Ucrania obtiene otro inversor providencial
Como BlackRock antes que él, JP Morgan ha firmado un acuerdo con Ucrania para reunir fondos para la reconstrucción.
En inglés al pie.
"Es obvio que el mundo de los negocios norteamericano se han vuelto la locomotora que una vez más va a hacer avanzar el crecimiento de la economía mundial", sostuvo el presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, cuando se dirigió a la Cámara de Comercio de Boca Ratón, presumiendo que BlackRock, JP Morgan y Goldman Sachs, más otros, "ya se han vuelto parte de la forma ucraniana de hacer las cosas".
Zelensky no hizo mayores elaboraciones sobre lo que significa "la forma ucraniana de hacer las cosas". Tal vez "la forma ucraniana de hacer las cosas" es de una corrupción galopante - dos presidentes antes que Zelensky fueron o bien acusados o bien condenados de alta traición y numerosos funcionarios de gobiernos han sido echados u obligados a renunciar por incorrecto uso de los fondos de guerra. Lo que sea que esto fuere, JP Morgan quiere más de lo mismo.
El lunes, las agencias de noticias dieron a conocer que JP Morgan y Zelensky firmaron un memorandum de entendimiento estipulando que JP Morgan iba a asistir a Ucrania en su reconstrucción. Una gacetilla de la reunión fue publicada en la página oficial de la presidencia de Ucrania, la cual decía: "Las partes discutieron la creación de una plataforma para atraer capital privado para reconstruir Ucrania y brindar grandes lineamientos para prometedores grandes proyectos de inversión en Ucrania, en particular en los sectores de energía verde, IT y tecnologías agrícolas".
Los ejecutivos de JP Morgan pasaron unos pocos días de la semana pasada en Ucrania. Se reunieron con Zelensky y ministros y otros funcionarios en Ucrania, visitaron un número de ciudades ucranianas para verificar el daño sufrido por la economía del país. Luego de ciertos relevamientos, los ejecutivos de JP Morgan discutieron con Zelensky la creación de un fondo de un valor entre U$D 20 mil millones y U$ 30 mil millones de capital privado para colaborar con la reconstrucción de Ucrania, según Fox Business. Transcendió que otras ideas que flotaron en la reunión fueron la creación de un banco dirigido por los gigantes de Wall Street con el objetivo de hacer inversiones en infraestructura como autopistas y rutas, puentes y refinerías de petróleo.
Durante el encuentro, Zelensky le hizo saber a los ejecutivos de JP Morgan que: "Entiendo muy bien que hacer negocios e inversiones debe ser beneficios para ambas partes. Queremos que ustedes inviertan en Ucrania y ganen dinero". A lo cual el presidente del directorio y gerente general de JP Morgan, Jamie Dimon, replicó: "Estamos orgullosos de nuestro apoyo a Ucrania de larga data y estamos comprometidos en hacer nuestra parte para colaborar a levantar a este país y a su gente. Todos los recursos de JPMorgan Chase estarán a disposición de Ucrania apenas empiece su camino de crecimiento post conflicto".
Al final de su vista en Ucrania, los ejecutivos de JP Morgan le regalaron a Zelensky un buzo del equipo Patriots de Nueva Inglaterra, con el número 91 en la espalda, esto es por el año que Ucrania ganó la independencia después del colapso de la Unión Soviética.
Dimon ha denominado a la actual guerra en Ucrania "un punto de inflexión en el mundo Occidental de los últimos cien años".
"¿Hacemos las cosas bien para ayudar a ganar esta guerra, ayudar a los ucranianos y ayudar a reconstruir Ucrania?", se preguntó Dimon.
Mientras JP Morgan puede llegar a verse a sí misma como el principal consejero financiero de Ucrania junto a otras compañías también con base en los EEUU como BlackRock, los cuales también han firmado el memorando de entendimiento con el gobierno ucraniano para colectar fondos para la reconstrucción, JP Morgan ahora tiene posiciones en paquetes accionarios que sugieren que el gigante financiero obtiene beneficios económicos por la continuación de la guerra. Por ejemplo, JP Morgan Investmen Management posee un paquete accionario de Raytheon del valor de U$D 2.500 millones, y más de U$D 1.300 millones tanto en Northrop Grumman como en General Dynamics (al menos hasta el 15 de febrero de este año).
Esto no quiere decir necesariamente que JP Morgan esté haciendo algo ilegal al trabajar con el gobierno de Ucrania mientras tiene paquetes accionarios considerables en proveedores del Departamento de Defensa de los EEUU. Más bien, sirve como una exposición de los incentivos puestos en funcionamiento en nuestra sobrefinanciada economía. JP Morgan, BlackRock y otros gigantes financieros pueden obtener beneficios al prolongar la guerra vía una continuada transferencia de armas y equipamiento a Ucrania al tomar importantes posiciones accionarias en proveedores de armamentos. Al mismo tiempo, las mismas corporaciones son libres de zambullirse y complementar sus beneficios al invertir en la reconstrucción de Ucrania, un proyecto que parece crecer en importancia con el tiempo gracias a la prolongación del conflicto.
Como nos recuerda Santo Tomás de Aquino, el objetivo de la vida política es la paz. ¿Pero por qué razón habría Ucrania de estar abierta a negociar la paz con Rusia cuando la administración Biden - cuya posición doctrinaria es apoyar a Ucrania "por todo el tiempo que haga falta" - y los jugadores pesados de Wall Street están tan fuertemente jugados con una victoria ucraniana que actúan como si ya fuera un fait accompli?
JP Morgan puede imaginarse a sí mismo como un inversor providencial de Ucrania. Tal vez sólo sea un ángel de la muerte.
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"San Miguel Arcángel vence al demonio", por Guido Reni. "Ab laeva rite probatum" (Mantén la paz, enriquece a los soldados y búrlate del resto). |
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Sobre el autor:
Bradley Devlin es parte del staff de The American Conservative. Previamente, fue un analista reportero del Daily Caller, y ha sido publicado en el Daily Wire y en el Daily Signal, entre otros medios gráficos que no incluyen la palabra "Daily" en su nombre. Se graduó en Berkeley, Universidad de California, con la licenciatura en Economía Política. Puede seguirlo en Twitter en @bradleydevlin
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FOREIGN AFFAIRS
Ukraine Gets Another Angel Investor
Like BlackRock before it, JP Morgan has entered into an agreement with Ukraine to marshal reconstruction funds.
Bradley Devlin
It is obvious that American business can become the locomotive that will once again push forward global economic growth,” Ukrainian President Volodymyr Zelensky said in a late January address to the Boca Raton Chamber of Commerce, boasting that BlackRock, JP Morgan, and Goldman Sachs, and others “have already become part of our Ukrainian way.”
Zelensky did not elaborate on what the “Ukrainian way” is. Maybe the “Ukrainian way” is one of rampant corruption—two of the presidents before Zelensky have either been charged with or convicted of high treason and numerous government officials have been fired or forced to resign for improper use of wartime funds. Whatever it may be, JP Morgan wants more of it.
On Monday, news broke that JP Morgan and Zelensky had signed a memorandum of understanding stipulating that JP Morgan would assist Ukraine in its reconstruction. A release of the meeting posted on the President of Ukraine’s website said, “The parties discussed the creation of a platform for attracting private capital to rebuild Ukraine and promising directions of large investment projects in Ukraine, in particular in the sectors of green energy, IT, and agricultural technologies.”
JP Morgan executives spent a few days in Ukraine last week. They met with Zelensky and other government ministers and officials in Ukraine, and visited a number of Ukrainian cities to assess the damage sustained by the Ukrainian economy. After making some initial assessments, JP Morgan executives discussed at a meeting with Zelensky the creation of a fund endowed with between $20 billion to $30 billion of private capital to help fund Ukraine’s reconstruction, according to Fox Business. Other ideas reportedly floated in the meeting was establishing a bank run by Wall Street giants to make investments in various kinds of vital infrastructure, such as roads, bridges, and oil refineries.
During the meeting, Zelensky told the JP Morgan executives, "I understand very well that doing business and investing cannot be beneficial to only one party. We want you to invest in Ukraine and earn money." To which JP Morgan Chase's chairman and CEO, Jamie Dimon, replied, "We are proud of our long-standing support of Ukraine and committed to doing our part to lift up the country and its people. The full resources of JPMorgan Chase are available to Ukraine as it charts its post-conflict path to growth."
Towards the end of the JP Morgan executives’ time in Ukraine, they gifted Zelensky with a New England Patriots jersey with the number 91 on it for the year Ukraine gained its independence from the collapse of the Soviet Union.
Dimon has called the current war in Ukraine "an inflection point for the Western world for a hundred years.”
“Do we get our act together to help win this war, help the Ukrainians, help rebuild Ukraine?" Dimon said previously.
While JP Morgan may see itself as one of Ukraine’s chief financial advisors alongside other U.S.-based companies such as BlackRock, which has also entered into a memorandum of agreement with the Ukrainian government on marshaling reconstruction funding, JP Morgan also has current market positions that suggest the finance giant is set to profit off of the war’s continuation. For example, JPMorgan Investment Management held more than $2.5 billion in Raytheon stock, and over $1.3 billion worth of both Northrop Grumman and General Dynamics stock as of February 15.
This doesn’t mean that JP Morgan is necessarily doing anything illegal by working with the Ukrainian government while having large holdings in U.S. defense contractors. Rather, it serves as an indictment of the incentive structures at play in our over-financialized economy. JP Morgan, BlackRock, and other financial giants can profit from prolonging the war via continued transfer of weapons and equipment to Ukraine by taking out large positions in defense contractors. At the very same time, these same corporations are free to swoop in and compound their profits by investing in the reconstruction of Ukraine, a project that only seems to become larger and potentially more profitable thanks to the conflict’s protraction.
As Saint Thomas Aquinas reminds us, the goal of political life is peace. But why would Ukraine ever be open to negotiating a peace with Russia when the Biden administration—though its doctrinaire support of Ukraine for “as long as it takes”—and powerful Wall Street players are so heavily invested in a Ukrainian victory that they pretend it is a fait accompli?
JP Morgan may consider itself Ukraine’s angel investor. Maybe it’s the angel of death.
ABOUT THE AUTHOR
Bradley Devlin
Bradley Devlin is a Staff Reporter for The American Conservative. Previously, he was an Analysis Reporter for the Daily Caller, and has been published in the Daily Wire and the Daily Signal, among other publications that don’t include the word “Daily.” He graduated from the University of California, Berkeley with a degree in Political Economy. You can follow Bradley on Twitter @bradleydevlin.