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¡ES LA DEMOGRAFÍA, ESTÚPIDO!

El mayor dolor de cabeza de Putin no es Occidente - es el decrecimiento poblacional ruso. 


Autor: Robert Fox

Nota original: https://reaction.life/putins-biggest-headache-isnt-the-west-its-russias-shrinking-population/

Traducción: Hyspasia

Comentarios de la Traductora: Hasta hace un tiempo atrás creí que la verdadera política es la Política Exterior de un país. El resto son juegos de cabotaje. Pasado el tiempo me di cuenta que lo que verdaderamente importa es la demografía. No sé por qué tardé tanto, después de todo Alberdi dijo "Gobernar es poblar" y el Plan Trienal 1974-1977 del último gobierno peronista, le dedica dos carillas al plan de población (nacimientos, inmigración), lo que da fe de la relevancia del tema para nuestro país. Pero ahí estamos: lo importante es la demografía. Algunos comentarios sobre este artículo de Fox: 1. no quiere a Putin; 2. hay algunos problemas de cifras, dice que el pico de decrecimiento fue de 0,3% de la población para 2020 debido a la pandemia, y luego da proyecciones estables (no pico) de la ONU de 0,4% a 0,5%, no es coherente; 3. los números de aborto son de finales del SXX, luego del desastre económico causado por la Glasnot y la falta de rumbo político; el país se ordenó desde que lo gobierna Putin con mano firme por lo que es de esperar que los números de abortos hayan decaído; 4. No creo que Putin esté demasiado preocupado por las elecciones, acaba de ganar caminando; 5. la ONU es monotemática con la migración, como si fuera la solución de todos los males. Dicho todo esto, es interesante ver que hay estadistas que se ocupan de nacimientos como si fuera lo más importante de un país. Tienen razón, lo es.




El presidente Vladimir Putin admitió que tiene una crisis doméstica entre manos.

En su discurso a la Asamblea Legislativa la semana pasada, donde da cuenta de la marcha del país, advirtió "nos damos cuenta que la actual situación demográfica es una emergencia".

"Desafortunadamente, así están las cosas. Debemos aceptar y admitirlo y hacer algo basado en nuestro entendimiento de la situación".

"Salvar al pueblo de Rusia es nuestra mayor prioridad nacional".

Podrá ser una prioridad para el Kremlin pero ciertamente no lo ha sido para quienes escriben los titulares y los comentaristas de los medios de Occidente. Dedicaron varios artículos y ríos de tinta a las frases de Putin sobre la OTAN, que fue remarcadamente escueto para sus propios standards, las actividades de Alexei Navalny - también breves - y la preparación de las Fuerzas Armadas rusas.

Las razones de las tendencias demográficas son un gran tema para Putin porque el miedo a las protestas y manifestaciones populares en las calles es palpable. Está preocupado por el declive de su popularidad persona - probablemente por cómo fue gestionada la crisis del Covid - y que ello repercuta en las elecciones para la renovación de la Duma (la cámara baja), que se llevará a cabo a mediados de septiembre. Esto explica el arresto de miles de seguidores de Alexei Navalny.

Se dice que Putin está obsesionado por la recurrencia de las "revoluciones de colores", tanto dentro de la vasta Federación Rusa como con sus aliados en la frontera, Belarús especialmente. Las revoluciones "de coloros" currieron tiempo atrás: la Revolución Rosa en Geogria 2003, la Revolución Naranja en Ucrania en 2004-2005, y la Revolución Tulipán en Kirguistán en 2005. Tanto Putin como Xi Jinping (China) parecen compartir un genuino temor a los levantamientos espontáneos y las manifestaciones por la emergencia de Covid, lejos de su final en los confines de los imperios ruso y chino.

En su discurso, Putin dio su análisis sobre la pandemia Covid - una gran amenaza que el gobierno con el auxilio del pueblo ruso superó, en gran parte. Mencionó las extra 280.000 camas hospitalarias. Pero "los investigadores rusos hiceron verdaderos descubrimientos y actualmente cuentan con tres vacunas de confianza".

Pero luego - mostrando las cartas aquí - urgió a los ciudadanos a vacunarse. Una nueva campaña de chequeos médicos será lanzada el 1º de julio - y todos los ciudadanos deberán ser testeados.

Los verdaderos números de muertos por Covid no se conocen pero pareciera que han llevado tensiones al este de Rusia, en Siberia central y en la frontera con China.

Pareciera que la enfermedad contribuyó a un significativo récord de muertos - 2,1 millón en 2020.

Esto llevó al mayor decrecimiento de población en los últimos 15 años, de acuerdo a las estadísticas de ROSSTAT - una reducción neta de 450.000 personas (0,3% de la población). Rusia tiene 143,8 millones de habitantes.

Y éste es el corazón de la emergencia doméstica de Putin que agitó en su discurso. Rusia tiene la población con mayor decrecimiento dentro de las economías grandes del mundo - y es el país más extendido del mundo, con 11 zonas horarias desde las costas de Europa hasta las remotas costas del Pacífico en Asia y en el océano Ártico.

La mortalidad creció respecto a años anteriores - se incrementó un 45% en Chechenia y en el Norte del Cáucaso y en partes de Siberia. La natalidad ha decaído a un promedio de 1,51 por familia, que son cifras por debajo de los niveles de reemplazo.

Una proyección del Departamento de Población de Naciones Unidas del año pasado sugirió que la población rusa podría caer a 124,6 millones para el año 2050, y a 83,7 millones para el año 2100 - en otras palabras, podría llegar a la mitad de la población actual para el final del siglo. Esto son sólo proyecciones, de todas maneras, y Naciones Unidas sugirió, por otro lado, que la población podría crecer en 10 millones para el 2050 si se estimulara la inmigración, se mejoraran las condiciones familiares y el apoyo de planes sociales.

La situación que sufren actualmente algunos rusos jóvenes en algunos viejos centros mineros y en centros de industria siderúrgica fue descripto geográficamente en un informe de Kemerovo, una ciudad minera en Siberia, a 4.200 km al este de Moscú, por Isabelle Khurshudyan en el Washington Post en noviembre. Las parejas hablan del deseo de tener un único hijo, o niguno, por las condiciones ambientales y de salud de la región. Una familia debe vivir con U$D 400 por mes, que es el seguro de desempleo del patriarca, el abuelo que perdió su trabajo en la mina. Éste es el sueldo promedio de la región. "La pandemia ha convertido a la realidad en impredecible, y esas situaciones retrasan los embarazos y por lo tanto, los nacimientos", declaró al Post Raksha, un trabajador local de la oficina estadística de ROSSTAT.

Adicional a la incertidumbre y al débil sistema de seguridad social de Rusia, debe agregarse la incidencia del aborto. La Organización Rand reportó que en 1997, "La incidencia del aborto en Rusia es la más importante del mundo". En 1992 Rand registró 225 abortos cada 100 nacimientos vivos, que excede largamente los 157 abortos cada 100 nacidos vivos de Rumania, que viene en segundo lugar.

Vladimir Putin anunció una serie de medidas de salud pública y pagos de seguridad social para tratar de superar la emergencia demográfica. Los subsidios se pagarán ahora por el primer niño (alrededor de U$D 300) y pagos mensuales de U$D 75 a U$D 150 según la región. Las familias recibirán un pago de U$D 134 por cada niño en la escuela.

"Nuestra estrategia es retornar a un crecimiento poblacional sustentable para asegurarnos que la expectativa de vida crezca a 78 años promedio para 2030", le dijo Putin a la audiencia reunida en Centro de Exhibiciones Manezh, en Moscú, la semana pasada.

"Desafortunadamente, las estadísticas nos muestras números tristes y descorazonadores", dijo con franqueza. La expectativa de vida para un varón ruso es de 68 años, casi 10 años menos que para las mujeres (77) - lo que da un promedio de 72 años. En 2013 las expectativas de vida masculinas tenían un mínimo de 64, debido a los tiempos duros, el pobre servicio de salud y el alcohol.

El declive demográfico preocupa en todas partes de Europa, particularmente en los Balcanes, donde la emigración de países como Bulgaria, Rumania y Serbia complementa los bajos niveles de nacimiento.

Rusia enfrenta una caída poblaciona anual entre 0,4% y 0,5% de acuerdo a las cifras de Naciones Unidas, y según las proyecciones de instituciones respetables como el Banco Central de Finlandia. En contraste, la población de EEUU crecerá un 0,5% anualmente y el Reino Unido un 0,6% anual.

Dar vuelta la emergencia demográfica de Rusia va a ser una tarea dura, lo que Vladimir Putin sabe muy bien.





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 Agradecemos la difusión del presente artículo:  

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Putin’s biggest headache isn’t the West – it’s Russia’s shrinking population



By his own admission, President Vladimir Putin has a domestic crisis on his hands.

In his major state of the union speech last week, he warned, “we realise the current demographic situation is an emergency.

“Unfortunately, this is how things are. We must accept and admit it and do something about it based on our understanding of this situation.

“Saving the people of Russia is our top national priority.”

Priority it may well be for the Kremlin but it certainly hasn’t been for the headline writers and commentators of the Western media. They devoted many of their column inches to Putin’s remarks about Nato, which were remarkably brief by his standards, the activities of Alexei Navalny – also brief – and the preparation of Russia’s armed forces.

The reason demographic trends are such a big deal for Putin is because fear of popular protest and manifestations on the streets is palpable. He is worried about the decline in his personal popularity – most likely owing to the state’s spotty record on handling the Covid crisis – and that this will show in the elections for the Duma, the lower house, which must be held by mid-September. This accounts for the arrests by the thousand of supporters of Alexei Navalny.

Putin is said to be obsessed with the recurrence of “colour revolutions”, either within the vast Russian Federation or among allies along its borders, Belarus especially. The colour revolutions occurred some time ago; the Rose Revolution in Georgia in 2003, the Orange Revolution in Ukraine in 2004-2005, and the Tulip Revolution in Kyrgyzstan in 2005. Both Putin and Xi Jinping of China are said to share a genuine fear of spontaneous uprisings and unrest from the Covid emergency, still far from over in the sprawling empires of China and Russia.

In the speech, Putin gave an unsurprisingly upbeat assessment of the Covid pandemic – a huge threat which the government with the help of the Russian people had got licked, pretty much. The extra 280,000 hospital beds were mentioned. But “Russian researchers made a real breakthrough, and Russia now has three reliable vaccines.”

But then – a bit of a giveaway here – he urged all citizens to get vaccinated. A new campaign of medical check-ups is to be launched on 1 July – and all citizens must roll up for testing.

The true numbers of Covid deaths are not known but they appear to have led to tension and trouble in the East, central Siberia and the borderlands with China.

But the disease will have contributed significantly to the record number of deaths recorded – some 2.1 million in 2020.

This has led to the biggest yearly decline in the population for 15 years, according to statistics recorded by ROSSTAT – a net decline of around 450,000 (0.3 per cent) of Russia’s 143.8 million inhabitants.

This is the heart of the domestic emergency Putin flagged in his speech. Russia has the fastest declining population of any major economy – and it is a state with the largest expanse of territory of all, crossing 11 time zones from the coasts of Europe to the remote Pacific shores of Asia and the Arctic ocean.

Mortality is up on previous years – by up to 45 per cent in Chechnya and the North Caucasus and parts of Siberia. Natality is also down to an average of 1.51 per family – which is below population replacement level.

A projection from a UN Population Department last year suggested that Russia’s population could fall to 124.6 million by 2050, and to 83.7 million by 2100 – in other words, it could very nearly half by the end of century. These are but projections, however, and the UN suggested, on the other hand, that the population could rise by 10 million by 2050 with the encouragement of immigration, improved family and welfare support.

The plight of young Russians in some old mining and rustbelt industry centres was depicted graphically in a report from Kemerovo, a Siberian mining city 2,600 miles east of Moscow, by Isabelle Khurshudyan in the Washington Post last November. In it young couples spoke of their desire to have only one child, or none at all, because of the environmental and health conditions of the region. Typically, one family had to live off £288.00 per month, which was the redundancy payment for the patriarch, the grandfather who lost his job in the mine. This is the average wage for the region. “The pandemic has made things unpredictable, and in such situations, people delay birth,” Raksha, a local worker for the ROSSTAT statistical office, told the Post.

Compounding the uncertainty and poor welfare is Russia’s high incidence of abortion. A Rand Organisation report in 1997 flatly stated, “The incidence of abortion in Russia is the world’s highest.” In 1992 Rand recorded a rate of 225 abortions per 100 live births, far exceeding the 157 abortions per 100 births of Romania, which was in second place.

Vladimir Putin announced a series of health and welfare payment measures to try to stem the demographic emergency. Subsidies are now to be paid for a first child, of around £216.00, and monthly family allowances are to go up to 5,650 rubles (£54.24) to 11,300 rubles (£108.48), depending on the region. Families are to be given a one-off payment of 10,000 rubles (£97.00) for each child in school.

“Our strategy is to return sustainable population growth to make sure that the average life expectancy increases to 78 years in 2030,” Putin told his audience at the Manezh Central Exhibition Hall in Moscow last week.

“Unfortunately, the statistics show us sad and disappointing numbers,” he said in a flash of candour. Life expectancy for a Russian male is 10 years lower, at 68, and heading downwards – for women it is higher at around 77 – yielding an average of around 72. In 2013 male expectancy was recorded as 64, owing to hard times, poor health and drink.

Demographic decline haunts parts of Europe, the Balkans especially, where emigration from countries like Bulgaria, Romania and Serbia has compounded low birth rates.

Russia is facing an annual population decline of between 0.4 and 0.5 per cent according to UN figures and reliable projections from organisations like the Bank of Finland. By contrast, the US is likely to see population growth of 0.5 per cent, and the UK 0.6 per cent.

Turning round Russia’s demographic emergency is going to be a very big task – as Vladimir Putin knows very well.


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