QUEDATE EN CASA
Perder esa guerra desencadenó en lo que nos pasa ahora, que estamos aburridos.
40 años de una agenda que nos transformó, haciéndonos creer que proveníamos del infierno y que la socialdemocracia nos iba a redimir.
Autor: Juan Martín Perkins
Arturo Pérez Reverte siempre hace referencia a los Balcanes y sus años de corresponsal de guerra. Lo he leído en mil historias sobre la guerra en Sarajevo, historias de vida de refugiados en los sótanos de casas demolidas por las bombas. Historias crudas y crueles donde francotiradores mataban a quienes salían en búsqueda desesperada por agua o algo para no morir de hambre.
Mucho se habla de guerra en estos días, se apela al eufemismo de “enemigo invisible” para pedirnos que permanezcamos en “las trincheras”.
Pérez Reverte repudia la inconsistente falta de voluntad y conciencia de la población en general, pero especialmente de los jóvenes.
Especialmente los jóvenes, quienes deberían ser los mejores soldados, son un lamento en las redes con sus manifestaciones de hartazgo y aburrimiento por tener que estar aislados en cuarentena. Y la violan.
Hablamos de guerra pero estamos aburridos y protestamos por todo lo que no podemos hacer… y eso que nuestra cuarentena tiene agua, comida, wifi, Netflix, libros…
Estamos a pocos días del 2 de abril, sería bueno recordar, ¿no? Esa si que fue una guerra bien real, con un enemigo visible que escupía fuego mañana, tarde y noche.
Esos soldados si que no tuvieron tiempo de aburrirse viviendo en un pozo, mojados, cagados de frío, con hambre y miedo mientras todo el mundo miraba el mundial de España. ¡Eso es una guerra!
Perder esa guerra desencadenó en lo que nos pasa ahora, que estamos aburridos.
40 años de una agenda que nos transformó, haciéndonos creer que proveníamos del infierno y que la socialdemocracia nos iba a redimir.
Y acá estamos, globalizados, desnacionalizados, despatriados, desterrados, sin Dios, sin familia, sin vida interior, sin espiritualidad… aburridos. Muy aburridos e inútiles ante el avance del enemigo.
Hace 1 mes se aplaudía con ovación el envío de un proyecto al congreso para legalizar el exterminio de niños por nacer… como en gran parte del mundo desarrollado. ¡Y nos daba orgullo!
Hoy, el mundo desarrollado enfrenta un enemigo invisible que nos mata a todos adultos sin distinción, menos a los niños mas chicos. Sugestivo, ¿no?
Para pensar en algo lindo y no regodearnos en el drama, recuerdo cuando por fin pude llevar a mi mujer a conocer el lugar de donde es oriunda su familia.
Luego de casi 30 años de matrimonio llegamos a “Vinuesa“. Una villa de montaña de 800 habitantes que queda en la Sierra de Urbión.
Vinuesa es un municipio de la provincia de Soria, en la comunidad autónoma de Castilla y León y queda, aproximadamente a 250 kilometros al nor- noreste de Madrid.
Te ubico en el lugar geográfico para contarte que estando una mañana soñada en ese lugar bellísimo, a orillas de la laguna negra se me ocurrió mirar hacia el cielo para agradecer estar ahí, por tener el privilegio de disfrutar de esa maravilla junto a mi esposa, que estaba tan emocionada.
Para mi sorpresa, pude ver que el cielo azul celeste profundo parecía la trama de tejido de un mosquitero. Todo cuadriculado por el surcado de las estelas de los aviones del impresionante tráfico aéreo.
¿Cómo no chocan entre si? Pensé. Luego se me explicó que el espacio aéreo de Vinuesa era ruta de muchas compañías que distribuían por toda Europa el movimiento del aeropuerto de Madrid.
Muchas cosas me asombraron durante el viaje pero esto de la conectividad de la globalización me rompió la cabeza y me hizo mucho ruido. Especialmente eso de que ya no existían las fronteras y que todos somos habitantes del mundo porque volar está al alcance de todos…
Me pregunto hoy dónde queda todo eso. ¿Dónde está el Papa que recibía personalmente inmigrantes en Lampedusa?
Recuerdo que nunca me sentí tan libre como en Vinuesa mirando el chorro de estela de las turbinas en el cielo. Me sentí libre, pero a la vez conciente de que estaba lejos de casa. En España me hicieron sentir como en casa pero en pocos días tenía ganas de volver.
¿Dónde queda hoy la agenda globalizante con todas las fronteras cerradas y miles y miles de errantes viviendo abandonados en aeropuertos? ¿Dónde quedan hoy los cielos vacíos y los aeropuertos como cementerios de aviones?
¿Y? ¿Existen o no existen las fronteras? ¿Existe o no existe la Patria? Te dejo estas preguntas por si estás aburrido, para que reflexionemos juntos sobre lo que es verdad y lo que es mentira.
El virus nos va a correr muchos velos.
#QuedateEnCasa si no es por vos, que sea por los demás pero #QuedateEnCasa
Juan Martín Perkins