LIONEL MESSI

 Fiel a su familia y amigos, leal marido, dedicado y amoroso padre.


Autor: Juan Martín Perkins  



Independientemente de hasta donde llegue la Selección Argentina en el mundial de fútbol de Qatar… ¡Qué lindo tipo de liderazgo ejerce Lionel Messi Cuccittini! 

Messi es la prueba del poder de la humildad en la virtud. Sin duda, su humildad multiplica el efecto del talento y lo convierte en un poderosísimo ejemplo para sus compañeros, para el público futbolero, para un país ilusionado y para todo el fútbol mundial.


Messi inspira y contagia valores poco habituales, es por eso que es tan refractario a un gobierno argentino del disvalor…  que ya no sabe como hacer para cooptarlo.


Nunca hace declaraciones contestatarias, nunca insulta, provoca o desafía a la polémica.


Lio baja la cabeza, se abstrae en silencio con algún grado de autismo y piensa en la pelota y en cómo meterla en el arco rival. Esa es su obsesión desde muy chiquito.


Lo dijo en un reportaje: 


- “Yo soy solo un instrumento de Dios. Él me hizo depositario de un gran talento y responsable, para esforzarme al máximo al servicio de un equipo. Sin Él, yo no soy NADA”.




Me siento muy identificado con Messi, él representa lo que quiero para mi país. 

Messi es cero resentimiento, todo entrega y sano orgullo. 


Mucho Jesucristo y nada de Che Guevara.


Sus detractores siempre lo han acusado de pecho frío, pero él nunca les contestó con otra cosa que goles, trabajo, talento y buenos ejemplos de vida. 


Fiel a su familia y amigos, leal marido, dedicado y amoroso padre, su imagen pública y privada lo convierten en un gran embajador de la Argentina.


La Selección de Lionel Messi es un grupo de argentinos que nos aleja de la fama deshonesta, ventajera y prepotente que por tradición arrastramos.


Juegan, corren, meten, tocan, ganan y pierden, pero siempre nos dejan bien parados.


No tienen excusas, justificaciones ni reclamos, a pesar de que somos una hinchada que siempre le ha exigido al máximo, como no lo hacemos ni con los políticos que nos roban, mienten, saquean y estafan una y otra vez.


Me gusta el tipo de liderazgo de Messi. Todos deberíamos probar desde la humildad.

Un bobo de la tele, de esos Maradonas de micrófono, dice que somos atrasados porque en pleno siglo 21 aún dependemos de si llueve o no en el campo.


Otro colega maradoniano acota que miremos a Qatar, que a pesar de ser un desierto comen langosta y toman el mejor champagne… (sin tener en cuenta que están sobre un mar de gas y petróleo).


Decime si no te parece que nos viene muy bien el ejemplo de Lionel, con su naturalidad serena, prudente y callada, para no abrir la boca y decir burradas.


Una vez, los periodistas le preguntaron a Messi la obviedad de si creía en Dios.

Lionel (con Jesús tatuado en su cuerpo), contestó con mirada pícara: 


- “Cuando subo a un avión y cuando se mueve por turbulencias, me persigno y rezo. Y cuando recién aterrizó, agradezco estar vivo y aplaudo”.




Lo mejor de Messi es que, a pesar de las adoraciones, no se cree Dios.


Tampoco el diablo, por un penal atajado.


Por su propio criterio y equilibrio, se sabe sólo un muchacho que juega maravillosamente al fútbol, un crack por designio de un Dios Padre, que no es solo argentino.


Vamos Argentina. ¡¡¡¡Gracias, muchachos!!!!



Juan Martín Perkins.


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