OTRO 24
No se cansan de la misma cantinela repetida durante más de 40 años.
Autor: Juan Martín Perkins
Cada 24 de marzo, la mayoría de los políticos y el periodismo, se transforman en clones de Enrique Pinti en Salsa Criolla y recitan su hipocresía escupiendo al público.
No se cansan de la misma cantinela repetida durante más de 40 años por los que vi secuestrar, robar bancos, asesinar y poner bombas hasta que la política los premió con indemnizaciones y cargos en la función pública, para materializar la venganza.
La argentina hizo relato oficial obligatorio la versión novelada de los que asolaron al país y luego, se exiliaron en París, no en Cuba.
Son los que estuvieron al lado de Alfonsín, Menem (que los indultó), De La Rúa y especialmente junto a Kirchner y a los Fernandez, que les dieron el curro de los DDHH a cambio de la legitimidad que otorga la zurda vende patria, con la que nos roban.
Han sido la policía moral y los guardianes del relato oficial al que denominan “Memoria”.
No me llevo por lo que dijo Lanata, Feinman, Rossi, Majul, Laje, Rial o Victor Hugo, solo saco conclusiones por lo que he vivido yo, desde que tengo uso de razón.
En primer año del Colegio Champagnat (cursé en Bs As porque en Pehuajó había inundación), el hermano Franco, en clase de música, nos pidió que nos asomaramos a la ventana que daba hacia la calle Montevideo y nos mostró la puerta del edificio de enfrente donde un comando de Montoneros secuestró al General Aramburu.
Tenía 13 o 14 años cuando el hermano nos hizo la crónica del asesinato de aquel ex presidente de la Nación entre los años 55 y 58 que luego fusilaron en Timote, aqui cerca de Pehuajó, para enterrarlo en un pozo con cal.
En ese ambiente de violencia extrema nos educamos y naturalizamos el horror, para poder salir a la calle todos los días con temor a volar por los aires dentro de un colectivo escolar.
Mientras los muchachos idealistas masacraban la Argentina, un par de años más tarde, murió el General Perón. El país ya era un baño de sangre, las calles olían a pólvora y sin Perón, se volvió aún más dantesco.
Impresionado por el gigantesco funeral popular, llamé a mi padre para relatarle un espectáculo que nunca olvidé y recuerdo que me contestó: “Dios nos ayude, creyó que podría controlarlos en su beneficio político… pero nos deja en este caos”.
Los que tanto hablan de “memoria” ¿no se acuerdan del caos que provocaron mucho antes del '76?
Sé que se disculpan en que Aramburu era presidente de facto y que depuso a Perón en el '55 con el horroroso bombardeo carnicero a plaza de mayo etc., etc.
No tengo nada de “negacionista” como les gusta decir a los que esconden la historia y la reemplazan por “memoria” conveniente. Todos sabemos lo que pasó y quienes lo hicieron… pero sólo algunos se hacen cargo y pagan muchos justos por pecadores.
Los “muchachos idealistas” que atentaron contra el gobierno constitucional de Perón (62% de los votos), alentaron el golpe del '76 para obtener legitimidad y nunca lo admitieron.
Hicieron terrorismo, los mismos ideologos que lo vuelven a hacer ahora con sus herederos, para golpear al gobierno elegido por el pueblo. La abstinencia los tiene rabiosos.
El ejército del club del Audi, como llaman al triángulo entre empresarios prebendarios, sindicalistas y políticos kirchneristas de inspiración setentista, golpea con todas sus armas, provoca disturbios en las marchas, organiza paros, alienta corridas cambiarias, sobreactua crisis económica, opera el desánimo con el poder mediático de sus periosobres… son una gran apuesta millonaria al caos y la recurrente violencia.
Tendrán que aprender el verdadero y amplio significado de la frase “Nunca más” y darse por aludidos, porque los comprende especialmente a ustedes, a los que provocaron una guerra con la idea de Santucho para matar un millón de argentinos e imponer la patria socialista.
No lo intenten, volverán a recibir masa y el pueblo los va a sepultar bajo los votos.
Juan Martin Perkins
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