SOBRE SAPOS, RANAS, ESCUERZOS, VÍBORAS Y LAGARTIJAS



 Elijamos nuestro mejor sapo.


Autora: Iris Speroni (@SperoniIris)

Aclaración: de ninguna forma este artículo propone que se vote a tal o cual candidato. Haga cada uno lo que mejor crea.


En los últimos meses presenciamos una serie de elecciones locales donde, con excepción de Formosa, el común denominador fue la escasa concurrencia al comicio.


Es una actitud colectiva que diverge de una cultura que lleva décadas de alta concurrencia, incluídas las últimas elecciones nacionales de 2023.


Varias personas, en particular en las redes sociales, leyeron - haciéndose eco del discurso de los comentadores de radio y TV - que era una forma de expresar su disconformidad con la totalidad de la oferta política.


Puede ser que ésa sea la intención de quienes se negaron a convalidar con su presencia lo que entienden es una trampa, donde el establishment controla la oferta electoral y uno sigue votando entre opciones filtradas previamente por otros y que, de tal suerte, convierten en una burla el sistema representativo.


Puede ser. Puede que no. No lo sé y no es objeto de este artículo.


Solamente recuerdo al querido lector que en Chile se reglamentó el voto optativo y todo siguió igual, con los mismos partidos y los mismos candidatos. El voto optativo permitió la reelección de Bachelet, por ejemplo.


A los políticos, más allá de alguna palabra de compromiso para la prensa, la no concurrencia no le hace mella. ¿Por qué? Porque los escaños que se ponen en juego son los mismos, vaya mucha o poca gente a votar.


¿Entonces, cambia algo? En los hechos no. Los lugares se reparten entre quienes se presenten, según la cantidad de votos que saque cada uno (y que cuente cada uno), con un sistema D’Hont más o menos proporcional.


Entonces, ¿qué es lo que sí cambia? Dos cosas. 


Primero, la publicidad del día siguiente. No es lo mismo que el oficialismo (o el desafiante) diga “¡Gané por el 47% de los votos!”, que “Gané. Saqué el 22,4% de los votos”. Lo segundo es un baño de humildad.


Segundo: Por lo general se presentan dos adversarios fuertes, el oficialismo y el desafiante, y el resto se reparte entre numerosos pretendientes. Rara vez se da una tercera fuerza más o menos organizada. Si se logra colocar a un tercero en discordia, nada nos garantiza que al día siguiente de la elección se acople a uno de los dos “grandes”, pero por lo menos queda expresado que ni el oficialismo (nacional, provincial o municipal) ni su desafiante nos satisfacen.


Ahora pasemos a un ejemplo.


Tenemos elecciones en la Provincia de la Santa Trinidad, con un padrón de 5 millones. La mejor marca de asistencia fue con el 80% hace unos años y en el 2023, con 77%. Por lo tanto, en el 2023 fueron a votar 3.850.000 personas.


Para facilitar las cuentas diremos que el padrón de 2025 tendrá más o menos el mismo tamaño.


A continuación presentaré las cabeza de lista de los siete partidos que se presentan:


  1. Lagartija - actual intendente - candidata testimonial. Oficialismo provincial y oposición nacional.

  1. Escuerzo. Candidato del oficialismo nacional - ex juez - actual funcionario. Busca fueros. Desafiante del oficialismo local.


  1. Víbora. Candidata “republicana” que quedó fuera del armado de 2. Militante de ONG bancada por MI6.


  1. Serpiente - ex militante universitario - partido que quedó fuera de todos los otros armados.


  1. Rana - cuevero trader y criptomonedas - lo expulsaron del armado de 2 hace un año.


  1. Lagartija. Coalición de izquierda. Sindicalista docente.



  1. Escuerzo. Comisario retirado. Bancado desde hace década por los servicios, nunca llega al piso mínimo para ingresar. Honey Trap de militantes de derecha.


  1. Rana. Fuerzas vivas indignadas con los partidos actuales. Primera vez que se presenta. Bienintencionada.


  1. Sapo. Intendente histórico. Dejado de lado en el armado oficialista provincial.



Presentados los candidatos cabeza de serie veamos dos escenarios: Si va a votar el 50% del padrón o si concurre el 70%. Hay que tener en cuenta que en las elecciones de mitad de término siempre va menos gente.


Escenario de concurrencia de 50%




Distinción. Los porcentajes asignados a cada lista se calcula con los votos positivos emitidos. Se dejan sin efecto para esa cuenta tanto los votos en blanco como los impugnados.




Así, en este ejemplo, de un padrón de 5 millones, fue la mitad, dos millones y medio, y los votos positivos ascienden a 2.175.000.-


Entonces, el candidato oficialista provincial (y oposición al gobierno nacional), sacó casi un millón de votos, esto es, casi un 20% del padrón, pero eso significa el 37,62% de los votos emitidos y el 43,25% de los votos positivos.


Al momento de calcular cuántos representantes entran dentro del cuerpo colegiado, el número válido es 43,25%. El doble de la voluntad del padrón y más del 40% de los votos de quienes emitieron opinión positiva.


Sé que suena enroscado.


Ahora veamos desde el punto de vista propagandístico para la lista ganadora. Si dice “saqué un poco menos del 20%” (940.585÷5.000.000=18,81%) no suena igual a “El electorado confía en la gestión del gobernador, que nos aprueba con el 43,25% de los votos” o si triunfara el oficialismo nacional "los resultados demuestran acabadamente que los ciudadanos entienden y acompañan el accionar del gobierno".


Suena a poco. Suena a arruinarles los anuncios del día siguiente y luego todo sigue igual. Sí. Pero estos números le sirven al ganador para intimidar a la oposición y hacerles votar cualquier cosa "porque es la voluntad popular que acompaña el proyecto" o "porque las personas de bien aprecian el sacrificio que venimos haciendo". El que les guste.


Ahora veamos qué sucede si va a votar el 70% (un millón más de votantes), y si todos ellos votan mayoritariamente a los partidos pequeños. Esto último suena razonable, porque al remolón, lo más probable es que no le guste ninguno.


Los votos son similares para los dos partidos grandes y el millón de votos adicionales se disgrega entre los candidatos 3 a 9.


Ahora observemos los porcentajes obtenidos sobre los votos positivos emitidos:



Ahora el ganador pasó de 43,25% de los votos positivos emitidos al 32,28% de los votos positivos.


Y de paso, tal vez, entra alguna buena persona de las listas 3 a 9.


Vayan a votar. Siempre es mejor que no hacerlo.


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