VIOLENTA JUVENTUD



Éste es el precio que pagamos por ceder el control de nuestras vidas al Estado. 


Autor: Juan Martín Perkins   


De repente emerge la violencia y descubrimos que tenemos problemas de convivencia, ¿no?

Nuestros hijos se matan a patadas en la cabeza a la salida de los boliches, pero recién nos desayunamos.

Hoy leí a Teb, un guardavida que trabaja en Villa Gesell hace 5 temporadas.

Teb trabaja en “la playa del horror” y llega todos los días a las 8 de la mañana para encontrarse con una panorama dantesco.

Toda una metáfora de la Argentina lo que postea Teb y levantan todos los medios.

Algunas veces le ha tocado hacer rescates antes de cambiarse porque encuentra gente a punto de
ahogarse por pasar toda la noche sin dormir cometiendo todo tipo de excesos.

Le han hecho destrozos en las instalaciones y muchas veces le robaron y lo agredieron.

Nuestros hijos, jugadores de rugby, de futbol, de tenis, de basket, de teto y de piragua, ya que están al lado del mar, lo han tratado de ortiva y de “puto de mierda” por intentar poner orden.

Reitero y resalto que son chicos y que son nuestros hijos. Porque seguro tendrán una familia que los contiene, cuando no se están “divirtiendo” de vacaciones en manada.

Impresionante la carta de Teb a los medios, pero no sorpresiva. Nadie se puede sorprender de lo que está pasando.

Pueden echar las culpas sobre el rugby o cualquier deporte, pueden culpar a la falta de seguridad en los boliches, al gobierno que no se ocupa de frenar al narcotráfico, a las payasadas sobreactuadas de Berni clausurando boliches.

¿Y las familias? ¿Y los padres?

Tarde, cuando los chicos ya se mataron a patadas.

Ya está, ahora es como linchar a Chabán el dueño de Cromagnon después del incendio.

Estamos en llamas buscando culpables, pero no tenemos conciencia de que esos chicos, borrachos, drogados, son nuestros hijos y nosotros somos sus padres. Somos padres que no hicieron su trabajo.

Los hemos tenido 20 años en casa, desde que nacieron, para inculcarles valores y herramientas, para que no terminen victimas de la imbecilidad de una patada voladora, una puñalada, una sobredosis, un coma alcohólico, convulsiones… ¿20 años para que éste sea el resultado? Algo se está haciendo mal.
Teb lo explica sencillo: “No es muy difícil la suma, déficit de familia + alcohol + droga = Cocktail = convulsión = muerte”.

Teb lo ve todos los días al llegar a la playa del horror, la soledad, el vacío y el escaso valor que le dan a la vida.

Anoche en Pehuajó, donde somos 40.000 habitantes y no sobra ninguno, una joven fue violada y un joven  apuñalado a la salida del boliche.

No ocurrió en la costa, en medio del frenesí vacacional  de “la playa del horror”, ocurrió a la salida del boliche de mi pueblo tranquilo del oeste bonaerense. A puñalada limpia y violación.

Y todavía hay gente que llora ausencia del estado y sigue sin hacerse cargo de su propia vida y familia.


Anoche, también en mi tranquilo pueblo, en mi barrio, estuvieron de “previa” meta música y brindis a todo volumen porque el descanso de los vecinos es lo que menos importa

Que nadie duerma hasta que los chicos se vayan al boliche… frenadas, portazos, gritos, puteadas.

Estas son nuestras conductas, nuestros hábitos, la consideración hacia el prójimo.

Éste es el precio que pagamos por ceder el control de nuestras vidas al Estado. Y todavía hay gente que llora ausencia del estado y sigue sin hacerse cargo de su propia vida y familia.

¿Tiene que venir Superman Berni a cuidar a tu hijo? ¿No podemos enseñarles normas básicas de convivencia y educarlos con el ejemplo?

¡¡¡Si sólo se trata de ser buenas personas!!!

Nadie reemplaza a papá y mamá.

Nada reemplaza a la familia.

Juan Martín Perkins.


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