EL CASO MAPUCHE II

Autor: Rodimtsev (@VR09206753)

Alianzas de españoles con indígenas, luchas entre indígenas y Conquista.




Proviene de "EL CASO MAPUCHE I".

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Viendo cómo venía la mano, los indios comunes, los que tenían que fumarse el imperialismo azteca o inca decidieron aliarse a los españoles, los cuales se contentaban con hacerlos rezar, así se evitaban el temita de ser mensajeros de los dioses. Además, el Rey de España ordenó que no se los podía esclavizar (las Leyes Nuevas de 1542). Es por ese motivo que Hernán Cortés conquista el imperio Azteca (Mexica si hablamos con propiedad) con 6 cañones, 400 infantes españoles y 15 de caballería, pero apoyado con un ejército de 1300 guerreros totonacas y 200 indios de carga, ambos contingentes con los huevos al plato de los imperialistas aztecas. Yéndonos para el sur, lo mismo ocurría con Francisco Pizarro, que somete al imperio Inca (12 millones de almas) con 180 españoles. Durante el asedio del Cuzco dispone de 190 españoles​ y 30.000 indígenas huancas, cañaris y chachapoyas.

Vamos llegando a nuestro problema: los mapuches o araucanos. Según el jesuita [2] de origen inglés, Thomas Falkner (médico, botánico, etnógrafo y explorador de la época del oscurantismo religioso de la infame inquisición de la iglesia ñañaña), esta parte del mundo estaba habitada, según un criterio lingüístico, por los que hablaban mapudungun, el idioma de los araucanos, que vivían en el valle de Arauco, o sea al oeste de la Cordillera y los Het [3] al este, que era una amalgama de idiomas, que hablaban los mal llamados tehuelches, digo mal llamados porque así los denominaban sus enemigos araucanos. Estos tehuelches se extendían desde Tierra del Fuego, donde se denominaban Selknam, pasando por Santa Cruz, Chubut, Rio Negro y Neuquén, donde se denominaban Aonikenk (compartían el territorio de los lagos con los Huarpes que luego de su araucanización se transformaron en Pehuenches) y llegando a La Pampa y Buenos Aires donde los guaraníes los denominaban Querandíes. Los españoles llamaron a los Het pampas o patagones. Si bien esta era la distribución general, como eran nómades o seminómadas no podemos hablar de fronteras interétnicas. Así, hubo comunidades Het viviendo al Oeste de los Andes y mapuches en los valles andinos al oriente de la cordillera, como este caso que busca neutralizar el argumento que los originarios son los tehuelches.

Así las cosas, los españoles, y luego los criollos, se enfrentaron con los araucanos, vorogas, huiliches, etc (que en el siglo V AD habían desplazado a la cultura Piren, más originaria que los originarios mapuches), la denominación mapuche es reciente, durante casi 300 años. Los araucanos fogueados en la guerra, utilizando caballos y en algunos casos armas de fuego, comenzaron a expandirse hacia el este de la Cordillera de los Andes. Con el advenimiento de la independencia los últimos vestigios de la propiedad comunitaria de la tierra fueron borrados por formas más eficaces de producción como lo era la propiedad privada asegurada por las constituciones de los estados nacientes, que además traían nuevos cultivos (de 247 especies cultivadas en America, 199 son originarias de Europa y Asia) y el arado; además de vacas, cerdos, gallinas, etc, con lo cual se aseguraba una mayor producción de alimentos y se eliminaban las hambrunas que habían azotado a las comunidades indígenas precolombinas. Las extensiones de la Pampa Argentina les proporcionarían ganado y botín, ya que el gobierno de Buenos Aires se encontraba primero enfocado en la Independencia, luego en la guerra civil y más tarde en las guerras contra el Brasil y Paraguay. Animados por este rico e indefenso territorio, los araucanos invadieron el territorio de las Provincias Unidas y se enfrentaron a los Het en la Batalla de Languiñeo, donde los locales armados con lanzas y boleadoras se enfrentaron a los araucanos con caballos y armas de fuego y fueron arrasados, de hecho, Languiñeo significa lugar de muchos huesos. En 1821 aliados con los hermanos Pincheira, realistas chilenos, que les proporcionaban armas de fuego vencieron definitivamente a los Het en la batalla de Choele Choel. Toda esta historia la pueden leer acá o en “La Araucanización de Nuestra Patagonia” de Edelmiro Porcel.


Aparece luego el araucano Calfucura que se aliaria o guerrearía contra el Estado Nacional según su conveniencia, primero enemigo de Rosas y luego su aliado, luego enemigo de Urquiza y luego aliado, aprovechando esta situación para realizar malones y aniquilar a sus adversarios indígenas, incluyendo los propios mapuches. Victimas del expansionismo mapuche, los Pampas (Het) se aliaron al gobierno argentino y enfrentaron a los araucanos el 8 de marzo de 1872 en la Batalla de San Carlos de Bolívar, acá nomas a 330 km de la Plaza de Mayo. Batalla interesante donde 735 soldados del Ejército Argentino aliados con 1.500 Pampas (Het) a órdenes de Cacique Catriel derrotaron definitivamente a 3.500 guerreros araucanos (mapuches). Dos palabras sobre Cipriano Catriel: era coronel del Ejército, vivía en una casa en Azul, provincia de Buenos Aires y murió traicionado por el inefable Bartolomé Mitre.




Después, vino Roca, la Conquista del Desierto en 1879, los aborígenes se fueron integrando a la sociedad occidental, de hecho, tenemos a Ceferino Namuncura, Beato de la Iglesia Católica. Luego se impuso el relato del maltrato y la explotación del aborigen. Existen voces discordantes referidas al maltrato que se les dispensaba a los aborígenes como la de Bartolomé de Las Casas. Que hubo maltratos, seguro los hubo. ¿Que fueron generalizados? Lo pongo en duda. Acá lo tenemos a Sebreli refutando eso y ampliando muchas de las cosas contenidas en este escrito. ¿Creen que este maltrato y explotación era distinta a los obreros argentinos de principios de siglo? No, porque este maltrato no era una cuestión racial, era el nacimiento del incipiente capitalismo y la destrucción de las antiguas formas de producción. El maltrato al aborigen era el mismo que sufría en obrero inglés y el inmigrante italiano que trabajaba en los talleres Vasena o el puestero de una estancia en los sucesos de la Patagonia Rebelde.

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Continúa en "EL CASO MAPUCHE III".

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[2] Hubo jesuitas buenos, como el Padre Castellani.
[3]  Esta es una, no hay acuerdo científico sobre cómo se clasificaban los aborígenes, lo único claro es que el mapudungun se hablaba en Arauco y luego se expandió a la Patagonia Argentina.

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