SE FUE 2022
Autora: Iris Speroni
Se fue el 2022.
Desde esta columna semana tras semana doy cifras, datos, estadísticas. Marco aquello que a mi entender está mal en el devenir de nuestro magnífico país y propongo soluciones si es que se me ocurren.
Hoy no.
Tenemos todo el año que viene para ver los números de las exportaciones, empleo, presupuesto, recaudación de impuestos o crecimiento de la economía del país.
Es tiempo de mirarnos a nosotros y apreciarnos.
No somos tontos. No somos inútiles. No somos perdedores. No somos depresivos. No somos estafadores. No somos cobardes.
Somos inteligentes, perseverantes, orgullosos, irreverentes, triunfadores, atletas, creativos, cariñosos, solidarios, familieros. No nos arrodillamos ante nadie, excepto Dios.
Cuando pasen las Fiestas, tal vez sea momento de pensar un poco. De armar estrategias. De buscar soluciones.
La primera preocupación debe ser persistir. Estar listo para cuando sea la oportunidad. No dejar que envenenen a nuestros niños ni el cuerpo ni las mentes. Conservar a nuestros afectos. Cuidar nuestra salud, lo que implica defender con uñas y dientes nuestro derecho a comer carne y rechazar con todos los medios a nuestro alcance el intento de encajarnos harina de grillos. Pensar estrategias judiciales defensivas. Todo lo que hablamos en ENDURO.
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| El INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) desarrolla un prototipo de harina de grillo (grillos molidos) para aportar proteínas a la elaboración de alimentos humanos. ¡En el país de la carne! |
La segunda preocupación debe ser organizar la Reconquista. No puede ser que un puñado de tipos hagan que todos nosotros trabajemos para ellos y nos tengan a su servicio. Encima se nos ríen en la cara. Manejan al país para el demonio; comen y no dejan comer. Cada vez estamos más pobres y endeudados, no crece la economía, no administran justicia. Fomentan la división ficticia entre nosotros mientras se llenan los bolsillos y nos llevan como chicos al colegio. Debemos retomar las riendas de nuestro destino y de nuestra Patria. Para felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.
Para poder hacerlo es necesario ser inteligentes. Tenemos menos dinero - si bien sí tenemos dinero -, no contamos con medios de comunicación, ni con la policía, ni con la burocracia del estado, incluido el Poder Judicial. Nuestros “representantes” no nos responden. No importa. Todo eso lo sabemos. Esas dificultades hay que contrarrestarlas con astucia y organización. Después de todo somos más y somos más capaces. No podemos dejar que este racimo de inútiles y vividores nos digan cuánto de nuestro dinero les tenemos que entregar y encima no podemos opinar sobre el destino del gasto, ni quienes son nuestros amigos y enemigos ni cómo queremos vivir.
Primero se sueña y luego se ejecuta. Para eso uno se prepara, entrena, estudia, ensaya. Pero primero hay que soñarlo. Hay que desearlo. Luego actuar en consecuencia para lograr el éxito.
Qué queremos lo sabemos. Exportar el triple o quíntuple. Triplicar el área fértil del país mediante riego. Ocupar el territorio. Distribuir la población. Pertrechar a las FFAA. Tener flota y FFCC. Pleno empleo. Que el salario triplique o quintuplique el actual. Que todos sean dueños de su casa. Que haya justicia y no estos payasos. Que los representantes privilegien nuestros intereses.
A partir del 2023 tal vez se deba soñar más en detalle.
Mejorar la Justicia. ¿Cómo? ¿Echamos a todos o dejamos un tercio? ¿Hay que cambiar el código de procedimientos? ¿Con eso alcanza? La pesca debe quedar en poder de los nativos. ¿Cómo se ejecuta? Debemos terminar con la deuda financiera externa e interna. ¿Cómo? En resumen: soñar en detalle. Armar una hoja de ruta. Identificar a los enemigos y a los que con el incentivo adecuado cambiarían de bando. Evaluar si va a ser sin cuartel o dejaremos que se vayan a disfrutar su dinero a Suiza o será una decisión que tomaremos oportunamente. Que tenemos que comprar un submarino, desarrollar la energía nuclear y retomar la construcción de misiles. ¿Cómo vamos a recuperar las islas Malvinas? En fin: soñar en detalle.
Todo eso es tarea para otro día. Ahora celebremos que estamos vivos, que tenemos un país maravilloso que amamos y que nos ama. Que somos campeones otra vez.
A mis lectores: les agradezco su paciencia y les deseo lo mejor para este año que empieza. El futuro es nuestro.
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