A CABALLO
Autor: Germán Masserdotti [1] (@GermanMasser)
En “El arquetipo de
“civilización o barbarie”, Leandro Ocón afirma que lo
importante “es percibir que la agenda
ambientalista es una nueva forma de 'civilizar' nuestro espacio rural,
expurgándolo de su supuesta atonía moral y su salvajismo. Y esa nueva propuesta
civilizadora ecologista, tan eurocéntrica como la anterior, vuelve a colocar al
hombre de campo en el polo de lo pavoroso: la producción cárnica o la
biotecnología son procedimientos salvajes que contaminan nuestro planeta, que
reproducen la crueldad. Mientras se lleva adelante la agenda, lo único que ha
cambiado son las connotaciones de esa ruralidad temida: los valores cristianos
preponderantes en los espacios rurales y el interior son desdeñados por
arcaicos. Esto es lo que hay que develar en el ambientalismo: su cualidad de
proyecto modernizador (y esto no es una cualidad moral), su calidad de agenda
importada”.
Ocón, por cierto, tiene razón en lo que
sostiene. Al finalizar esta nota agregaré algunas consideraciones para matizar
su referencia a la propuesta “eurocéntrica”.
Ahora desplegaré, a modo de comentario,
algunas ideas que me parece interesante poner por escrito a partir de las
palabras de Ocón publicadas, recientemente, en Restaurar.
Tomaré, como ejemplo, la Peregrinación a caballo al Santuario de Nuestra de Luján. Un
breve repaso histórico puede resultar útil a los efectos de comprender hasta
qué punto, esa “civilización” ecologista que excluye al hombre –el único sujeto
protagonista que civiliza, aunque suene paradójico– resulta, al fin de cuentas,
antinatural.
El relato extenso –vale la pena, se los
aseguro– figura en la web de #ACaballoALuján. A
comienzos de Mayo de 1945 “unos socios
del Círculo Criollo El Rodeo habían planeado realizar un viaje hasta San
Antonio de Areco, ellos eran Orlando ‘Fito’ Binaghi, Nicolás Merello, Enrique
Barranco, Juan Pino y el ‘Vasco’ Vicente Velaz; pensaban salir un Miércoles y
era solo por el hecho de andar a caballo. Resultó que empezó a llover el
Miércoles y el Sábado 7 de Mayo cuando se reunieron en lo del ‘Vasco’ todavía
llovía, arruinándoles el proyecto”.
Es decir, para
los gauchos “andar a caballo” es lo más natural del mundo.
“Entonces Velaz
muestra que en el diario La Prensa había salido una nota que decía que el
Domingo 8 de Mayo se iba a hacer en Luján una procesión, por el Día de la
Virgen, y que iban a pasear una carreta con una imagen; y propuso ir a Luján.
La idea prendió y decidieron salir esa misma medianoche, llevando un banderín
de ‘El Rodeo’ que ‘Fito’ Binaghi había pintado para llevar al Museo de [San
Antonio de] Areco, con la intención de dejarlo en la Basílica. Fueron por la
Ruta 7 (hoy 5), porque como Gaona todavía era de tierra, estaban los camineros
con mulas, que no permitían que se pasara después de haber llovido”.
Una expresión de auténtica piedad
popular. No la “reconstruida” o “resignificada” o lo que
fuera por los “laboratorios” de “teología” dirigidos por “teólogos” que de
calle tienen lo que el autor tiene de piloto de avión comercial: nada.
“Llegaron a
Luján a las 7 de la mañana. En una de esas casas que recibían gente les dejaron
atar los caballos en el interior a la sombra de unos plátanos y desayunaron. Ya
se habían encontrado con Velaz y "Fito" y Merello fueron a Misa, los
demás decidieron quedarse. Cuando estaban almorzando en el mismo lugar, a unos
ochenta metros de la Basílica, ven pasar un grupo de hombres de a caballo que
lucían corraleras negras y coloradas en igual cantidad (20 y 20), e iban hacia
atrás de la Basílica para cruzar el río por el puente. Resultó que eran
empleados de las dos fábricas de hilados de Jáuregui, (‘Linera’ y ‘Flandria’)
cuyo dueño era Don Julio Steverlinck, y realizaban una competencia de sortijas
entre ellos todos los años con unos premios muy importantes. Uno de los
paisanos que pasaba se dio vuelta, era Don Félix Banes, y les preguntó de donde
eran; hechas las presentaciones, Banes les dijo que no iban a poder participar
de la corrida, pero que después se acercaran a la procesión. Fueron a ensillar
y los acompañaron para ver la corrida. El ‘Vasco’ pidió hacer unas pasadas, por
divertirse, ya que era quien tenía el caballo más descansado. Terminado la
corrida, Velaz le regaló al equipo ganador el banderín que habían llevado”.
La vida de todos los días
perfectamente amalgamada con la piedad. Sortijas, corrida y devoción a la Virgen.
“Cuando llegaron
a la Basílica se estaba organizando la procesión con una carretita que había
hecho el museólogo Enrique Udaondo en base al primer cuadro que existe en Luján
del Milagro de la Virgen (aquella carretita era conducida por Don Pablo
Rodríguez, padre de quien colaborará con ‘El Rodeo’ en todo aquello relacionado
con ‘La Calandria’, la carreta). Mientras esperaban se acerca un hombre a este
grupito y les dice a los paisanos de ‘El Rodeo’ que iban a ser la escolta de la
carreta (había señalado a cuatro, a ‘Fito’, Merello, Velaz y Pino), ‘Fito’ se
acercó y le explicó quiénes eran y que la escolta debería ser los de Jáuregui
por ser los locales; a lo que este hombre respondió que si él lo decía estaba
bien y que si aceptaban ellos iban a ser la escolta. Entonces ‘Fito’ va a ver a
Banes y le comenta lo que este señor les había propuesto, para evitar un
conflicto con los recién conocidos, Banes le contesta que no se preocupara, que
si esa persona lo dice está bien, porque ese hombre era Eduardo de Lorenzi,
Inspector General de la Municipalidad y quien estaba a cargo de los actos”.
Gente con sentido común, tanto el funcionario local como los vecinos.
“Comenzó la
procesión y desde atrás de la Basílica la carretita se dirigió hacia el frente
luego tomó hacía la calle San Martín, después la Avenida de la Virgen y volvió.
Al final de la procesión Monseñor Anunciado Serafini, que estaba en la
escalinata de la Basílica, los mandó llamar. Velaz, cuando se dio cuenta que
los había llamado el Párroco, les pidió a los sortijeros el banderín que un
rato antes les había regalado y se lo llevó a Serafini. Entonces Monseñor les
dijo que a Luján iban peregrinos de distintos géneros, pero no había una
peregrinación de gauchos y él quería una de gente de a caballo, y pregunta si
es posible que se pueda organizar. Velaz le contesta: ‘Sí, Padre’. La gente de
Jáuregui, que también se había acercado, se sumó a la aceptación”.
Atención. Mons.
Anunciado Serafini asocia a los gauchos con “la gente de a caballo”.
“Lo curioso es
que Serafini se lo propuso a los de ‘El Rodeo’, y no a los paisanos que veía
siempre; como contaba ‘Fito’, ‘seguramente fue porque nos vio diferentes, o tal
vez fue la intervención de la Señora que tiene las manos juntas’ (en alusión a
la Virgen) Entonces ante la reafirmación de ‘Fito’ de la aceptación de la
propuesta, Serafini preguntó cuándo se haría; ‘Fito’ le contestó: ‘cuando no
haga ni mucho frío, ni mucho calor, no por nosotros sino por los animales y las
ceremonias’. Serafini dijo que el primer Domingo de Octubre estaba cerca del
Día del Camino (se conmemora el día 5 de Octubre) y se comprometió a realizar
las gestiones necesarias para realizar ese año la primera peregrinación de a
caballo”.
Otro dato sobre
el que debe llamarse la atención. Mons. Serafini relaciona una festividad
litúrgica católica con una celebración del calendario civil con toda
naturalidad. Nada de “sana laicidad” insípida que busca toda asociación de
lo religioso y lo político como compartimentos estancos.
“Arreglado el
tema, se llamó a un fotógrafo y se hizo sacar una foto como recuerdo. La gente
de Jáuregui los invitó a cenar, porque estaban interesados en saber sobre eso
que ellos hablaban de que pertenecían a una institución y querían saber cómo
organizar una; los llevaron atrás de la Basílica a un bolichón grande de un tal
Peliagata a comer ravioles, allí los paisanos de ‘El Rodeo’ les contaron como
fundar una institución tradicionalista y comenzó a nacer el ‘Círculo Criollo
Martín Fierro’, que se funda el 11 de Agosto de ese año [1945]. Cuando se iban,
los paisanos locales los acompañaron hasta el puente donde hoy está la
Universidad [Nacional de Luján]”.
Una combinación perfecta. foto, ravioles en un bolichón, una nueva
institución tradicionalista y devoción a la Virgen.
“El 7 de Octubre
de 1945 se realizó la primera peregrinación. Carozzo y Manuel Moine fueron los
abanderados, en total fueron cerca de 130 paisanos. El 6 de Octubre de 1946
Monseñor Serafini bendijo la Imagen de Nuestra Señora de Luján Patrona del
Círculo Criollo El Rodeo, en el marco de la 2º Peregrinación. El ‘Vasco’ quería
comprar una imagen de yeso de las santerías, pero ‘Fito’ dijo que no, que si
iban a llevarla a distintos lugares y la iban a llevar en carreta, debería ser
más resistente, y que él haría una; realizando la que actualmente se conserva
en nuestra capilla criolla y nos acompaña en la senda de la tradición. Para la
ocasión Francisco Madrigano hizo una carretita similar a la que habían visto
cuando estuvieron desfilando en el 45’. En esta segunda peregrinación se sumó
el Dr. Vicente Novarro de Mercedes, con un grupo hípico, varios frailes y
seminaristas (entre los que estaba Francescutti) y fueron 300. Desde entonces
la Peregrinación no dejó de crecer, juntando anualmente más 4.000 personas de a
caballo”.
Todo bien argentino. Auténticamente nacional y popular.
Concluye el relato
–no hacen falta los comentarios–. “El último Domingo de Septiembre de cada año
se reúnen en Luján para rendir Homenaje a la Patrona de los Gauchos, Centros
Tradicionalistas de distintos puntos del país, incluso de otros países como
Uruguay o México. Los peregrinos llegan luego de andar varios días a caballo
desde lugares tan lejanos como Pergamino, Olavarría o la Provincia de Córdoba.
Cuando en 1994
se llevó a cabo la 50º Peregrinación se realizó una Serenata a la Virgen,
dentro de la Basílica con la participación de Cantores Tradicionalistas,
Payadores y los Cuerpos de Baile de "El Rodeo" y ‘Martín Fierro’. El
programa de actividades de ese Domingo comienza con la presencia de todos los
abanderados y portabanderines de las instituciones presentes para dar marco a
la Santa Misa y a las palabras de bienvenida de los organizadores y las
autoridades eclesíasticas y políticas. Luego se bendecirán las banderas y
banderines que se estrenen en esa ocasión. A continuación, se realiza una
reconstrucción del Milagro que depositó a la Virgen en esos pagos con la
carreta ‘La Calandria’ del Círculo Criollo El Rodeo. Terminados estos actos
comienza el paso de los paisanos que vienen a honrar a su Madre. Por la tarde y
luego de terminado el desfile se realiza un fogón en la Avenida de la Virgen,
dónde participan representantes de las instituciones participantes y cantores
que se llegan hasta esa ciudad. En este marco los cuerpos de baile de ‘El Rodeo’
y ‘Martín Fierro’ bailan el Pericón, Danza Nacional y Emblema de Nuestras
Tradiciones”.
Lo cierto, lamentablemente, es que, a
partir de 2020, las cosas cambiaron. Y no para bien. A continuación, una breve referencia
sobre los últimos acontecimientos.
Por lo pronto, en el 2020, en el período
más duro de la cuarentena a causa del coronavirus, se suspendió. Además, en 2021 se
prohibió que fuera a caballo. Finalmente, en 2022, se
continuó en la misma línea canceladora de las más auténticas tradiciones
argentinas.
Respecto de los sucesos más recientes, el 20 de septiembre
de 2022 el Círculo Criollo El Rodeo señaló que “el Intendente de Luján [Leonardo Boto] prohibió que se
pueda llegar peregrinando a caballo a la ciudad como se viene haciendo desde
1945, año en que Monseñor Anunciado Serafini pidió a un grupo de paisanos de ‘El
Rodeo’, y a otros que luego fundarían el ‘Martín Fierro’, la realización de una
peregrinación a caballo, y en su lugar pretende realizar un desfile y una
feria”. Efectivamente, así sucedió: el 25
de septiembre hubo misa, se izó la Bandera nacional, se bailó el Pericón y
todo acabó con el desfile. Pero… no hubo peregrinación “a caballo”, porque el
Municipio de Luján la prohibió. El mismo Círculo Criollo El Rodeo agregó que si
el Intendente “quiere su desfile de gauchos debería hacerlo en otra fecha como
el 25 de Mayo, el 9 de Julio, el Día de la Tradición, el Día Nacional del
Gaucho o en el aniversario de la ciudad, pero no en una fecha que representa lo
que él prohíbe. Por otro lado debería establecer qué considera maltrato en
cuanto a distancia de recorrido se refiere, ¿está bien hacerlo por unas cuadras
y mal por varios kilómetros con los descansos y cuidados necesarios?”. Además,
observó: “Sabemos que algunas personas, que poco representan el espíritu del
Gaucho que consideraba a su caballo un amigo y parte de su familia, no les dan
a sus animales el trato que se merecen y es a esos a los que hay que castigar y
no a todo el movimiento de a caballo que ha dado muestras suficientes del
cuidado que le brindan a sus caballos y que a lo largo del paso frente a la
Virgen Gaucha puede notarse”.
Sentido
común: hay que castigar a los que tratan mal a los animales, no a todo el
movimiento de a caballo.
“‘Esta mañana [por la del domingo 25 de
septiembre de 2022] se realizó el desfile tradicionalista en nuestra ciudad, la
resignificación de la antigua peregrinación gaucha. Un desfile ordenado y
coordinado, que llevo tranquilidad a todos, lejos de las tristes postales que
vivimos durante décadas. Hoy concretamos el camino de un nuevo paradigma, que
hermana la tradición con la integridad y el respeto por los animales’”, dijeron
desde la Municipalidad de Luján”. Estas declaraciones las consigna Isabel de
Estrada en La Nación.
Ante lo que habría de suceder –y,
efectivamente, fue así–, el Círculo Criollo El Rodeo, con fecha 21 de
septiembre de 2022, emitió un comunicado: “Demás está decir que una peregrinación
es un acto totalmente pacífico y una demostración de Fe amparada por la
Constitución Nacional y que el decreto [se refiere al que prohibió la
peregrinación a caballo] es de corte netamente AUTORITARIO y TOTALITARIO ya que
viola esos derechos establecidos en la Carta Magna. Hemos tratado de difundir
en todos los medios de comunicación no encontrando respuesta en la mayoría de
ellos”.
Como si fuera poco como golpe a una noble tradición nacional argentina, en 2021 –no obstante las buenas intenciones–, la Peregrinación a caballo tuvo otro revés por parte de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján. En un comunicado, luego de afirmar que “la peregrinación gaucha es una preciosa muestra de fe y de amor a la Virgen del hombre argentino”, que “el gaucho representa a la Patria” y que “al lado del gaucho, siempre está su caballo”, apunta una serie de “desafíos actuales”. Veamos cuáles son: “el desafío de hoy en el que todos coincidimos responde al cuidado de la naturaleza, de la tierra, nuestra casa común y al cuidado de los animales. Los tiempos cambian y con ellos también el modo de hacer las cosas”.
Es fácil responder a este “desafio” con
las palabras del mismo comunicado del Círculo Criollo El Rodeo del 21 de
septiembre de 2022: “Como amantes de los caballos entendemos la preocupación de
algunos sectores sobre el cuidado de los mismos, pero se había garantizado,
como siempre se hace, que todos los animales participantes estuvieran en
condiciones sanitarias óptimas con libreta sanitaria y exámenes realizados
próximos a la fecha”. Es decir, como escribió el mismo El Rodeo, no obstante
haber quienes maltratan a los animales, el movimiento de a caballo ha dado
muestras suficientes “del cuidado que le brindan a los caballos y que a lo
largo del paso frente a la Virgen Gaucha puede notarse”.
“Existen hoy día algunas dificultades
que es preciso observar –continúa el comunicado de los sacerdotes de la
Basílica de Luján–. La primera dificultad se relaciona con el cambio de la
fisonomía del partido de Luján y sus alrededores. En el comienzo de la
peregrinación, estos sectores eran rurales. Esto, permitía una mayor
circulación de animales sin complicar demasiado la vida y actividad de Luján.
El paso del tiempo, hizo que se pase de una fisonomía de pueblo a una de
ciudad. Más aún, Luján hoy forma parte del considerado AMBA, haciendo más
complejo ordenar una peregrinación a caballo. La segunda dificultad se dio por
la mezcla en esta peregrinación con los carreros, haciendo que dos tradiciones
distintas se combinaran. Esta combinación complejiza la recepción de los
peregrinos que vienen”.
A partir de lo dicho hacemos dos
preguntas. ¿Hay peregrinación gaucha que no sea “a caballo”? Que el AMBA no dé
para peregrinar “a caballo” –un supuesto discutible– ¿no debería plantear que
lo que hay que “resideñar” es el AMBA y no “resignificar” la peregrinación
gaucha que fue siempre “a caballo?
Una última observación sobre el
“eurocentrismo”. Nos parece que el problema no es tanto que el modo de entender
al mundo rural argentino sea “eurocéntrico” cuanto que esa mirada es
antinatural y anticristiana en la medida en que plantea una dicotomía –falsa,
por cierto– entre Fe Católica y progreso. Un problema mal resuelto por la
Modernidad –no en sentido cronológico sino axiológico–. Por la historia sabemos
que el espíritu de la España descubridora de América nunca hubiera cuestionado
una peregrinación “a caballo”. Los descubridores y conquistadores eran hombres
y mujeres de Fe y con sentido común… no el sentido común reconfigurado por el
gramscismo sino el animado por el más auténtico tradicionalismo.
[1] Profesor universitario (Universidad del Salvador, Argentina). Magister en Estudios Humanísticos y Sociales (Universitat Abat Oliba CEU, España).