La tecnología del Bitcoin, el Blockchain, contra la corrupción

Versión original: http://revistajohngalt.com/2018/01/03/la-tecnologia-del-bitcoin-el-blockchain-contra-la-corrupcion/


Hoy día en el mercado financiero global están causando furor el Bitcoin y otras criptomonedas que prometen revolucionar la forma en la que realizamos transacciones y en la que nos relacionamos con nuestras instituciones bancarias. Estas nuevas divisas digitales funcionan sin utilizar un tercero de confianza que certifique las transacciones y, en cambio, crean un registro de transacciones compartido por los usuarios de la red a través de la tecnología de Blockchain, que no puede ser modificado unilateralmente y guarda de manera segura todas las operaciones realizadas con dichas monedas. Expliquemos un poco este punto.


Uno de los elementos fundamentales del mercado financiero son las instituciones bancarias y, particularmente, el Banco Central de cada país que es el encargado de imprimir el dinero fiduciario de cada nación. Estas entidades actúan como terceros de confianza que certifican qué operaciones se hacen válidamente con tal o cual divisa.


Además de esto, los bancos prestan sus servicios financieros y establecen un registro de las operaciones de los usuarios, lo que permite mantener un soporte de las transacciones que se realizan a través de estos. Es decir, a través de instituciones bancarias se determina cuál es la moneda válida en un territorio y se comienza a llevar un registro centralizado, que está en manos de estas, con el fin de evitar que se hagan operaciones ilegales o se defraude a los usuarios de servicios financieros.


El Bitcoin y otras criptomonedas en vez de llevar un registro centralizado de las transacciones que se hacen con estas divisas digitales, llevan uno descentralizado que es compartido por todos los usuarios de la red de estas. A través de la tecnología de Blockchain, se crea este registro de la siguiente manera: Cada vez que se realiza un intercambio válido entre los usuarios de la red, se crea un bloque inmodificable que se une a una cadena digital, hecha con los bloques de las operaciones anteriores que ha guardado la red. Entonces, esta cadena de bloques (Blockchain) se convierte en un registro compartido por los usuarios de dicha red, que pueden usarla para verificar los negocios que se realizan en esta.


Así, gracias a este registro compartido, la seguridad y confiabilidad de los negocios con criptomonedas no depende de un tercero de confianza, sino de todos los usuarios de la red que se encargan de verificar la legitimidad de las operaciones. Esto elimina a los intermediarios de las transacciones, lo que las hace más veloces, más baratas y, sobre todo, más transparentes, pues no hay un tercero con potestad exclusiva de mantener y modificar el registro de las mismas. Con todo esto en mente, ¿qué sucedería si intentáramos aplicar esta tecnología no solo para las operaciones financieras entre particulares, sino también a las que realizan las entidades públicas?


Uno de los elementos claves del Blockchain es que permite que los registros de intercambios se encuentren en multiplicidad de usuarios a la vez; por lo tanto, cada uno de estos tiene la posibilidad de acceder a esta información y hacer la auditoría de la misma. Esto es algo que no sucede hoy en día en el sector público, pues los registros de las operaciones se encuentran centralizados en las entidades que realizan gastos público y solo tiempo después es que la Procuraduría General de la Nación y la Contraloría General de la República tienen la oportunidad de revisarlos, realizar las respectivas investigaciones y muchas veces, revelar escándalos de corrupción y malversación de fondos públicos.


Sin duda, uno de los flagelos más dramáticos que enfrentan Colombia y América Latina es el de la corrupción. Esta se convierte en un verdadero monstruo que devora los recursos del erario público, a la vez que consume la moralidad pública. Gracias a las dificultades tecnológicas y de recursos disponibles, para realizar un escrutinio continuo y estricto de los registro de las operaciones que se realizan con dineros públicos.


Entonces ¿qué sucedería si a través de Blockchain se otorgara un acceso más sencillo y en tiempo real de dichos registros a la Procuraduría y a la Contraloría? ¿Qué pasaría si, además, se diera acceso a estos a las asociaciones de Veeduría Ciudadana en el territorio nacional  y a la Fiscalía General de la Nación?


Si se pone esta tecnología simultáneamente en manos de los organismos de control y las entidades que realizan el gasto público, sería posible llevar un registro de fácil acceso y revisión que permitiría notar fácilmente irregularidades en las transacciones, realizar las investigaciones correspondientes y así, haría mucho más difícil que se utilizaran los dineros públicos indebidamente. Entonces, a través del Blockchain, se contaría con una nueva herramienta tecnológica en manos de los entes de control del Estado y la ciudadanía, que serviría en la lucha contra la corrupción.


De esta manera la tecnología del Bitcoin, el Blockchain, podría ser útil para llevar registros más transparentes de operaciones públicas y de este modo, llevar una vigilancia más estricta y eficiente de la manera en la que se utilizan los fondos públicos. Entonces, esta podría convertirse en una de las nuevas armas que las TIC nos ofrecen para la lucha contra la corrupción y los corruptos. Así, la tecnología se vuelve una de las banderas en la lucha por la defensa de la moralidad pública.

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