¿QUÉ DIRÍA MAQUIAVELO?

Esquizofrenia italiana en Libia



Por: Lorenzo Vita

https://bit.ly/2Ra07d1


Traducción: Pachira (@BGSNAFU)





Momentos difíciles para Italia , que nunca como en este momento parece estar a merced de los acontecimientos, especialmente en un área fundamental como el Mediterráneo (en particular en Libia). Por un lado, Luigi Di Maio vuela a El Cairo para reunirse con los representantes de Francia, Egipto, Chipre y Grecia y se niega a firmar el acuerdo final sobre Libia por los tonos demasiado duros hacia la estrategia turca en el país y hacia Fayez al Sarraj. Por otro lado,  Giuseppe Conte recibe a Khalifa Haftar en Roma y, una vez cara a cara con el general, se encuentra con la ira de Tripoli, a tal punto, que Sarraj abandona el Palazzo Chigi de un portazo.  Movida no poco justificable del primer ministro libio, dado que el Premier italiano  había decidido reunirse (sin mencionarlo, al parecer, en Trípoli) con el que está asediando la capital del aliado italiano en Libia. Pero para Italia ahora el problema es particularmente grave. La ira de Sarraj no está exenta de consecuencias. Y el hecho de que Di Maio, al otro lado del Mediterráneo, intente proteger los intereses de la asociación con el gobierno reconocido lleva a una pregunta: ¿de qué lado está Italia? Porque está claro que algo está mal. En el mejor de los casos, Italia lidera un juego de derrota. En el peor de los casos, Farnesina* y Palazzo Chigi** no colaboran y los servicios secretos, junto con la Defensa, se encuentran manejando un expediente altamente candente y sin una estrategia real. Quizás ni siquiera doble: pero realmente inexistente. Y Conte evidentemente decidió dar su impronta a Asuntos Exteriores, socavando efectivamente a su líder político del M5s.



La cuestión para Italia ya no es si solo apoya a Sarraj contra Haftar: porque ya pasó el comienzo de la guerra. La pregunta ahora para Italia es cómo salvar la cara traicionando a Sarraj y reposicionándose con el general de Cirenaica . Debido a que está bastante claro que los planes para unirse solo a Trípoli han fallado, Turquía se ha posicionado mientras que nuestros mejores socios y nuestros aliados ahora están mirando al general que viene del Este. Conte lo sabe: porque en los últimos meses ha participado en reuniones internacionales, organizó (con pocos resultados) la Conferencia de Palermo y comprende perfectamente que la rueda está girando. Y que Italia corre el riesgo de quedar afuera.
El Primer Ministro Conte se encontró con Haftar porque ahora es imposible no tratar con un hombre que en los últimos años ha obtenido primero el apoyo de los poderes del Golfo Pérsico (con quienes tenemos relaciones fundamentales en el sector petrolero), luego con Egipto, con quien tenemos una Asociación política y comercial frágil según sea necesario, luego con Francia y Rusia, que apoyan a las fuerzas del Ejército Nacional de Libia en el campo. Finalmente, en los últimos meses, y con el avance de los tentáculos de Recep Tayyip Erdogan en Trípoli, Haftar también recabó el apoyo de Grecia y Chipre, nuestros aliados fundamentales en el desafío del gas en el Mediterráneo oriental junto con Israel que, con agentes del Mossad, ha estado operando durante mucho tiempo detrás de las líneas de la ENL. Ejército que también le gusta a Donald Trump, que nunca ha prestado la debida atención a Benghazi.

Si a esta alineación internacional hacia Haftar (jamás realmente condenada por la comunidad internacional a pesar de estar asediando Trípoli contra un gobierno reconocido formalmente por todos) Sarraj agrega la apertura total de crédito hacia Erdogan, es comprensible por qué Conte decidió conocer al general. Además, Haftar, con el apoyo de varias potencias regionales e internacionales, ahora ha dejado claro al mundo que el futuro de Libia pasa por su asedio. Mientras Sarraj, ahora aislado en Trípoli, tiene un solo aliado, Turquía, que además de desafiar a Italia en el fondo marino de Chipre por el gas, también representa un peligro para Italia en la lucha contra el terrorismo internacional.




*Sede del MInisterio de Asuntos Exteriores de Italia
** Residencia del Primer Ministro Italiano

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