SEÑORITO DE PAPÁ


Es lo que nos toca afrontar.


Autor: Juan Martín Perkins   


Es ingrato tener que soportar la moralina de caraduras que piden flan como si no tuviéramos memoria.

Es ingrato porque uno no es un fanático que ha perdido el espíritu crítico.


Soportar el peso de una realidad todavía tan distante de los ideales, bajo el coro de los "¡flan, flan, flan!" de las hienas que en sus sueños húmedos olfatean sangre, es nuestra coyuntura de estas horas difíciles. 


Es lo que nos toca afrontar, y lo hacemos con optimismo y alegría.


Todos los “jefes” de filas del comunismo vivieron siempre de rentas, prebendas, robos o simplemente de sus familias.


Nunca nos enseñan que Carlos Marx dejó morir de hambre y de frío a tres hijos antes de trabajar en la academia de letras que quedaba a tan solo 3 cuadras de su casa.


Tampoco nos cuentan que Lenin vivió 30 años del dinero que le pasaba su mamá.


Ni un solo líder igualitarista ha trabajado para sustentarse, todos vivieron de “revolucionarios” profesionales, saqueando la propiedad ajena.


¿Por qué no nos han enseñado que todos los comunistas “jerarcas” han sido y son señoritos de papá? 


Tampoco enseñan que fue Stalin y no Hitler el asesino más feroz de la historia de la humanidad.


¿Por qué será? ¿Te lo has preguntado?


No falla, hasta los más domésticos y cercanos… si son políticos y hacen demagogia, seguro que jamás fueron sustentables en la actividad privada y son autoritarios y ladrones.


Sin dar nombres para no crear discordia, pero pensá en el gobernador, el intendente o en cualquiera de los caciques colectivistas amantes de lo ajeno que se te ocurra… ¿Tuvieron algún trabajo honesto antes de hacer vida de jerarca estatal? 


Casi seguro que fracasaron siempre, hasta que llegaron al estado para convertirse en saqueadores.


Hoy critican las giras presidenciales a destinos “derechistas” sin recordar cuando compraron avión presidencial para ir a comprar iphone a Nueva York y lo bautizaron en vuelo rasante sobre Aeroparque, como una exaltación de tomada de pelo a los ciudadanos en plena pandemia.


Creen que nos olvidamos de los vuelos para llevarle los diarios hasta Calafate a la jefa y las miles de habitaciones en hoteles K que pagamos para las tripulaciones de Aerolíneas…

Que difícil es permanecer callado ante la doble vara moral y la memoria selectiva.


Obvio que hay cosas que se siguen haciendo mal y hay que luchar para corregir, pero mucha gente debería tenerse piedad a sí misma y callarse la boca por vergüenza. 


No deberían sentirse con derecho a criticar y reclamar. 


Ni 500 Lijo por decreto les da derecho.


Todos sabemos el largo listado de miserias que tiene en su haber la escoria que tanto luchamos por erradicar y también sabemos las promesas que aún adeuda el gobierno actual… 


Lo tenemos claro, no somos idiotas, así que no nos traten como tales. 


Juan Martin Perkins.


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Agradecemos la difusión del presente artículo:  


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