LULI Y EL GUILLE
Autor: Juan Martín Perkins
Mi ahijada Luli es misionera y sostiene que hay que llevar la solución a los problemas y no traer los problemas a las soluciones.
Ella cree que África es un lugar maravilloso y que sus problemas deben ser solucionados sin provocar el desarraigo de sus habitantes, forzándolos a abandonar su país.
Nadie se va del lugar donde nació y creció por gusto si no tiene una causa mayor, casi siempre desgraciada, que lo mueve como instinto de sobrevivencia.
Los líderes europeos, incluido el papa, han hecho política globalista demagógica predicando sarasa humanitaria y abriendo las puertas de Europa a la inmigración indiscriminada.
Con excusas “humanitarias” han creado un lugar llamado Eurabia donde extinguen la cultura occidental y cristiana, a fuerza de puro “bienestar socialista liberal”.
Así obtienen mano de obra que contribuye a balancear sus índices de natalidad propios del “desarrollo” consagrado al estado de bienestar de la agenda 2030/45.
Por suerte algo empezó a cambiar y la líder italiana, Georgia Meloni, pidió a Macrón, presidente de Francia, que afloje con la hipocresía y deje de saquear a Argelia.
Meloni dio en la cabeza del clavo, algo poco común en la UE decadente.
Como dice Luli, hay que llevar alivio a donde están el dolor y las necesidades para que nadie tenga que convertirse en refugiado o soldado de ocupación en un país extranjero.
Nuestro padre Guillermo Gómez, querido amigo, viaja en mayo a misionar en Mozambique, país de África oriental, frente a la isla de Madagascar (recomiendo googlear).
Lugar inquietante para que se vaya un amigo o una ahijada a misionar, predicar, trabajar o lo que sea para ayudar a resolver dificultades y conflictos de culturas tan distintas.
Es muy argentina esta vocación misionera. Somos un pueblo al que se le dispara con facilidad la voluntad solidaria, basta recordar lo que pasó cuando la gran tormenta que asoló a Bahía Blanca y rápidamente los argentinos respondieron abrumadoramente.
Lo que a veces nos falta es la sensibilidad como para ver que todos tenemos un temporal como el de Bahía a la vuelta de la esquina.
Dolor y necesidades hay a cada paso y en todo lugar… y no es preciso irse hasta Mozambique, Sudáfrica, o Zimbabwe para contribuir a mitigar la pobreza, lo podemos hacer en nuestra propia ciudad.
No hay que esperar nada del estado ni mucho menos de la burocracia y la política que lo complican todo y lo derivan a la dádiva para próximas elecciones.
Hoy es Viernes Santo, el día más solemne de la Semana Santa en que se recuerda la pasión y muerte de nuestro Señor. Una jornada para la reflexión y penitencia entre los argentinos.
El domingo será Pascua de Resurrección, espero que lo vivan con mucha paz y en familia.
Un abrazo para todos. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Juan Martín Perkins.
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