DECONSTRUIDOS ACHUPINADOS
Autor: Juan Martín Perkins
A media cuadra del departamento de mis hijas hay un bar, si es que se le puede llamar bar, donde a menudo las invito a desayunar, si es que a eso se le puede llamar desayuno.
Hace pocos días cambiaron la carta y nos explicaron cómo hacer el pedido a través del teléfono, por medio de un QR.
En la nueva era gastronómica, se puede tener relación directa con la cocina.
Pobre Barrionuevo, la modernidad avanza sobre su gremio, haciendo de los mozos
prácticamente una especie en extinción.
Cuando digo mozo, me refiero a un señor con oficio. Alguien con conocimientos y vocación de servicio en el arte de servir, alguien que podía memorizar un pedido para 4 ó 5 amigos y traer todo en un solo viaje sin olvidos ni errores, haciendo malabares entre los dedos.
¿Qué pasó con los bares donde te atendía un gallego o un tano de saco, cuello y moño?
Ése que venía sin hacerse esperar, te saludaba munido de una bandeja y un trapo de rejilla inmaculado, repasaba la mesa, te ofrecía el diario y sabía comentar los resultados del fútbol, las carreras de autos y de burros en Palermo, San Isidro y La Plata…
¿Dónde quedaron esos cafetines donde, simplemente, se podía pedir un café con un vaso de soda o un especial de salame y queso con una Quilmes ojitos celestes bien fría?
Ahora hay que saber inglés, italiano y francés para que no te combinen el Café con un advocate de guacamole, huevo pollet y semillas de quinoa sobre una tostada de pan de masa madre sin levadura, remojado en aceite de oliva y salado con sal de mar.
Así desayuna el vecindario ladri-progre deconstruido, nunca un café con dos medialunas.
Ahora se piensa, habla y obra en idioma Starbucks Corporation.
Se sientan a tu lado personajes achupinados con camisa estrech celeste bien Pro, o remera negra, estilo Larreta o La Cámpora, lo mismo da porque no se distinguen… y cuando no hay cámaras ni micrófonos, son todos amigos.
Hacen “trabajo remoto”, hablan en dialecto político tribal de la casta estatal, en voz alta y con total impunidad, como si no existieras.
Cuando terminan la reunión, guardan laptop y teléfonos IPhone, montan en auto oficial o alguna bici y parten por la bicisenda.
Son el “cambio”... y han “renovado” la política.
No pagan, están abonados por la Ciudad, o sea, por vos, que sí pagas lo tuyo y lo de ellos, sin chistar, como el buen cordero en que te has convertido.
Un cordero al que le han sacado el efectivo del bolsillo… es por eso que ahora te manejas con plástico, tarjetas de crédito y débito de las que sos esclavo… y por las que todos los meses, cuando llega el resumen, te pones de rodillas y entras en paro cardiorrespiratorio.
Menos el imperialismo cultural al que te están sometiendo con tu colaboración, todo es mentira.
Todos a la moda, NADA de efectivo, todo electrónico, no sea cosa que ejerzas soberanía, libertad y privacidad sobre tu propiedad y consumas sin dejar registro.
Ellos deben saberlo todo, de pe a pa, por eso quieren registrar tus consumos, tu ubicación, tus hábitos, horarios, costumbres… Y ojo, no es solo para dirigir mejor la publicidad y ser más efectivos a la hora de poder venderte cosas.
Van más allá, quieren saber y registrarlo todo para controlar, planificar y dirigir nuestras vidas.
¿Vos cómo cobras tus haberes?
Juan Martín Perkins.