LA PECHERA DEL JABALÍ

 


¿Sabés que pasa? Son años denigrando al mérito y nivelando para abajo. 


Autor: Juan Martín Perkins   



Beto, Cachila y Andrés me invitan a comer mientras bolacean alrededor de la parrilla.


Tentador el convite, tiene buena pinta y tengo hambre. 


Enseguida me trenzo en la charla cuando uno se pregunta cómo es eso del fentanilo.


Permanecí en silencio porque no me gusta acaparar la palabra, es cosa de charlatanes y además, lo del fentanilo es una vergüenza que seguramente hará que caiga mal el asado.


Pregunto si saben lo que es el ANMAT, me miran con cara de demanda y explico que es el organismo encargado de proteger a la población garantizando que los productos para la salud sean eficaces, seguros y de calidad.


¡Cómo el SENASA!, acota Beto sobre cuidar y asegurar la sanidad animal, vegetal y la inocuidad de los alimentos.


Así es, “el estado te cuida", tira Andrés irónicamente, arrimando unas brasas.


Lástima que todos esos organismos hayan sido infectados por camporistas. Los han llenado de ñoquis ineptos que no hacen su trabajo y calientan la silla para capturar presupuesto y producir retornos para los jefes de la casta.


Sería más seguro para la población que esos organismos no existieran, porque para lo único que sirven es para que nos envenenemos confiados en el sello del estado.


El fentanilo del laboratorio del ex verdulero K ya mató 100 personas y la justicia le da la causa al juez hermano del ministro de salud que inventó el negocio, insólito. 


Como si pasara un carro, fabrican, adulteran, estafan, envenenan y se hacen ricos.


Les iba a convidar chorizo de Jabalí, dice Cachila, pero con este criterio entonces no les convido nada, no podemos confiar en el análisis del estado municipal sobre la triquinosis.


Cuando el estado te dice que te cuida y te da una garantía, uno confía y se relaja. ¡ERROR!


Estos organismos del estado no nos quitan el riesgo, no son ninguna garantía y además nos crean complicaciones y barreras.


Lo que uno tiene que hacer es ir a una institución privada que no esté entongada con el poder del estado como el laboratorio del ex verdulero K, de modo que uno pueda demandar y ganar el juicio. Y ahí vas a ver cómo se cuidan.


Miré de reojo a la pechera de Jabalí y ahí seguía, todavía virgen mientras estábamos a los pellizcos con la galleta de La Rosarina.


¿Sabés que pasa? Son años denigrando al mérito y nivelando para abajo. 


Tenemos organismos de control acordes al nivel de la sociedad que conformamos.


Con esta autoestima, nos mata una inundación en La Plata, un medicamento tóxico, una bacteria en la verdura, un rayo, un motochorro, un pozo en la ruta, un “médico” recibido en la universidad inclusiva que no dio examen de ingreso ni calificó, la vacuna del covid… pero en septiembre tenemos elecciones… recuerden cuando voten, combatiendo al capital nos fue como la mona, no volvamos para atrás.


Cachila envolvió la pechera con papel madera, le sacó punta a una varita de Siempreverde con el cuchillo, tomó un par de buenos tragos de vino y se puso a mondar.


Me despreciaron la pechera, ya van a venir con el caballo cansado, dijo Cachila y agregó:

Menos el “Javo”, ustedes y todos los burócratas, ya saben a dónde se pueden ir.



Juan Martín Perkins.


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