LA IDEOLOGÌA DE GÉNERO Y EL TOTALITARISMO DEL PENSAMIENTO ÚNICO I


Autor: Cristian Taborda (@tabordacristian)

Parte 1 de 2

Dominación política, disciplinamiento social, subordinación cultural.

Decía Marx en la "Ideología Alemana": "las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época [...] por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende que lo hagan en toda su extensión y por tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como productores de ideas, que regulen la producción y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean, por ello mismo, las ideas dominantes de la época".

Cabe preguntarse entonces, en torno a la actualidad, ¿Cuales son las ideas dominantes de nuestra época? ¿Cuál es la "clase" dominante? ¿Quienes producen, regulan y distribuyen esas ideas? ¿Cuál es la ideología incuestionable?

Uno de los principales rasgos de cualquier ideología es no asumirse como tal, se naturaliza y es dado como algo obvio, logra instalarse como si supliera el sentido común, sin ser cuestionada. La ideología como un conjunto de ideas, nos permite darnos una forma de conocer las cosas, una cosmovisión, teniendo el sesgo de expandir esa forma particular de ver el mundo a la totalidad. Ve el mundo bajo esos lentes. Un recorte de la realidad. Así lo hicieron el marxismo, el liberalismo y el fascismo durante el siglo pasado, la ideología dominante terminó convirtiéndose en un totalitarismo, las ideologías terminan pensando por el pueblo e instalando el pensamiento único, coartando la libertad, persiguiendo y eliminando al disidente.


Hegemonía y globalización 

Tras la implosión de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín el liberalismo se alzó triunfal y el dominio de la economía a nivel global mediante un mercado único se impuso por sobre todo, se produjo una neutralización de la política en términos de Carl Schmitt. El marxismo, el liberalismo y las posturas de tercera posición fueron fagocitadas, absorbidas, por el capitalismo financiero y la globalización. La lucha por la distribución del ingreso, los derechos sociales, la libertad, la justicia social y las ideas de familia, patria y religión fueron sustituidas por la lucha de derechos individuales, reivindicación de minorías y la integración cultural en un mundo cosmopolita. La globalización logró su hegemonía pos liberal en base al consenso de los derrotados y la interdependencia económica construida.

Ante la consagración de un capitalismo absoluto el marxismo abandono la lucha de clases y a los trabajadores como sujeto político integrándose al mundo globalizado de la sociedad de mercado; el liberalismo se vio absorbido por la gestión tecnocrática y la administración económica dejando de lado los ideales liberales; y los partidos que expresaban los movimientos de tercera posición institucionalizados implementaron políticas neoliberales y discursos progresistas. Acompañaron el proceso de globalización con la reivindicación de minorías, los postulados cosmopolitas de un mundo sin fronteras, políticas "verdes" por el cambio climático y la ecología, descartando sus ideas tradicionales y sometiéndose a la corrección política. Se vieron estas tradiciones filosóficas de la modernidad ahora recicladas en la única ideología viva, la ideología globalista, el "progresismo transnacional" como describe el politólogo estadounidense John Fonte. El pensamiento hegemónico.


El '68 como "Revolución cultural". La izquierda posmoderna 



Pero esta ideología tiene origen un tiempo atrás, donde su expresión histórico-política es el Mayo francés de 1968 un movimiento cultural donde cambia el eje de la izquierda que adopta las ideas provenientes de la “Escuela de Frankfurt”, la cual enfatiza los elementos éticos, subjetivos e individuales de la “teoría crítica”, de forma que ésta se configuraba como una teoría general de la transformación social, espoleada por un deseo de “liberación” comprendida en sentido individual. La “liberación” y la “emancipación” eclipsaban así el objetivo de la revolución y se fundían en el horizonte utópico de una “felicidad” orientada al desarrollo personal. Se  partía del individuo, su deseo, el arte y la cultura como forma de expresión política contra el orden establecido, abandonando las viejas premisas socialistas.

Este movimiento tenía una amalgama de pensadores que construían su visión de la realidad y terminarán dando forma a la ideología actual cuyos basamentos se encuentran en la Teoría Queer de Judith Butler. La cual parte de la "escuela de la sospecha" Nietzsche, Marx, Freud; la "teórica crítica" de Adorno, Marcuse, Horkheimer; el postestructuralismo de Michel Foucault, Gilles Deleuze y Jacques Derrida, con su propuesta de deconstrucción.


La ideología de género y el relativismo



Influenciada por todos estos pensadores, de los cuales toma distintos conceptos, y por feministas radicales como Simone de Beauvoir y Monique Wittig, Butler realiza una síntesis que expone en "Deshacer el género" donde sostiene como premisa fundamental que "las categorías hombre y mujer son políticas y no naturales" la idea núcleo que da soporte a la ideología dominante de esta época. La ideología de género.

Propone al género como una construcción social, diferente al sexo biológico naturalmente dado, donde las mujeres y las "minorías" por su condición de género son oprimidas por una estructura patriarcal machista y una heteronormatividad que sanciona a las "disidencias" y sexualidades "no binarias".

La solución ya no sería una revolución social y la lucha de clases como proponía el marxismo, sino la subversión de los valores y la disputa de poder en los espacios públicos por parte de los cuerpos (individuos). La deconstrucción como método de resistencia, (deshacerse de los mandatos impuestos por la hegemonía masculina) tergiversando la propuesta gramática de Derrida. El nuevo sujeto político de esta izquierda posmoderna pasan a ser las "minorías" y "diversidades" oprimidas y "víctimas" del "machismo" patriarcal normalizador. La lucha ya no es por los medios de producción sino por los de reproducción.



Esta ideología consecuente con el capitalismo financiero y funcional a la liberación absoluta del individuo que lo desvincula de cualquier lazo histórico, colectivo, trascendente y biológico, que promueve el hedonismo incesante, concluye en el consumismo y el placer sexual como única realización del hombre o la mujer, la liberalización del deseo, la mera satisfacción material, aniquilando toda espiritualidad y naturalidad. El nihilismo de Nietzsche, el deseo de Freud, la descentralización que plantea Deleuze y la idea transgénero de Butler son el resumen de la nueva ideología dominante, de un capitalismo especulativo, que en términos de Hegel, refleja los conceptos de la nueva clase global (global class) en la realidad: Una élite sin Dios, sin patria, consumista y transexual.


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Continúa en Parte 2 de 2.


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