LA CLASE GOBERNANTE
“We are governed at all levels by America’s luckiest children, sons and daughters of the abundance, and they call themselves optimists but they’re not optimists - they’re unimaginative.”
Peggy Noonan,
The Wall Street Journal, November 5, 2009
“Somos gobernados en todos los niveles por los más afortunados descendientes de los EEUU, por los hijos e hijas de la abundancia, y se llaman a sí mismos optimistas pero no son optimistas - no tienen imaginación”.
Peggy Noonan,
The Wall Street Journal, 5 de Noviembre de 2009.
Por Hyspasia (@Hyspasia)
La clase gobernante argentina también es bastante homogénea. Tenemos nenes criados en San Isidro, como Cafierito, hoy Jefe de Gabinete. Sean del Partido Justicialista, Radical o PRO, se visten igual, mandan a sus chicos a los mismos colegios y viven en los mismos barrios.
Pueden impostar, como Kiciloff que ahora se como las “s”, cuando en realidad fue criado en un departamento de Av. Las Heras, capital, e hizo el secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires.
Pero sabemos que son lo mismo, unos y otros, y que ni siquiera tienen diferencia de matices.
Hace unas semanas, @altrightar, colaborador de @restaurarg, me recomendó el libro "The Ruling Class", de Ángelo M. Codevilla. Está disponible en Amazon. El título completo es “The Ruling Class: How They Corrupted America and What We Can Do About It”, “La clase gobernante: cómo corrompieron a los EEUU y qué podemos hacer con eso”.
Don Codevilla sostiene que la clase gobernante está disociada del pueblo, al que denomina The Country Class (TCC) opuesta a The Ruling Class (TRC). La Clase Gobernante y la Clase del País. Si acá usamos las denominaciones de Alberdi (o de Suárez), sería la Clase del Pueblo. Pero queda claro de quiénes hablamos.
Sostiene que si bien tanto Republicanos como Demócratas defienden los intereses de la Clase Gobernante (TRC), los demócratas son 100% confiables mientras los republicanos no lo son, porque sus bases son mayoritariamente TCC y por lo tanto no tienen pleno dominio sobre sus votantes. Sin embargo las personas que están en los lugares de gobierno, tanto en los cargos electos, como en los puestos burocráticos, pertenecen a la TRC o desean hacerlo. Estén o pretendan entrar, actúan de la misma manera, en beneficio de la TRC contra los intereses de la TCC.
¿Cuál son las características relevantes de TRC? Usan el poder que les da el gobierno para su provecho, metieron al país (EEUU) en innumerables guerras que perdieron, tratan a la gente como estúpidos o niños que no se pueden valer por sí mismos - deciden desde la cantidad de sal que pueden comer a cómo debe ser la educación de sus hijos - y, básicamente, desprecian al Pueblo.
Un punto interesante es que el autor sostiene que para la clase gobernante europea es más fácil.
“While Europeans are accustomed to being ruled by presumed betters whom they distrust, the American people’s realization of being ruled in the same way shocked this country into well-nigh revolutionary attitudes. Buy only the realization was new”.
“Mientras los europeos están acostumbrados a ser regidos por quienes se presumen mejores y de quienes desconfían, el descubrimiento del pueblo de EEUU de ser gobernado de la misma manera shockeó al país hasta llevarlo a adoptar actitudes cuasi revolucionarias. Pero sólo el descubrimiento es nuevo” [la actitud de las élites es de larga data].
Codevilla sostiene que mientras que el pueblo reza a Dios “who hath created and doth sustain us” (quien nos creó y nos sustenta), el equivalente de nuestra Constitución “invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”; en cambio quienes gobiernan EEUU, TRC, rezan a sí mismos como salvadores del planeta e iluminados que “mejoran” la Humanidad.
Según el autor la pelea de clases en EEUU es sobre quién es el dueño del país “EEUU”, qué forma de vida debe prevalecer y quién defiere a quién, (quién se subordina a quién).
"It is about the fact that America now divides ever more sharply into two classes, the smaller of which holds the commanding heights of government, from which it disposes in ever greater detail of America's economic energies, from which ordains new ways of living as if it had the right to do so, and from which it asserts that that right is based on the majority class' stupidity, racism, and violent tendencies.
The other class' position is analogous to that of the frog that awoke to the fact that it was being slow-boiled only when getting out of the pan would require perhaps more strenght and judgment that it had left. Political clashes over individual issues are so bitter because each represents the attempt of the Ruling Class to lock down the controls already established on is subordinates, and what the subordinates feel may be their last chance to escape.
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Vice President Joseph Biden and the editors of the New York Times have explained that we are incapable of realizing how much good our government does us because economic dislocation makes us anxious and irritable.
Why do so many Americans trust in God and in what they can do for themselves rather than in the government?
Barack Obama said that limited economic prospects and narrow social horizons produce 'bitter' Americans who 'cling to guns or religion or antipathy to people who aren't like us' or to ther families".
Sostiene Codevilla "[El libro] trata sobre el hecho de que los EEUU ahora se divide más abruptamente en dos clases, la más pequeña de las cuales comanda los altos puestos del gobierno, para lo cual dispone con más amplitud que nunca las energías económicas de EEUU, desde donde ordena nuevas formas de vida como si tuviera derecho a hacerlo, y desde donde afirma que ese derecho está basado en que la clase mayoritaria es estúpida, racista y tiene tendencias violentas.
La posición de la otra clase es análoga a la de una rana que se da cuenta que están siendo hervida a fuego lento y que para poder saltar de la cacerola requiere más fuerza y criterio del que dispone. Los encontronazos entre las clases sobre temas específicos son tan agrios porque cada uno de ellos representa el intento de la Clase Gobernante para fijar los controles ya establecidos sobre sus subordinados y lo que los surbordinados perciben es que ésa es la última chance para escapar.
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El vicepresidente Joseph Biden y los editores de The New York Times han explicado que nosotros somos incapaces de darnos cuenta qué bien nos hace nuestro gobierno porque la dislocación económica nos pone ansiosos e irritables.
¿Por qué tantos norteamericanos confían en Dios y en lo que pueden hacer por sí mismos más que en el gobierno?
Barack Obama dijo que los limitados prospectos económicos y los horizontes sociales estrechos producen norteamericanos amargados que se "aferran a las armas o a la religión o a la antipatía a otras personas que no son "como nosotros" o como nuestras familias".
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Oscar Terán sostenía que la característica de la sociedad argentina, a diferencia de todos los otros países de América Hispana (y Brasil) era que en Argentina había “ausencia de deferencia”. Hay innumerables ejemplos, luego daré dos. Según Terán, y María Sáenz Quesada es de la misma opinión, esa ausencia de deferencia nació con la Guerra de la Independencia y nunca tuvo marcha atrás.
Yo diría que sí tuvo marcha atrás, que desde el SXXI, con los planes sociales y etcéteras, volvimos a la deferencia colonial. Por suerte Terán no tuvo que verlo.
Terán sostiene que la Revolución barre con toda diferencia de casta social, y que los hombres se hermanan en la lucha, tanto contra el realista como luego en las luchas civiles. Y que la sociedad argentina se horizontaliza. Para siempre.
Los dos ejemplos que vienen a mi memoria es uno con Duhalde y otro reciente con Macri. Cuando Duhalde era presidente, estaba recorriendo una obra y un obrero le pasa un brazo por los hombros y campechano le dice “¡En qué quilombo te metiste, Cabezón!”. Una persona que no lo había visto en su vida. El segundo caso es también con un obrero de la construcción que le recrimina al presidente Macri que “haga algo, porque la estamos pasando mal”, a lo que Macri responde bien, a mi entender. Ambos casos muestran a las claras que ambos hombres (cincuentones) entienden que el presidente es un igual y así lo tratan.
Si hay algo que amo de la República Argentina por sobre toda otra nación del planeta es esto.
Pero a la clase gobernante eso no le gusta. No quieren. Le tienen miedo a la TCC. Acá y allá.
¿Cuál es la gran diferencia entre lo que Codevilla describe y nosotros? Que creo que la TCC argentina todavía no se dio cuenta de que es una clase. Que sigue creyendo que el partido A o el partido B defenderá sus intereses.
Esperemos que caiga la ficha.
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