EN DEFENSA DEL PUEBLO DE LA NACIÓN

marzo 09, 2024

EN DEFENSA DEL PUEBLO DE LA NACIÓN

Ilustración: Alejandro Burdisio.

La socialdemocracia nos castra. No cura, no enseña, no da de comer.

Autora: Iris Speroni (@SperoniIris)

En el año 2020, Gran Bretaña aprobó un presupuesto morrocotudo para fortalecer a sus FFAA. Fragatas, portaaviones, armamento y nuevas divisiones, replicando los cambios en los EEUU: cyber divisiones, drones, etc.

Ver dos notas de Robert Fox, publicadas en Reaction Life, un medio conservador británico, traducidas en su momento por Restaurar:

En particular, quiero detenerme en las palabras del Sr. Tom Tugendhat, miembro de la Cámara de los Comunes del R.U., y miembro del Comité de Relaciones Exteriores de la misma.

El representante remarca la importancia de fondear (entregarle dinero) a distintas fundaciones y otras organizaciones supuestamente no gubernamentales cómo forma de obtener inteligencia, monitorear, manipular y/o interferir en los asuntos de otras naciones. En sus palabras:

“Abroad, the UK must build and renew networks of alliances and arrangements with non-state agencies, the appropriate NGOs and IGOs, to ensure some rules-based order in global affairs” [En el extranjero, el Reino Unido debe construir y renovar redes de alianzas y acuerdos con agencias no estatales, las ONG y OIG apropiadas, para garantizar en los asuntos globales un orden basado en reglas].

Para coronar, remarca que GB debe utilizar los organismos multilaterales para su provecho.

Desde Restaurar, desde hace varios años, y a través de diversos columnistas, como Pachira, @reaxionario, @tabordacritian, Lady, @sashapak_, edsiutti, Santiago González, Friedrich Hegel, Lohengrin y otros más que se me quedan en el tintero, denunciamos la interferencia de distintas agencias más o menos encubiertas del Foreign Office (Greenpeace, Amnistía Internacional), o del Departamento de Estado (Human Rights Watch), como brazos “vendibles” ante la opinión pública de la política militar y de RREE de ambos países.

Donde queda feo que un presidente o ministro o embajador diga algo, ahí salen sus satélites civiles a decirnos lo que está bien y lo que está mal. La frase que pusieron ahora de moda, por ejemplo respecto al aborto es: “es una discusión saldada”. Traduzco: cuando las leyes están del lado que les gusta, no se pueden discutir. Si no lo están, machacan hasta que se empieza a hablar de eso.

Recién ahora hemos instalado, siempre por fuera de la prensa mainstream, un viejo reclamo de unos pocos nacionalistas: que hay que expulsar a las fundaciones extranjeras de Argentina. A los supuestos ambientalistas, como Greenpeace o Wetlands, a los supuestos defensores de derechos humanos, como Amnesty International o Human Rights Watch, o genocidas confesos, como Planned Parenthood International. A su vez, todos ellos, financian, no solamente a sus filiales locales (Amnistía Internacional Argentina, o Wetlands en Argentina) sino a fundaciones formadas aquí y administradas por locales, como el CELS, que recibe dinero desde el exterior, Casa Fusa, Fundación Huésped, etc.

Todos ellos propulsan la agenda armada desde el exterior y entregan proyectos llave en mano a los funcionarios públicos o legisladores. Es el caso de Fundación Huésped que tuvo a Carlos Cahn de ministro o asesor en las administraciones de Vidal en Provincia de Buenos Aires, de Alberto Fernández en la nacional y que promueve la vacunación acrítica, el aborto o capar niños (hormonización, le dicen). O el ministro Cabandié, que parecía un vocero británico.

Después otras “fundaciones” se dedican a promover que los ciudadanos no tengamos armas, a modificar el código penal a favor de la delincuencia, promover el uso de drogas (recordemos los diversos proyectos presentados por Frente de TodEs al respecto) o la modificación de la ley de salud mental durante el gobierno de Cristina Fernández.

Son todos proyectos llave en mano que tienen diversas ventajas:

No hay que trabajar, se aprueba lo que alguien acerca y listo.
Hay dinero, en forma de becas, trabajos pagos, o colaboración dineraria en las campañas electorales.
En algunos casos, directamente intentan colocar a su gente en las listas para diputados o concejales. Un caso es Victoria Gómez (conocida como Gómez Alcorta), que fue candidata a legisladora porteña, a diputada y finalmente consiguió conchabo como ministra durante el gobierno de Alberto Fernández. A pesar de su intrascendencia electoral siempre tuvo excelente prensa. Invitada a numerosos programas de televisión y radio, con cobertura en la prensa escrita, siempre en defensa de iniciativas disruptivas al orden institucional, como la defensa del Sr. Jones, actualmente en prisión en Chile. Volvió a la vida pública esta semana, de la mano de Fontevecchia. Como ella existen numerosos ejemplos. La presidente de Amnistía Internacional Argentina vive en LN+.

Esta agenda iniciada en el Departamento de Estado o en el Foreign Office tiene numerosas repetidoras locales. Como cámaras de amplificación tenemos a las universidades públicas, que hace muchos años han perdido toda pretensión de que exista libertad de opinión; la prensa, que es monolítica en defensa de los intereses anglófilos y en contra de todo interés nacional.

Existe un pensamiento único en todos los canales de televisión (América TV, Canal 9 Santamaría, Telefé, Canal 26, C5N, LN+, Televisión Pública, Net con Modo Fontevecchia), en fin, el que quieran.

Todos hablan de calentamiento global y cambio climático, todos fomentan tener mascotas y no tener bebés, vacunarse por lo que sea, no casarse, no ir a la iglesia, no creer en Dios, que el aborto “es un derecho”, la defensa inclaudicable de los delincuentes, en contra de que los ciudadanos estemos armados, la agenda LGTB+, en contra de las FFAA y las FFSS, no festejan ni las fechas patrias ni las fiestas religiosas (la última Navidad ni existió para la televisión argentina), el veganismo y cuanta cosa que envíen desde afuera.

Hay algo que queda claro: cualquier ingeniería social y/o psyop que larguen desde el norte tiene un canal de comunicación y difusión afiatado y sólido en Argentina.

Toda iniciativa, por más rocambolesca que sea, tiene un caudal fuerte de diputados y senadores que la secundarán (recordemos el proyecto de hormonización de niños a cargo del estado promovido por el senador Bullrich). Quedó claro con el aborto.

La Ley de Humedales no salió por la rapidez de reflejos de algunos gobernadores del interior. Por eso, siempre y en todo momento, confío más en los gobernadores provinciales, de cualquier partido político, que en los cagatintas porteños o de la intervenida provincia de Buenos Aires (intervenida por porteños, esto es). Rivadavianos que son la vergüenza nacional. Insfrán sobre Achmejt. Siempre.

Polonia, Hungría o Rusia, años atrás expulsaron estas nefastas organizaciones y luchan a brazo partido contra la financiación por parte de las mismas a fundaciones locales. Hungría y Polonia probablemente terminen en golpes de estado organizados por la Unión Europea. Sus actuales autoridades han sorteado varios putschs. Veremos si aguantan. En el caso de Rusia y Bielorrusia, sortean golpes de estado al estilo Ucrania 2014 en forma periódica.

¿Qué habría que hacer, para defender a la Nación?

Por lo pronto, entender cuál es la agenda que nos quieren (y logran) imponer:

baja de la natalidad (aborto, castración, prácticas sexuales infértiles),
disrupción de la familia,
disrupción de la paz social (delincuencia); prohibir las armas a la población civil, modificación de las leyes penales, insuficiencia de recursos en el sistema penitenciario, ineficiencia de la policía y del sistema de administración de justicia, la persecución penal a las víctimas que se defienden; el monopolio de los medios de comunicación a favor de los delincuentes y en contra de la población civil. El caso del carnicero de Zárate es paradigmático: todos los medios de comunicación salieron a vapulear a las víctimas: el carnicero y su cuñada. El mismo protocolo se aplicó al agente Chocobar.
destrucción paulatina de los derechos de propiedad (impuesto a la herencia, multiplicidad de herederos, impuestos a la transferencia de inmuebles, limitaciones a los derechos de propiedad a través de agendas ambientalistas, la modificación del código civil u otras).
complementaria de lo anterior, dificultar el acceso a la propiedad: de vivienda, de medios de locomoción, de medios de producción, de comercio,
difusión de prácticas antirreligiosas y del ateísmo,
caída de los niveles de educación,
destrucción de los FFCC,
despoblar el interior del país,
promover “secesiones” de provincias (primero Mendoza, ahora las provincias patagónicas); dentro de esto tenemos movidas como el maputruchismo onda “Página 12” y la psyop del pobre Maldonado, abandonado a su suerte en un frío cauce de agua por sus supuestos compañeros, el encubrimiento de actos terroristas por parte de las autoridades locales amparadas por las autoridades nacionales en la era kirchnerista, y la lista continúa.
no festejar las fechas Patrias,
no festejar las fiestas religiosas,
no festejar los bello, lo bueno, lo justo (prohibieron certámenes de belleza, muy populares en el interior o la peregrinación a Luján a caballo; la destrucción del patrimonio arquitectónico con la excusa de negocios inmobiliarios en la Ciudad de Buenos Aires por parte del PRO).

Hay más, esto es un listado al voleo.

Por lo tanto, lo primero que hay que hacer, instintivamente, es lo contrario.

Es lo que hizo la dupla Milei-Villarruel, en campaña: “no fueron 30.000”, “derecho a la legítima defensa”, “libre portación de armas”, “no a la Agenda 2030”, “no al aborto”, “la cuarentena con la excusa del covid fue una farsa”, "no a la agenda lgtb+", etc.

Los pingos se ven en la cancha, y ahora deberán demostrar cuánto pueden hacer. Lo que quedó en claro son dos cosas: a) ésa y no otra es la agenda, b) ésa es la agenda de gran parte del pueblo argentino.

El segundo punto (b) demuestra que la población no come vidrio. Qué décadas de lavado de cabeza por cadena nacional 7x24 de los medios de comunicación no calaron en el inteligente y muy formado políticamente pueblo argentino. Que, instintivamente, ven venir las psyop del departamento de estado de una forma que ningún porteño del Nacional Buenos Aires o del Pellegrini, o de FLACSO o de Sociales de la UBA pueden ni siquiera empezar a sospechar.

Siempre voy a confiar más en la barra brava de Almirante Brown que en los egresados de Sociales. Siempre.

Siempre entendieron mejor qué era la Patria y quién es el enemigo. Amo a mi valiente pueblo.

Gran Bretaña

Volvamos al principio, Gran Bretaña anunció una nueva inversión en Malvinas. Ahora un nuevo puerto por el que - dice - van a gastar 120 millones de dólares.

Los patagónicos aceleraron sus deseos de abrirse, que ya había exteriorizado Néstor Kirchner en su momento. Luego cuando llegó a la presidencia sumergió todo en el olvido.

Los chilenos hablan de la Patagonia chilena, por lo que Argentina nunca se ha quejado formalmente. Error. Es una mentira absoluta, porque jamás hubo patagones (tehuelches) al oeste de la Cordillera. Allí siempre estuvieron los araucanos, pueblo guerrero que jamás toleró incursiones de otras tribus.

La Patagonia sólo puede ser argentina. Se lo debió dejar claro Fernández a Boric y desperdició una oportunidad única.

Malvinas hoy por hoy es la mayor controversia territorial mundial, si la medimos por extensión. Gran Bretaña en los últimos años viene acelerando el proceso y subiendo la apuesta, cada vez más agresiva. No sé si es porque se acerca el fin del Tratado Antártico, o porque viene de derrota en derrota en Afganistán, Iraq, etc. y debe justificar su presupuesto militar.

Malvinas no es una hipótesis de conflicto: es un conflicto.

Como dije en PENSAR EN GRANDE: “Es Gran Bretaña asegurándose que no volvamos a atacarlos”.

Martínez de Hoz primero y el régimen iniciado en 1983 después, instrumentaron una agenda de destrucción de la Argentina: alto endeudamiento; destruir la educación y los FFCC, los dos grandes pilares del orden conservador que duraron hasta el tercer gobierno peronista; desfinanciar a las FFAA mientras se arman nuestros vecinos; despoblar el país.

El general Perón explicó con claridad que las FFAA son solamente la punta de la flecha de un país. La fuerza que ésta tendrá dependerá del resto de la fecha, del arco y de la fortaleza del arquero. Y el resto es la industria del país, que con sus acerías permite producir su propio armamento, sus astilleros, su fábrica militar de aviones. Pero también su pueblo.

El pueblo debe estar bien alimentado, bien formado, tener techo y estar abrigado. Y poseer armas en sus casas. Todo esto se ha destruido sistemáticamente desde 1983 a hoy.

Lo que hay que hacer

Alimentación: Durante el gobierno de Menem se vendieron todas las empresas de alimentos y se introdujeron los alimentos ultraprocesados. Las galletitas de Bagley y Terrabusi sólo conservan su nombre. Hoy todos los alfajores tienen soja. Por eso tenemos obesos como los norteamericanos: porque comemos la misma basura de manos de las mismas empresas. No sólo enferman (diabetes, aparato digestivo y cardiovascular) sino que infertilizan (aparato reproductor y hormonal). Lo que hay que hacer: replicar la ley italiana sobre aditivos a los alimentos. Argentina tiene un gran consumo de proteína animal, de los mayores del mundo: más de 100 kg per cápita por año de carne, 240 huevos por habitante anuales. Hay que subir el consumo de pescado y frutas. Reenseñar a cocinar y economía doméstica. Difundir el uso de hornos de barro, leña y salamandras. Volver a cocinar en los hogares. Reducir al mínimo el consumo de alimentos elaborados y bajar el consumo de alcohol.

Educación: hablé mucho de esto. Lo que hay que hacer: retrotraer todas las leyes a diciembre 1975; contrato colectivo de trabajo, sistema disciplinario docente, sistema disciplinario alumnos, devolver la educación a la nación, contenidos educativos de 1975, etc. Luego, si hay que modernizar algo, será caso a caso (ejemplo: sistemas).

Salud. Lo que hay que hacer: primero la alimentación, luego las campañas de prevención de enfermedades, luego impedir que la agenda de salud la dicten los laboratorios a los que les conviene que la gente se enferme. Nacionalizar la salud nuevamente.

Defensa. Lo que hay que hacer: 3% del presupuesto nacional. Echar a todas las fundaciones extranjeras y cerrar a las locales financiadas desde el exterior.

Paz social. Lo que hay que hacer: perseguir a la delincuencia. Pagar bien a la policía, hacer tareas de inteligencia (¿se roban los bronces y los cables? Ah. ¿quién los reduce? son preguntas simples), hacer cárceles, sacarles márgenes a los jueces y fiscales para soltar delincuentes; elegir otro tipo de jueces. Eventualmente, intervenir la facultad de derecho de la UBA, gran promotora, con financiamiento del exterior, de la agenda antipunitivista.

Poblar el país. Lo que hay que hacer: abolir la ley de aborto, eliminar las DEX para que el dinero quede en el interior, hacer riego en toda la Patagonia y Cuyo, para que aumente la producción agropecuaria, dar créditos para que la gente compre tierras y se haga casas, reconstruir los FFCC y la flota fluvial y marítima. Promover el acceso a la vivienda propia, financiar el crecimiento familiar.

Simbólico. Lo que hay que hacer: volver a festejar las fechas Patrias y las festividades religiosas. Eliminar la agenda psicobolchefroidianafeminista del Departamento de Estado, al menos de los medios públicos. Se van a sorprender por la ganancia de audiencia. Empezar a hacer producciones cinematográficas que aumenten nuestro orgullo nacional.

Hay más. Pero acá tenemos para empezar.

Y no olvidemos, llegamos hasta acá por los traidores. Sepamos echarlos de nuestro seno.