JESÚS



Cierta jerarquía eclesial, parece oficiar de Caifás actual.


Autor: Juan Martín Perkins  



¡Qué semana! Me resisto a que el vértigo que produce la crisis que inventamos cada año, nos distraiga de la más importante fecha de la Cristiandad.


Estamos en tiempo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor…


El saludo Pascual del arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, Jorge Ignacio García Cuerva, estuvo acorde a la “modernidad”, nunca defrauda.  Los Evangelios dicen que las autoridades eclesiales de la época, los sumos sacerdotes, conspiraron contra Jesús por proclamarse “hijo de Dios” y ser un alborotador con pretensiones de divinidad.


Caravaggio, Expulsión de los mercaderes del templo.


Salvando las distancias, más de 2.000 años después, cierta jerarquía eclesial, parece oficiar de Caifás actual y emplea mil demagogias confusas para no hablar de Jesús en la Cruz… 


El arzobispo recordó y saludó el pesaj de nuestros hermanos judíos, pero omitió referencias a Jesús, el alborotador al que hay que crucificar una vez más.


Entre las meditaciones que leí y oí, rescato algo que dijo el Padre Germán en misa de Chiclana citando al papa Francisco.


Germán preguntó: ¿cuál sería la respuesta de Dios Padre a su Hijo cuando Jesús le pregunta en la cruz por qué lo ha abandonado?


Dice el Padre Germán que la respuesta de Dios es “por ellos”. 


Nosotros, todos nosotros, somos “aquéllos” por los que Dios se hace hombre y muere en la cruz para la salvación del mundo.


Pero si vos no sos creyente, hay otra meditación sobre la despedida entre Jesús y María históricos que quizás te pueda interesar…


La Virgen María no era del grupo que acompañaba a Jesús, por su edad y por el riesgo que significaba. El Señor no estaba dispuesto a poner en riesgo la vida de su Madre.


La Virgen vivía en Galilea, posiblemente ya no estaba en Nazaret sino que estaba en casa de una familia amiga en Caná, lo que es seguro es que no acompañaba a Jesús en sus viajes. Sin embargo, el Viernes Santo, María estaba allí junto a su hijo al pie de la cruz.


Un viaje de Galilea a Jerusalén, a una mujer de la edad de María, no le llevaba menos de una semana. ¿Cómo supo María que debía adelantarse para estar ahí? ¿Cómo supo lo que iba a ocurrir?


Nada más que su intuición de Madre, movida por la fe, la puso al pie de la Cruz. 


Sin palabras, sin mensajes, solo por la comunión espiritual con su Hijo supo que el final estaba próximo.


Ella llegó desde el norte y se presentó en la casa de Lázaro, Marta y María donde Jesús residía en Betania, cerca de Jerusalén. La Virgen se encuentra con su Hijo y están juntos por última vez, ya que no se verán hasta el camino de la Cruz al Gólgota.


¿Qué le dijo María a Jesús en esa despedida? Es un misterio, no conocemos lo que ocurrió.

La palabra de Dios no hace referencia a ese momento… ¿Te imaginas esa despedida como dato histórico?


¿Le habrá dicho lo que toda madre normal y corriente le diría a un hijo? Andate de aquí; no te entregues; todavía tienes mucho qué predicar; la gente te necesita; salva tu vida; si sigues viviendo podrás seguir haciendo milagros y ayudando a más gente; tres años de vida pública es muy poco; forma mejor a tus apóstoles; no tienes porque morir ahora; eres muy joven… Pero ¿María era una mamá corriente?


Le habrá dicho “estoy sufriendo por lo que tu vas a sufrir" para esto has venido y yo no dudo de ti. Apoyate en mí porque yo estoy aquí para cumplir con la voluntad de Dios y tu eres Dios de Dios.


¿Qué habrá dicho María? Tengo la respuesta, María nunca dudó, María es María.


Hoy se invita a la gente a huir de la Cruz para evitar el sufrimiento y se traiciona a Cristo, es lo que venimos haciendo durante más de 20 siglos.



Juan Martín Perkins.


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