Tenemos que recuperar el orgullo por hacer lo correcto y la lucha por siempre aspirar a la búsqueda de la excelencia.
Es la forma de recuperar la autoestima personal y nacional para salir del pozo entre todos.
Que buen premio.
Juan Martín Perkins.